Motín de los grandes accionistas de Pescanova contra la banca

El consejo remite a la CNMV una carta en la que pide alterar el convenio y quedarse con el 20% del capital de la nueva compañía sin poner dinero para evitar un escenario "ingobernable"

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La rebelión que se enunció en la junta de accionistas de Pescanova en mayo adquirió este jueves cariz público. El consejo de la compañía remitió una carta al mejor altavoz, la CNMV, en la que solicita, con un tono tan amable como contundente, que los accionistas de la compañía controlen un 20% de la nueva sociedad, la llamada Nueva Pescanova que emergerá tras la ampliación de capital prevista en el convenio. El matiz clave para los grandes accionistas, donde estarían Iberfomento o Carolina Masaveu, por ejemplo, es, como en tantos otros casos, el dinero.

El convenio de la banca acreedora contempla que los accionistas se queden con un 5% de la nueva empresa y que puedan alcanzar el 20% con una aportación dineraria de 7,32 millones, según la hoja de ruta del llamado G7. El consejo pide que se obtenga esa representación sin necesidad de desembolso. Es decir, que «sea atribuido a la propia Pescanova en contraprestación al mayor valor de ésta a día de hoy, sin necesidad por tanto de ninguna aportación de capital adicional», dice la misiva que está dirigida a todos los accionistas de la compañía.

Triple argumento

Hay tras argumentos para defender la propuesta. El obvio, pues está contenido en el mismo enunciado, que «la realidad del Grupo Pescanova ha mejorado sustancialmente. Y el Consejo está convencido de que una valoración independiente a día de hoy así lo pondría de manifiesto».

En segundo lugar, los accionistas «han sido víctimas en el pasado de una ocultación dolosa y continuada de la realidad económica de la sociedad, con las consecuencias que todos conocemos. Y de ello se ha derivado para todos, accionistas y acreedores, un gravísimo perjuicio patrimonial».

Pero quizá el más llamativo es que, según el Consejo, la compañía sería poco menos que ingobernable con la actual hoja de ruta. «Nueva Pescanova será, conforme a lo establecido en los convenios, una sociedad limitada, forma jurídica no susceptible de negociación en bolsa y absolutamente inadecuada para una masa societaria amplia (…) la operativa de Nueva Pescanova resultaría en la práctica muy compleja, si no ingobernable», explica la carta.

Regañina a la banca

La propuesta que ahora se hace pública, en realidad, ya se planteó al G7 –los principales bancos acreedores– el 25 de mayo. De hecho, la carta incide en varias ocasiones en la falta de respuesta de la banca y en su empeño en mantener una propuesta «rígida».

«Hasta ahora el G7 no ha entrado a considerar ningún eventual cambio en el trato que los convenios reservan a los accionistas de Pescanova. Y en los convenios de las filiales se prevé que cualquier desviación sobre la rígida hoja de ruta prefijada sería considerada como un incumplimiento de los propios convenios, con la gravísima consecuencia de poder producir la entrada en liquidación de Pescanova y sus filiales. El Consejo de Administración no comparte esta opinión».

[Consulte aquí el documento completo]  

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