¿Y después del Covid? Parece que bien, gracias

España e Irlanda son actualmente los líderes del crecimiento de la actividad del sector privado en de la zona euro, que se vio impulsado en mayo hasta máximos desde febrero de 2018

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La coyuntura económica de Europa y España atraviesa un momento trascendental. Parece que estamos finalizando una pandemia sin parangón reciente y, como es lógico, la crisis económica generada tampoco tiene comparación posible. Según los últimos indicadores conocidos, todo apunta a que la recuperación, por sus condicionantes psicológicos, será también singular.

A estas alturas, los signos de aceleración son claros. En mayo el principal indicador adelantado coyuntural alcanzó su máximo de los últimos diez años: el PMI (Purchasing Manager Index) rozó la cifra de 60, mostrando un inusitado vigor. Es evidente que la aceleración de la vacunación y el levantamiento de las restricciones están impulsado la actividad a un ritmo superior al previsto hace unas semanas. El PMI del sector servicios español intensificó la recuperación y en mayo se expandió al ritmo más rápido desde agosto de 2015. Este indicador está basado en una encuesta entre responsables de compras del sector empresarial y subió hasta 59,4 desde 54,6 en abril. El alivio gradual de las limitaciones abre la puerta a la reapertura de negocios y a la revitalización de la demanda.

A la luz de estas cifras, diferentes entidades públicas y privadas han actualizado sus previsiones de crecimiento económico para el segundo trimestre de este año, apuntando a un alza del 1,5%, tras la caída del 0,5% del primero y el cierre plano del último cuarto de 2020.

Además de los servicios, el PMI manufacturero también avanzó a máximos desde 1998, con un resultado de 59,4 puntos desde 57,7 de abril. La actividad empresarial en España en mayo se aceleró hasta alcanzar la mejor lectura desde noviembre de 2006. La lectura de este indicador adelantado destaca que el sector servicios está preparado para un rápido crecimiento a corto plazo, ya que clientes y consumidores están interesados en volver a la normalidad tras la pandemia.

En términos comparativos, la realidad también es muy positiva, ya que España e Irlanda son actualmente los líderes del crecimiento de la actividad del sector privado en de la zona euro, que también se vio impulsado en mayo hasta máximos desde febrero de 2018, según refleja el PMI, que llegó a 57,1 puntos desde 53,8 el mes precedente.

Además, mes a mes se va confirmando lo que los indicadores adelantados llevaban sugiriendo desde hace varios meses. Coincidiendo con la caída del estado de alarma en España y en varios países de Europa, las cifras de empleo muestran datos positivos. En mayo se crearon 211.923 afiliados, lo que supone volver a los niveles de otros meses de mayo anteriores a la pandemia. En total, al cierre del mes pasado había 19.267.221 afiliados, superando los 19.250.000 que había en febrero de 2020, el mes anterior al confinamiento.

La ocupación sube en todos los sectores, especialmente en hostelería (más de 62.800 nuevos afiliados), actividades administrativas (16.000), comercio (15.000) y construcción (14.000). Los datos del desempleo también dan motivos para la esperanza: 129.378 desempleados menos, la mayor caída en la serie histórica (comenzó en 1996). De esta forma, el número total de desempleados quedó en 3.781.250. Aunque estos datos son buenos y motivo para la esperanza todavía estamos muy lejos de los niveles prepandemia, ya que en febrero de 2020 había 535.203 parados menos.

Desde el punto de vista del consumo, las expectativas parecen haber mejorado. La confianza de los consumidores en la economía española continuó al alza en mayo hasta superar el nivel previo a la irrupción del Covid-19. El índice de confianza del consumidor (ICC) alcanzó en mayo 89 puntos, dato superior a los 85,7 de febrero de 2020, aunque todavía lejos de los 100 puntos que marcan el umbral entre la percepción positiva y negativa.

El consumo parece que también se verá favorecido por la demanda turística. Los datos de Aena muestran que la relajación de las exigencias a turistas está teniendo un efecto inmediato sobre los vuelos. El tráfico de los aeropuertos españoles (suma de salidas y llegadas) creció un 25% en la primera semana de junio. Los de fuera de la UE se incrementaron un 36% en siete días, aunque todavía lejos de los registrados en las mismas fechas de 2019. Es de esperar que a lo largo de junio veamos crecimientos similares y que la tendencia se mantenga en los próximos meses.

En cuanto al sector exterior, hay que destacar que las exportaciones españolas subieron al nivel de 2019 en el primer trimestre de 2021. Las importaciones también crecieron hasta marzo, pero todavía están por debajo de las cifras previas al coronavirus. La venta española de bienes al exterior creció un 4,9% interanual, alcanzando la cifra de 72.307,9 millones de euros. Este dato supera ligeramente al alcanzado en 2019, previo a la pandemia (71.013,4 millones). Por su parte, las importaciones disminuyeron el 1,3% interanual hasta los 75.570,7 millones de euros, frente a la subida interanual del 1,4% de 2019. Estos datos dibujan un panorama optimista, tras el frenazo de las exportaciones registrado en meses anteriores.

