El PP acelera su OPA a Ciudadanos con el foco en los alcaldes

Los populares activan la estrategia de "reactivar las bases" mediante el fichaje de un centenar de cargos de Cs con vistas a cubrir las próximas listas electorales en todos los niveles.

El presidente del PP, Pablo Casado, junto al secretario general, Teodoro García Egea, en una reunión de la junta nacional

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Pablo Casado no tiene tiempo que perder. La aplastante victoria de Isabel Díaz Ayuso en Madrid ha revitalizado al partido y desde la dirección nacional ya han puesto en marcha la OPA a Ciudadanos con el foco en captar alcaldes y «reactivar las bases». Fuentes de la cúpula señalan a Economía Digital que el partido se pone en «modo electoral» para incorporar a cargos «locales, provinciales, regionales y nacionales» de la formación de Inés Arrimadas con los que llevan meses en contacto. Entre ellos, más de 8.000 alcaldes de cara a las municipales de 2023, según fuentes del PP.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, sigue a los mandos de esta operación, modificada tras la «traición», según los populares, de Cs con el PSOE en Murcia que ha propiciado su auge y caída adelantada. Le ayudará un viejo conocido en Cs y reciente fichaje del PP, Fran Hervías, quien ya ha conseguido la salida de varios dirigentes de Cs hacia el PP.

La estrategia consiste en incorporar a gente para que colabore, de manera escalonada. «Aún hay tiempo para hacerlo bien», señalan fuentes del PP. Es decir, en Génova no quieren «afiliaciones masivas», sino que abandonen el partido naranja asegurando que «la única alternativa del centro derecha consiste en aglutinar el voto en torno al PP». Lo que algunos diputados populares llaman ‘amistosamente’ «hacerse un Toni Cantó». El ex diputado de Cs no pudo, finalmente, figurar en las listas de Ayuso pero sigue a la espera de que los de Casado anuncien su nuevo cargo.

El presidente y el secretario general del PP, Pablo Casado y Teodoro García Egea, en la sede de la calle Génova, en Madrid. Foto: EFE

En la dirección popular están obsesionados con aquello de «reunificar por la base» y se afanan estos días, y después de los comicios madrileños, en cerrar las nuevas colaboraciones con cuadros medios y bajos de Cs que ya han solicitado o se busca que den el paso, sobre todo, en localidades o provincias donde al PP le falta gente para figurar en las próximas listas electorales.

Tras dinamitar al PSOE en Madrid, los populares pasan a ocuparse de recuperar el voto del centroderecha. Pero para que aquello no parezca una desbandada y evitar el enfado en las propias filas populares (algunos barones no ven con buenos ojos tantos fichajes), todo se hará de manera «escalonada», comentan fuentes conocedoras.

Esto quiere decir que la Convención Nacional que los populares ya preparan de cara a este otoño, entre otros cometidos tendrá la de renovar el programa del partido. Es aquí donde en la dirección nacional se muestran abiertos a incluir propuestas o algunos aspectos de Cs al programa para captar a figuras importantes, además de políticos también a la sociedad civil.

«Hacer un partido más abierto», explican llanamente. Y aquí, algunos populares no niegan que la ‘joya de la Corona’ sería el fichaje de Albert Rivera, aunque el ex político haya rechazado ya ofertas y se encuentre feliz trabajando en un bufete de abogados que lleva su apellido. Dirigentes del PP no descartan que en los próximos años pudiera dar el paso de nuevo a la política, sin embargo, por fuentes cercanas al propio Rivera insisten en que «no lo contempla».

Cs rechaza la fusión con el PP

Tocados y casi hundidos. Como un barco a la deriva se encuentra Ciudadanos tras no obtener representación en la Asamblea de Madrid las pasadas elecciones. El candidato, Edmundo Bal, no obtuvo el 3% de votos requerido para obtener representación y el partido ha quedado en una situación delicada, también por las constantes salidas de dirigentes.

Aún con todo, su líder, Inés Arrimadas, salió para ascender a Bal como vicesecretario general y también a Daniel Pérez, quien ayudó en la estrategia de campaña. Lejos de contemplar dimisiones o realizar un profunda reflexión como solicitan los críticos, los naranjas tiran para adelante sin mirar atrás.

En plena desbandada de cargos a la formación de Pablo Casado, los naranjas rechazaron estudiar una fusión con el PP en su última ejecutiva. «No hay fusión con el Partido Popular», zanjó Arrimadas.

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, en una rueda de prensa el 16 de febrero de 2021, en Madrid | EFE/FV/Archivo
La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, en una rueda de prensa. Foto: EFE/FV/Archivo

La respuesta se produce después de que el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, se abriera a la posibilidad de que Cs y PP alcancen un «acuerdo nacional» que sirva para «alcanzar la irrenunciable obligación de sacar a Sánchez de la Moncloa» tras el resultado regional en Madrid. «Madrid grita libertad», apostilló el crítico por excelencia de los naranjas.

Cabe recordar que Igea se enfrentó a las primarias contra Arrimadas reivindicando la posibilidad de pactar tanto con el PP como con el PSOE. Los de Arrimadas buscan recopilar por todas las comunidades las propuestas de los suyos y plasmarlas en un programa que vuelva a ilusionar en una gran convención nacional que tendrá lugar en julio, según anunció el partido.

Al más puro estilo Casado, Arrimadas busca resurgir pese a que el repunte de las deserciones no le da tregua y los críticos que piden una asamblea extraordinaria y que se depuren responsabilidades «para empezar de cero de verdad».

La corriente crítica llamada de los Renovadores pide la dimisión de Arrimadas y un nuevo cónclave para enmendar las decisiones que ven equivocadas, promover nuevas propuestas y «reencontrarse con la militancia», pero no tienen fácil sacar adelante sus demandas porque necesitan reunir al menos la firma de un tercio de los afiliados como requieren los estatutos.

Tampoco parece probable que el comité ejecutivo o el consejo general abran esa vía del congreso cuando Ciudadanos celebró hace apenas un año la asamblea que dio el relevo a Arrimadas. De momento, la líder de Cs cuenta con el respaldo de su equipo, que ha cerrado filas con ella, descartando dimisiones y achacando este nuevo descalabro electoral, que se suma al de las catalanas de febrero, a la polarización política.

En la cúpula fían la supervivencia de la formación a una estrategia basada en «relanzar el centro», convencidos de que es necesario este espacio reformista y centrado, y en poder retener a la militancia que les queda mirando siempre de reojo a Pablo Casado.

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