Empresas extractivas estudian tres concellos gallegos en busca de oro

Al igual que en Corcoesto, tres municipios de las provincias de Lugo y Ourense también buscan su filón para activar la economía de la zona y crear empleo

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El resplandor del oro de Corcoesto todavía no ilumina al resto de municipios gallegos en los que se han autorizado exploraciones en busca del preciado metal. Es el caso de los ayuntamientos de San Xoán de Río y Trives, en Ourense, y Ribas de Sil, en la provincia de Lugo, donde aguardan encontrar bajo la epidermis de Galicia su propio filón económico.

La Consellería de Industria concedió el permiso para la investigación de las minas a la empresa madrileña Minería Sostenible S.L. Los alcaldes están a la espera de que los estudios tengan un desenlace similar al de la mina bergantiñana, aunque ya considerarían positivo para las localidades el mismo proceso de exploración. “Prefiero extraer oro que tener abierta una cantera –asegura Gerardo Rodríguez, alcalde de San Xoán de Río–, nos ayudaría a paliar el envejecimiento de la zona y a crear puestos de trabajo».

Los yacimientos más importantes se encuentran precisamente en este ayuntamiento, concretamente en la sierra de As Cabanas, en las médulas denominadas “Os Biocos”.

También el alcalde de Ribas de Sil se mostró favorable a una posible explotación. En el caso de Trives, la parcela a investigar es mucho más reducida y tendría un periodo más corto de extracción.

En busca del oro romano

Tras la conquista de “Gallaecia”, los romanos explotaron las minas de oro durante dos siglos y medio. Según las crónicas de la época el oro galaico llegó a suponer el 10% de los ingresos de la Roma Imperial. Las zonas en las que se investigan los yacimientos se corresponden con antiguas rutas romanas. Por los municipios de San Xoán de Río y Trives pasaba la tercera vía militar que comunicaba Braga con Astorga.

Allí, según cuentan los autóctonos, vivían el pueblo “Tiburi”, que fue esclavizado por los romanos y utilizado como mano de obra de minería. También desde A Cubela, en Ribas de Sil, hasta el Bierzo se extendía una basta explotación minera del Imperio.

Las investigaciones actuales no sólo se centrarán en el metal dorado. Las empresas interesadas también buscan plata, cobre, cobalto, wolframio, estaño y tierras raras.

Proyectos fallidos

Aunque las concesiones aprobadas por la Consellería de Industria para la investigación de yacimientos de oro en Lugo y Ourense y los recientes acuerdos para la explotación de la mina bergantiñana de Corcoesto por la empresa canadiense Edgewater Exploration ITD parezcan haber desatado una nueva fiebre del oro, lo cierto es que en los últimos años fueron varias las compañías que fracasaron en su búsqueda del dorado.

La irlandesa Ormonde Mining, por ejemplo, llevó a cabo sondeos en Ourense y Lugo y puso en marcha el proyecto Tracia Oro en Caldas de Reis. Los resultados no fueron los deseados. Las investigaciones se realizaron en A Estrada, Cuntis, Valga y Caldas de Reis y la inversión estimada fue de 260.000 euros.
 
Algo parecido sucedió en los municipios de San Xoán de Río y de Ribas de Sil, donde varias investigaciones no llegaron a la fase de explotación en los últimos años.

A precio de oro

El valor del oro es muy variable, pero en tiempos de inestabilidad económica sube como la espuma. La demanda creció desde principios del 2010 y los expertos aseguran que se mantendrá en niveles muy altos en el futuro.

De ahí el creciente interés por el metal dorado. Las economías de los municipios de San Xoán de Río, Ribas de Sil y Trives se sustentan en la explotación ganadera y la agricultura, y en los últimos años han habilitado servicios municipales para atraer al turismo, aprovechando la proximidad de espacios de interés natural y arqueológico, y, en el caso de los ourensanos, la estación de Cabeza de Manzaneda.

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