Un sector del PP aconseja «ajustar el discurso» a que Vox será socio necesario en Castilla y León

Cargos del PP piden a Casado normalizar la relación con Vox en Castilla y León y ponen como ejemplo a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco-EFE/R.García

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El ‘mensaje fuerza’ del Partido Popular ante los comicios de Castilla y León es conseguir el mayor número de votos para gobernar en solitario. Las encuestas publicadas acompañaban este mensaje dando al partido de Pablo Casado una holgada mayoría hasta esta semana. Dos sondeos (CIS y Sociométrica) apuntan a un empate técnico entre PP y PSOE e, incluso, hasta un retroceso de los populares. Lo que arroja a la formación de Casado a los brazos de Vox, pero ¿hasta qué punto?

Voces del Partido Popular en Castilla y León aconsejan «ajustar el discurso» a que Vox será un socio necesario en la comunidad. Estas fuentes insisten en la necesidad de rebajar las expectativas respecto al resultado electoral para que luego no empequeñezcan la victoria y normalizar la relación con sus posibles socios de Gobierno.

Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León./ EFE
Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León./ EFE

La formación ha trasladado este debate a la dirección nacional y aconseja ajustar el discurso al escenario de que Vox sea un partido necesario para entrar en el Gobierno y con el que se puedan llegar a acuerdos, como en su día se hizo con Ciudadanos. Estas voces ponen como ejemplo a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

La presidenta madrileña ha normalizado, a diferencia de otros barones, la necesidad de ese entendimiento con Vox, y así lo expresa sin tapujos en varias entrevistas. Ayuso habla sobre los puntos en común de su formación con Vox, así como sobre sus diferencias, pero sin disfrazar que son sus socios preferentes y que como tales tiene que tratarlos.

El CIS deja el escenario abierto a diferentes pactos

Estos cargos piden acompasar la estrategia a los nuevos tiempos en plena campaña electoral y con encuestas que no arrojan un mayoría amplia para que Alfonso Fernández Mañueco gobierne en solitario. Según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), PP y PSOE obtendrían resultados similares.

El sondeo dibuja un empate entre las dos formaciones en los comicios que se celebrarán el 13 de febrero. La diferencia entre PSOE (30,8%) y PP (29,8%) en la estimación de voto es de apenas un punto. El trabajo estima unas horquillas de procuradores muy amplias, algo que deja el escenario abierto a diferentes pactos de Gobierno. 

Ciudadanos, socio del PP hasta la convocatoria electoral, sería la tercera fuerza política, con una estimación de voto de un 7,9% y entre dos y cinco escaños. El resultado está muy alejado de los apoyos que obtuvo en las elecciones de 2019, en las que logró 12 representantes.

La mayoría absoluta del Parlamento de Castilla y León, con 81 procuradores, se sitúa en 41 votos. Aunque las horquillas que deja el CIS en cuanto a número de diputados dificultan saber qué posibles pactos podrían triunfar, si tomamos el mejor resultado estimado para cada formación, el bloque de las derechas, liderado por el PP junto con C’s y Vox —con 32, 8 y 5 diputados, respectivamente—, podría sumar sin recurrir a otras fuerzas minoritarias e incluso tendrían un margen de cuatro escaños.

Según refleja la encuesta, una de las claves sería el ‘voto fugado de Cs ya que, de los preguntados que afirman haber votado al partido naranja en las últimas autonómicas, un 53% se debate entre dos partidos y otro 20% lo hace entre tres formaciones. Un 16,6% de sus votantes afirman en esta encuesta que se irán al PP, pero sólo un 5,5% piensa en apoyar a Vox y otro 5,3% al PSOE. 

La encuesta de Sociómetrica para El Español arroja un resultado favorable para el PP asegurando que Mañueco ganaría con el 33% de los votos y 32-35 escaños, pero se alejaría de la mayoría absoluta que rozaba hace un mes y necesitaría a Vox para gobernar. De ahí la petición de cambiar el discurso por parte de algunos cargos populares en la comunidad.

Sin embargo y desde Génova, un alto cargo no lo ve así asegurando que el pacto PP y Vox se ha normalizado entre sus bases, a pesar de las diferencias, frente al «mal mayor que es la izquierda».

Un dirigente reconoce que en la dirección nacional son más reticentes a asimilar este discurso en campaña por que pueda ser utilizado como factor de movilización por parte de la izquierda en un momento en el que los suyos están mucho más desmotivados que los votantes de la derecha.

En la dirección popular no quieren ni oír de pactos hasta que no se conozcan los resultados y advierten que «a partir de ahí hablaremos». Todo depende de los escaños que consigan los posibles socios y si los ‘naranjas’ desaparecen del Parlamento, tal y como sucedió en Madrid, o no. Todos los escenarios están abiertos.

Por si acaso, Vox comienza a abrir la mano al PP. «Es el momento de entrar en los Gobiernos y ejecutar nuestro programa». Las palabras son de la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio.

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