La guerra silenciosa entre Hacienda y el rey del cemento de Galicia

Reclamaciones millonarias, sanciones y pleitos con Hacienda se cruzan en el camino del gigante Votorantim tras comprar la gallega Corporación Noroeste

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Un gigante del cemento con casi 7.000 millones de facturación anual echó raíces en Vigo. Al menos, en cuanto a estructura societaria. Fue curiosamente en la calle Brasil de la ciudad olívica donde la multinacional carioca Votorantim domicilió un holding del que cuelgan casi medio centenar de filiales repartidas por España, Turquía, Marruecos, Túnez, Perú, Uruguay y hasta la India. El conglomerado de fábricas y moliendas llegó a superar los 3.500 millones en activos, aunque las salidas de algunos mercados, como China, y la escisión del negocio norteamericano (Canadá y EEUU) los han reducido en el último año a menos de la mitad, 1.420 millones.

Todos tienen como sociedad dominante a la pontevedresa Votorantim Cimentos EAA Inversiones, a su vez dependiente del grupo brasileño, pero asentada en Galicia desde la adquisición en 2012 de las emblemáticas cementeras de Corporación Noroeste. Menos conocido por ese nombre, Corporación Noroeste es el dueño de Cementos Cosmos, con fábricas en Oural (Lugo), Toral de los Vados (León), Niebla (Huelva) y Córdoba, además de tener moliendas en Málaga y Tenerife y siete puntos de expedición repartidos por territorio gallego.

En definitiva, uno de los grandes operadores del sector en España que adquirió uno de los grandes operadores mundiales cuando la crisis económica hacía estragos en toda actividad vinculada al ladrillo. Votorantim no solo heredó canteras, moliendas y cementeras del anterior dueño, la lusa Cimpor, sino también unas enquistadas desavenencias con la Agencia Tributaria que se reproducen año tras año desde el ejercicio 2002 de Corporación Noroeste.

Hacienda cruje a inspecciones al grupo

Por el Impuesto de Sociedades de aquel curso llegó a reclamar el fisco 5 millones de euros que quedaron en nada, pues la Audiencia Nacional acabaría dando la razón a la empresa en 2013, cuando ya había cambiado de manos. Las inspecciones fiscales a Corporación Noroeste se sucedieron para todos los ejercicios entre 2002 y 2012, el primero que afectaría directamente a Votorantim tras el traspaso de la propiedad.

También en ese año hubo lío. La Agencia Tributaria cursó una liquidación de algo más de dos millones por el Impuesto de Sociedades. Parte de la cuantía procedía de dos resoluciones sancionadoras por un valor conjunto de 685.000 euros. La multinacional carioca ha llevado el procedimiento hasta la Audiencia Nacional y está a la espera de resolución. El resto de ejercicios y de impuestos a partir de entonces, según indica Votorantim en su memoria, continúan abiertos a inspección.

Luxemburgo se queda los activos escindidos

El holding cerró el ejercicio con 63 millones de resultado operativo, que después de impuestos y descontado el impacto de la escisión de la rama norteamericana se quedaron en solamente 7,2 millones en ganancias, lejos de los 166 millones en ganancias del año anterior. En España el comportamiento fue positivo, con una mejora del ebitda del 31%.

El negocio escindido en Estados Unidos y Canadá, donde el grupo cuenta con más de una decena de filiales, pasa a depender de una nueva sociedad creada en Luxemburgo, Votorantim Ciment International. No será la única merma en los activos del holding de Vigo, pues la multinacional ha llegado a un acuerdo de venta para traspasar su negocio en la India.

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