Los técnicos de Hacienda se plantan: huelga este miércoles por el colapso interno
Gestha convoca una jornada de paro y una manifestación en Madrid para denunciar la falta de movilidad, la caída de medios y el deterioro del control fiscal
Fachada de Hacienda.
Los técnicos de Hacienda afrontan este miércoles una jornada decisiva, en la que más de 1.500 profesionales están llamados a secundar una huelga inédita en el colectivo. La convocatoria, impulsada por el sindicato Gestha, busca denunciar lo que consideran un deterioro progresivo del Ministerio de Hacienda y de la Agencia Tributaria, tanto en recursos humanos como en la estructura de promoción interna y movilidad.
El paro llega acompañado de una gran concentración en Madrid, que comenzará a las 12.30 horas en la plaza de Cibeles y avanzará hasta las puertas del Ministerio de Hacienda. Allí, según lo previsto, representantes sindicales atenderán a los medios a partir de las 13.30 horas para explicar los motivos de este conflicto laboral que amenaza con tensar aún más el funcionamiento interno del organismo encargado de la recaudación y el control fiscal del país.
Las razones de una protesta que “se venía gestando desde hace años”
Gestha denuncia el bloqueo de la carrera profesional, un problema que afecta a generaciones completas de técnicos, incapaces de ascender, cambiar de destino o ver reconocidas las responsabilidades que asumen en sus puestos. Según el sindicato, la situación no solo perjudica a los trabajadores, sino que reduce la eficacia de la Administración en la lucha contra el fraude fiscal y el control del gasto público.
Los técnicos recuerdan que su labor incluye tareas complejas y de alta responsabilidad, desde el análisis de operaciones sospechosas hasta la inspección de grandes patrimonios o la supervisión del comercio exterior. Sin embargo, aseguran que la falta de desarrollo profesional, unido a la pérdida de personal especializado, ha ido debilitando progresivamente la capacidad de actuación del Estado frente a la evasión fiscal.
Uno de los datos que los técnicos ponen sobre la mesa es el desplome del 82% en las denuncias por delitos fiscales desde 2011, una cifra que atribuyen directamente a la falta de recursos humanos, a la fuga de talento y al bloqueo de las estructuras internas.
A juicio de Gestha, esta caída refleja una supervisión cada vez más débil de los grandes evasores, mientras las actuaciones sobre particulares, autónomos y pymes han aumentado. El sindicato sostiene que esta estrategia no solo es injusta, sino también ineficiente, porque abandona aquellos frentes donde se concentra el mayor volumen de fraude fiscal.
“Estamos perdiendo capacidad para perseguir a quienes más defraudan, mientras vemos cómo se saturan las unidades encargadas de atender a los contribuyentes de menor volumen”, lamentan desde la organización.

Los jóvenes y los veteranos, movilizados por igual
La manifestación de este miércoles promete ser un mosaico de generaciones. Desde los técnicos recién incorporados en aduanas como Irún, Santurtzi, Sondika o La Farga de Moles, hasta quienes están a las puertas de la jubilación, todos coinciden en que la situación ha llegado a un límite.
La falta de movilidad es una de las quejas más repetidas. Gestha calcula que alrededor de 1.200 técnicos desean trasladarse a destinos más cercanos a su familia o a lugares donde puedan desarrollar su especialidad. Sin embargo, según denuncian, la Agencia Tributaria prioriza los destinos para quienes acaban de aprobar por promoción interna, dejando para el final a profesionales con más antigüedad y méritos acreditados.
Este sistema ha generado plantillas fracturadas, con técnicos desplazados a cientos de kilómetros de su entorno familiar durante años, mientras en territorios con alta economía sumergida quedan vacantes sin cubrir. El resultado, según Gestha, es una Administración desmotivada y cada vez menos especializada, justo lo contrario de lo que necesita un organismo fundamental para las finanzas públicas.
“No puede haber lucha eficaz contra el fraude sin equipos estables y sin profesionales que se especialicen en áreas clave como aduanas, grandes empresas o inspección patrimonial”, explican desde el sindicato.
La “deuda histórica” de Hacienda con los técnicos
A esta situación se suma otra reivindicación de fondo: el cumplimiento de la Ley de Prevención del Fraude Fiscal de 2006, que instaba al Gobierno a desarrollar una carrera profesional específica para los técnicos del Ministerio de Hacienda. Casi dos décadas después, el sindicato denuncia que esa reestructuración jamás se ha aplicado.
Gestha sostiene que esta “deuda histórica” ha provocado una organización jerárquica desequilibrada, donde los técnicos siguen sin reconocimiento acorde a sus funciones y responsabilidades, pese a ser uno de los cuerpos más esenciales para la recaudación y el control de gasto. El sindicato reclama una reorganización que cree estructuras más eficientes, con áreas mejor definidas, responsabilidades ajustadas a la realidad del trabajo y un sistema de movilidad que premie el mérito y la experiencia.
La huelga llega en un momento especialmente sensible, con la Administración tributaria sometida a una presión creciente para incrementar los ingresos públicos y garantizar el buen uso del gasto.
La pérdida de personal especializado, unida al envejecimiento de la plantilla, ha encendido las alarmas dentro y fuera del organismo. El paro de este miércoles podría marcar un antes y un después en la relación entre los técnicos y el Ministerio, y obligar al Gobierno a reabrir negociaciones que llevan años encalladas.
Gestha insiste en que la reivindicación no es solo laboral, sino también institucional. “Defendemos un modelo de Administración capaz de proteger los recursos públicos y garantizar una competencia económica justa”, subrayan.
Un conflicto con impacto nacional
La huelga de los técnicos de Hacienda no es un episodio aislado, sino la expresión de un malestar acumulado por falta de movilidad, reconocimiento y recursos.
Lo que está en juego, según el sindicato, va más allá de las condiciones laborales: se trata de asegurar que la Agencia Tributaria pueda seguir cumpliendo su papel esencial en la lucha contra el fraude y en la financiación del Estado del bienestar. El miércoles será un día decisivo. Y, según anticipa Gestha, si no hay avances reales, las movilizaciones podrían intensificarse en las próximas semanas.