La cruzada de Bimba y Lola contra los falsificadores

La compañía que pilotan María y Uxía Domínguez llegó a presentar 120 denuncias en un año e incluso enviar escritos a los ayuntamientos para que vigilaran los mercadillos

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«La piratería es una de las mayores lacras que sufre el sector de la moda». Así se pronunciaban María y Uxía Domínguez en una sorprendente nota de prensa emitida hace tres años por Bimba y Lola, una compañía de crepuscular discrección que, repentinamente, alzaba la voz contra los falsificadores.

Las sobrinas de Adolfo Domínguez anunciaban que habían presentado 120 denuncias en un año contra plagiadores de su marca, poniendo de relieve, de manera indirecta, la eclosión de su compañía. La empresa nació como un modesto proyecto de venta de accesorios que daría salida a las inquietudes creativas de las diseñadoras, pero trazó una ascendente trayectoria que la ha llevado a superar en ventas a la cotizada empresa de su tío.

Persecución a los mercadillos

Aquel año, el 2013, cerca de 12.000 artículos falsos con la enseña del galgo fueron intervenidos por las autoridades. Bimba y Lola era una de las firmas de moda más falsificadas de España y María y Uxía iniciaban una implacable ofensiva contra los piratas, que muestran especial predilección por sus bolsos y carteras de mano.

El comunicado que calificó como «lacra» a los falsificadores, llegó a las redacciones poco después de que la compañía enviara escritos a diversos ayuntamientos, conminándolos a estar vigilantes y tomar medidas contra los mercadillos, y, si fuera posible, incautar las prendas falsas que se estaban comercializando con el logotipo de Bimba y Lola. Entre ellos estaba Arteixo, sede del gigante Inditex.

Incautación en Barajas

Las denuncias contra falsificadores se mantuvieron constantes en el día a día de la empresa. Una de las más conocidas fue contra una mujer que descubrieron en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas con una maleta llena de 18 kilos de herrajes con el logo de Bimba y Lola. La acusada alegó que desconocía el contenido, pues la maleta se la encomendó un conocido en China para que la transportara Madrid sin darle mayores explicaciones sobre su interior.

La Audiencia Provincial ordenó destruir los 18 kilos de herrajes metálicos, pero desestimó la condena por delito contra la propiedad industrial que reclamaban Uxía y María Domínguez. La condena inicial contra la acusada, rechazada en segunda instancia, era de 180 euros. No suelen ser mucho mayores cuando al que se atrapa es el último eslabón de la cadena.

Bimba contra Bimba

Pese a los falsificadores, la marca Bimba y Lola goza de buena salud. La empresa, respaldada por Jesús Domínguez, padre de María y Uxía y arquitecto de la eclosión de Adolfo Domínguez en los años ochenta y noventa, alcanzó en su último ejercicio los 115,7 millones en ventas, superando por primera vez a la empresa de su tío, que se quedó en los 105 millones.

La firma se hizo tan popular que incluso mantuvo un prolongado litigio con la recientemente fallecida Bimba Bosé por el uso de la marca, del que salió victoriosa.

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