Sánchez para los pies a Podemos tras los ataques a Marruecos

Horas después de la llegada masiva de inmigrantes a Ceuta, la responsable de Internacional y eurodiputada de Podemos reclamó un referéndum para el Sáhara en Bruselas.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados el día de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado / EFE

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados el día de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado / EFE

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Los ministros de Unidos Podemos recibieron órdenes claras de no confrontar con su mensaje en defensa del Sáhara Occidental en el seno del Gobierno de coalición. El mensaje fue claro: “Todos a una”, acordaron en la reunión que se convocó de urgencia y que aunó a las principales carteras del Ejecutivo para solucionar el conflicto.  

Sin embargo y según ha podido saber Economía Digital, las instrucciones llegaron no sin cierto malestar. Unas horas después de que se produjera la crisis migratoria y diplomática, Unidas Podemos ya había manifestado su opinión y volvió a reclamar un referéndum para el Sáhara Occidental. Algo que pasó desapercibido en España, pero no en Bruselas.  

La responsable de Internacional y eurodiputada de Podemos, Idoia Villanueva, grabó un vídeo que el partido se encargó de distribuir a través de sus redes sociales asegurando que “nosotros siempre hemos tenido una postura clara al respecto y mantenemos: la necesidad de libre determinación para el pueblo saharaui”.  

“Frente a esta nueva actuación del Gobierno de Marruecos tenemos que ser claros: España es un país soberano y libre para tomar sus propias decisiones. Defender nuestra soberanía implica no ceder ante los chantajes de Marruecos”, señaló Villanueva.  

Asimismo, la eurodiputada habló de Alemania en estos términos: “El hecho de que también haya abierto una crisis con Alemania por sus posturas sobre el Sáhara Occidental demuestra las injerencias del Gobierno de Marruecos y también refuerza la necesidad de una postura europea común”, comentó y añadió: “La solución no pasa por más Frontex”.  

Un mensaje “nada afortunado”, según desvelan fuentes del Ejecutivo, ante la dimensión del conflicto con Marruecos. Y de ahí la interlocución entre Sánchez y Díaz ante una posible ‘vuelta a las andadas’ como ya defendió Pablo Iglesias, para él «las devoluciones en caliente no son aceptables» y así lo mantuvo hasta su salida de la política.

También la actual ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, defendía la prohibición de las devoluciones en caliente.

Sin embargo esta semana y durante entrevista, Belarra no quiso pronunciarse:  «Me toca ser enormemente prudente porque estamos trabajando intensamente para que en el seno del Gobierno podamos llevar a cabo una gestión de esta crisis que tenga como eje básico el cumplimiento de los derechos humanos y una seguridad jurídica absoluto. Conocen perfectamente mi opinión porque es un tema en el que me he implicado personalmente muchísimas veces». 

Tras estas declaraciones, la ministra volvió a cambiar de dirección en su mensaje y sentenció en TVE: «Lo que estamos viendo son devoluciones. La legislación dice que se tienen que hacer con supervisión judicial y cumpliendo los derechos humanos».

Sánchez pide evitar la polémica  

La nueva relación entre presidente y vicepresidenta y responsable de Podemos en el Gobierno (Sánchez-Díaz) “funciona mejor que nunca”, señalan desde Moncloa.  

Lejos de seguir causando confrontación en el seno del Gobierno reiterando el deseo de un referéndum para el Sáhara Occidental, como bien defiende la formación en su programa electoral, Díaz cerró filas incluso con sus ministras más rebeldes (Ione Belarra e Irene Montero).  

El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez (c), y las vicepresidentas del Gobierno, Yolanda Díaz (i), Carmen Calvo (2i), Nadia Calviño (2d), y Teresa Ribera (d), durante la reunión del Consejo de Ministros celebrada este martes en la Moncloa. EFE/Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa
El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y las vicepresidentas del Gobierno, Yolanda Díaz, Carmen Calvo, Nadia Calviño, y Teresa Ribera, durante la reunión del Consejo de Ministros. Foto: EFE/Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa

Ningún dirigente morado ha vuelto a sacar el tema y el silencio, como bien publicó Economía Digital, se impuso frente a reclamar la propia identidad del partido, como en la etapa de Pablo Iglesias como vicepresidente.  

Otro malestar: las devoluciones en caliente  

El segundo sapo que se ha tenido que tragar la formación morada ha sido su defensa a ultranza de prohibir las devoluciones en caliente.  

Hasta hace poco, la formación de Pablo Iglesias criticaba junto a Pedro Sánchez las devoluciones en caliente que el Gobierno de coalición está aplicando para expulsar a los inmigrantes llegados estos días a Ceuta y Melilla. 

El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska anunció que “el Gobierno está poniendo todos los medios necesarios para proteger la integridad de nuestras fronteras y para proceder, asimismo, a la devolución inmediata y por los cauces legalmente establecidos de las personas que están entrando ilegalmente en nuestro país”.  

El mensaje atacó de lleno la línea de flotación de los morados. La propia Díaz envió las instrucciones de mantenerse “en un perfil bajo” y “evitar la polémica” ante la seriedad de la crisis con nuestro país vecino.  

Asimismo, la vicepresidenta ha solicitado evitar los reproches en público contra sus socios y compañeros socialistas.  

Algunos expertos y también diputados del partido advierten que el cierre de filas en torno a este asunto y otros como la ‘Ley Trans’, registrada por los socios de Gobierno y que no llegó a ser aprobada por el PSOE en sede parlamentaria, podría acarrear una verdadera “crisis de identidad” y pérdida de votantes de Unidas Podemos.  

Los defensores a ultranza de Pablo Iglesias lo intentan explicar mediante la búsqueda de “ese espacio propio donde defendíamos propuestas nuestras o contrarias para diferenciarnos del PSOE”.  

Ahora que Iglesias no está y enmudece para dejar hacer a Díaz, algunos en Podemos advierten de una posible pérdida de identidad que les diluya frente otras fuerzas de izquierda que comienzan a plantar cara al Gobierno como está haciendo Más Madrid o el partido de Iñigo Errejón.  

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