Por su parte, el saldo comercial de estos tres primeros meses registró un déficit de 3.262,8 millones de euros, un 57,4% inferior al registrado en idéntico período de 2020 y el 65,5% menos que en 2019. La tasa de cobertura se situó en 95,7%, un 7,5% superior a la del año previo a la pandemia. Los principales sectores en términos de peso sobre las

exportaciones totales fueron alimentación, bebidas y tabaco, con el 19,6% del total; bienes de equipo (19,3%), productos químicos (15,8%) y sector del automóvil (14,5%).

Los principales crecimientos de nuestras exportaciones, por destinos, fueron Francia (+1,7%), Italia (+0,9%), China (+0,9%) y Alemania (+0,9%). En cambio, las mayores contribuciones negativas correspondieron a Reino Unido (-0,5%), Singapur (-0,3%), Gibraltar (-0,2%) y Brasil (-0,1%). Las exportaciones dirigidas a la UE representaron el 61,2%, lo que supone un ascenso del 7,8% interanual. Este año, las ventas dirigidas a Francia suponen el 15,9% del total, seguidas de Alemania (11,5%), Italia (8,4%) y Portugal (7,1%).

En medio de este conjunto de buenas noticias, también aparecen amenazas. Así, las tensiones sobre los precios comienzan a aparecer. Los precios en mayo experimentaron un fuerte repunte (0,5% y 2,7% interanual) al mismo tiempo que los precios de la energía también presionan. Así, la inflación escala a niveles desconocidos en cuatro años, ya que no se alcanzaba una tasa de IPC tan elevada desde febrero de 2017 (3%).

«Parece haberse instalado un nuevo ambiente de “optimismo moderado” en el Banco Central Europeo (BCE)»

A este incremento contribuyó, principalmente, el encarecimiento de las gasolinas, así como el comportamiento de los paquetes turísticos. Por su parte, la inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) situó su tasa interanual en mayo en el 0,2%, dos décimas más que en abril y un 2,5% por debajo del índice general, siendo la mayor brecha entre la subyacente y la tasa general desde agosto de 1986. Una situación que el consenso considera que, como consecuencia del levantamiento de las restricciones y de la reapertura económica, es normal, aunque la duda está en saber si se trata de un repunte temporal u obedece a razones de fondo, lo que sería más peligroso.

En este contexto, parece haberse instalado un nuevo ambiente de “optimismo moderado” en el Banco Central Europeo (BCE). Tras un mal primer trimestre, con una recaída en la recesión, la eurozona está viviendo un fuerte efecto rebote gracias al levantamiento de restricciones y al empuje de la campaña de vacunación contra la Covid-19.

Ello ha llevado a la institución que dirige Lagarde a mejorar sus previsiones para 2021 y 2022. Tras desplomarse un 6,8% el año pasado, la eurozona crecerá un 4,6% y un 4,7%. Este es el escenario central, pero el BCE plantea además otros dos escenarios alternativos. Si la vacunación se dispara y el turismo y el transporte despegan antes de lo previsto, la economía podría avanzar hasta un 6,2% este año y un 5,5% en 2022. En el extremo contrario, si la pandemia se eterniza por culpa de las nuevas variantes, el crecimiento podría reducirse hasta el 2,9% este año y el 2,3% en 2022.

Para España, prestigiosas instituciones han revisado sus previsiones económicas. Es el caso de Funcas, que vaticina que nuestro PIB crecerá un 6% en este ejercicio y un 6,2% en 2022. Con independencia de la cifra exacta, lo que parece claro es que tendencialmente nuestra economía está mostrando un vigor mayor a lo esperado hace unos meses. La sólida integración de nuestra economía en Europa, las positivas expectativas existentes y el papel que continúa jugando el BCE al mantener los tipos de interés en niveles históricamente mínimos, ayudan a que el horizonte se vaya aclarando.

Según el Banco de España, la recuperación sostenida e irreversible de la crisis del Covid ya comenzó. Según esta institución, la primavera de 2021 culminará con un incremento trimestral del PIB superior al 2%, un ritmo que mantendrá ya en el resto del ejercicio.

En Zincapital y en Red Mundo Atlántico creemos que las buenas expectativas se cumplirán y veremos unos trimestres muy favorables para el entorno económico y la actividad empresarial en general, así como para la creación de empleo. Únicamente la evolución de los precios al consumo en la zona euro y sus expectativas podrían modificar a corto plazo el entorno existente. Esperemos que la actividad y el confrontamiento de nuestros políticos, españoles y europeos, no contribuya a empeorar el buen entorno existente…

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