Showa Denko: la vecina de Alu Ibérica busca sitio para una planta de 400 millones

El gigante japonés estudia dónde ubicar una fábrica de grafito para baterías de coches eléctricos. Debe ser una zona de suelo industrial, y en la comarca coruñesa, por su necesaria conexión al puerto

Showa Denko planea otra factoría de grafito, en este caso destinada a vehículos eléctricos, y que se ubicará en la comarca de A Coruña. Foto: Xunta

Showa Denko planea otra factoría de grafito, en este caso destinada a vehículos eléctricos, y que se ubicará en la comarca de A Coruña. Foto: Xunta

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Otro nuevo proyecto millonario se presenta en Galicia en los tiempos de la descarbonización y las ayudas europeas. El gigante japonés Showa Denko anunció que estudia instalar en A Coruña una fábrica de grafito para baterías de coches eléctricos. La noticia se realizó con motivo de la visita del presidente autonómico, Alberto Nuñez Feijóo, a las instalaciones de la factoría que posee en el polígono de Agrela y que adquirió en 2017.

Distintas fuentes consultadas por Economía Digital Galicia, tanto del ámbito de la empresa como de la administración, insisten en que, de momento, la ubicación no está escogida de forma definitiva, pues se acomete un plan de viabilidad que decantará el desarrollo o no del proyecto. Lo que sí está claro es que la fábrica, de llevarse a cabo, estará situada en la comarca de A Coruña. ¿Su presupuesto? Millonario, como el de casi todos los proyectos que se adelantan en los últimos tiempos. Una inversión inicial de 100 millones de euros que podría llegar a los 400 en un futuro para un nuevo activo de unos 200.000 metros cuadrados.

Los requisitos del gigante japonés

A la hora de escoger emplazamiento, los japoneses tienen requisitos. Necesitan un espacio que tenga conexión con el Puerto de A Coruña, que esté en zona de suelo industrial y que pueda tener acceso a una fuente de energía renovable. Además, esperan que el plan cuente con el apoyo del Gobierno gallego que, de momento, ya se ha comprometido por boca del presidente a facilitar la tramitación de una planta eólica que surta de energía verde al futuro activo. La idea es que la compañía, una hiperconsumidora eléctrica, pueda disponer de un contrato a largo plazo, un PPA, para poder reducir su factura eléctrica.

El Gobierno gallego ya ha anunciado que está dispuesto a poner alfombra roja a aquellos parques eólicos que se desarrollen en la comunidad con el objetivo de suministrar contratos energéticos estables a empresas consideradas esenciales. Es lo que pretende hacer, de hecho, con los proyectos de Greenalia y de Capital Energy ligados al futuro de la planta de aluminio de Alcoa en San Cibrao.

Estudio de alternativas en Europa

Según esas mismas fuentes, la planta, una nueva fábrica de grafito destinada en este caso a baterías de automóviles eléctricos, sería la primera de España de sus características y una de las pocas que se cuentan en Europa. El grupo japonés habría analizado hasta ahora el emplazamiento para la misma en distintos territorios comunitarios, destacando finalmente las oportunidades de A Coruña.

El director de operaciones de Showa Denko en su división de carbón, César Castiñeiras, indicó durante la visita del mandatario gallego que la pretensión de la firma es la de poner en marcha una nueva planta que podría fabricar unas 60.000 toneladas de grafito artificial que servirían para equipar más de un millón de vehículos eléctricos anualmente. Un cifra que supera el número de coches de estas características vendidos en España. Además de la inversión de 400 millones, la puesta en marcha supondría “un impacto laboral de varios cientos de empleos de alta calidad, tanto directos como indirectos”.

Alu Ibérica, la vecina pobre

El sector industrial coruñés destacó este miércoles, una vez conocida la intención de la multinacional japonesa, la coincidencia de que la actual fábrica de Showa Denko en Agrela se localiza al lado de la factoría de aluminio de Alu Ibérica, en este momento paralizada debido a la ingente deuda que la atenaza y a una investigación de la Audiencia Nacional que estudia una presunta descapitalización fraudulenta por parte de sus actuales dueños, Grupo Industrial Riesgo.

Sus suertes son bien distintas. Con plantillas amplias, mientras la factoría de la multinacional japonesa estudia su crecimiento, la que en su día estuvo en manos de Alcoa atraviesa ahora un concurso de acreedores que podría llevarla, si nadie lo evita, a su liquidación.

La misma jornada en la que Showa Denko anunció su proyecto, los trabajadores de Alu Ibérica se reunieron con el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones. Los empleados insisten en la necesidad de que el Estado garantice la pervivencia de la fábrica mediante su intervención vía SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales). Todo eso mientras se busca un proyecto industrial de futuro. De momento, es una incógnita si el futuro de Showa Denko mira de alguna forma en su expansión hacia los terrenos de la compañía de aluminio.

Las cifras de Showa Denko

En la somera presentación de su proyecto àra baterías eléctricas, los de Showa Denko aseguraron que la de A Coruña es la fábrica de electrodos de grafito más eficiente del mundo. Actualmente, la planta coruñesa tiene capacidad para generar unas 60.000 toneladas año de electrodos de grafito, con los que se pueden reciclar 40 millones de toneladas de chatarra, seis veces más que toda la que genera España al año.

Curiosamente, el reciclaje de chatarra, en este caso de aluminio, podría ser una de las opciones de futuro de la vecina planta de Alu Ibérica, al menos según el cuaderno de compras elaborado por la administración autonómica y que plantea dos escenarios. O que se mantenga como una planta de aluminio al uso o que se convierta en una factoría de aluminio verde, reciclando el metal a partir de chatarra.

La sociedad Showa Denko Carbon Spain cerró el ejercicio 2020 en números rojos y con una caída de la facturación. Con una plantilla de unas 160 personas, la cifra de negocio fue de 136 millones de euros. No obstante, el año de prepandemia ascendió hasta los 390 millones de euros. En sus cuentas anuales, los administradores achacaron el retroceso a la caída de los precios de venta de los electrodos.

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