Ferrolterra se agarra al boom eólico en plena agonía industrial

La comarca de Ferrol se perfila como la favorita para albergar parques eólicos marinos en plena agonía de su industria con la caída de la central As Pontes y el cierre de Siemens Gamesa

Parque eólico marino

Imagen de archivo del parque eólico marino situado en Viana do Castelo

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Ferrolterra se plantó el pasado miércoles contra la crisis industrial que padece la comarca. Miles de personas secundaron la jornada de huelga convocada por los sindicatos y se echaron a la calle para exigir una solución al golpe que supone para los concellos de la zona el cierre de la central térmica de As Pontes o la planta de Siemens Gamesa en As Somozas, así como contra la sequía de contratos en Navantia Ferrol.

En plena agonía de su industria, la comarca se sitúa en la pole position ante el inminente de la energía eólica marina en Galicia. Y es que al hecho de contar con el astillero de Navantia en Fene como principal productor español de jackets y pilotes para este tipo de instalaciones se suma la privilegiada ubicación de sus costas, que, según comentan fuentes del sector, son las que mayor potencial ofrecen para la eólica marina en toda la península.

En concreto, las costas de las comarcas de Ferrolterra y del Ortegal han sido las que mejores resultados han arrojado en algunos de los estudios preliminares realizados por empresas interesadas en irrumpir en Galicia con unas instalaciones que por el momento no se encuentran en las aguas de la comunidad, pero que no resultan para nada desconocidas a la comunidad.

Cierre del círculo en Ferrolterra

Hasta el momento tan solo Greenalia (que este viernes comunicó su decisión de optar a fondos europeos Next Generation con su proyecto de parques eólicos marinos en Galicia) e Iberdrola (que anunció que estudiaba hacer lo propio en Galicia, Andalucía o Canarias), pero esta última ya acumula un importante bagaje en el sector a través precisamente del astillero de Navantia en Fene su socio de referencia.

La UTE de la empresa pública y la asturiana Windar ha recibido un reguero de contratos de parte de Iberdrola en los últimos años. El último fue el realizado en junio del año pasado para la construcción de un total de 62 jackets para el parque eólico off shore de Saint-Brieuc, que se suman a encargos similares ya realizados en el pasado para parques como el de Wikinger, en aguas alemanas del mar Báltico, y el East Anglia One, en costas británicas. Entre todos ellos suman un importe cercano a los 1.000 millones de euros.

El nuevo boom eólico en Galicia

De esta forma, Ferrolterra se perfila como la principal beneficiada por la previsible irrupción de la eólica marina en aguas gallegas. La transición ecológica dejaría así dos caras para la comarca gallega. Por un lado, esta tendencia ha desencadenado el cierre casi definitivo de la central térmica de As Pontes ante la escalada de costes por partidas como las emisiones de CO2 o el céntimo verde. Por otro, este proceso da alas a la irrupción de proyectos que giran en torno a las energías renovables, como es el caso de los parques eólicos marinos flotantes que ya florecen a escasos kilómetros de la frontera gallega (como en las aguas lusas de Viana do Castelo) o la planta de hidrógeno verde de 100 megavatios que Endesa ha planteado en As Pontes y cuya construcción podría arrancar en 2023.

La otra gran oportunidad en el ámbito de las energías verdes sí que pasará de largo por Ferrolterra. Lala avalancha de nuevos parques eólicos en Galicia (Endesa proyecta aumentar su potencia instalada en la comunidad en 1.505 megavatios hasta 2026 con el entorno de As Pontes como punta de lanza y Naturgy ha prometido otros 1.000 megavatios con una treintena de parques eólicos), a los que no podrá optar la que hasta ahora era la mayor fábrica de palas de toda España. Se trata de la planta de Siemens Gamesa en As Somozas, que contaba con 214 operarios y que hace tres semanas votaron a favor del ERE extintivo que entierra definitivamente una planta que nació precisamente al calor del primer boom de la energía eólica en Galicia a finales del siglo pasado.

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