Cuatro rutas en moto para descubrir el norte de Extremadura

Plasencia, el valle de Jerte, la Sierra de Gata y el Parque Nacional de Monfragüe son algunos de los paisajes que se pueden descubrir por las carreteras extremeñas

Los paisajes de Extremadura son ideales para descubrirlos en coche, moto o furgoneta. Foto Dirección General de Turismo de Extremadura

Estamos en el norte de Extremadura: valles que esperan con paciencia la floración de los cerezos, fortalezas que recuerdan los asedios y combates de siglos atrás, pueblos de trazado laberíntico donde el tiempo transcurre lentamente, cuestas y curvas con una sorpresa a cada kilómetro.

Los paisajes de estas comarcas se pueden descubrir a través de diferentes recorridos para realizar en coche, furgoneta o moto; por carreteras secundarias donde apenas hay tráfico y que permiten atrapar la esencia mas auténtica de estas tierras.

Veamos algunas de las sugerencias de la Dirección General de Turismo de Extremadura para conocer otras caras de esta comunidad autónoma.

Miles de años de historia concentrados en pocos metros. Foto Dirección General de Turismo de Extremadura

Plasencia y el Valle de Jerte

Antes de poner en marcha el vehículo hay que tomarse un buen rato para caminar por el bonito conjunto histórico que regala Plascencia, la capital del Jerte, donde brillan la Plaza Mayor, la Catedral Vieja junto con la Nueva, así como un sinfín de convenios, palacios, iglesias, la antigua judería y los restos de la muralla.

Desde esta localidad surge una ruta que cruza por el Valle de Jerte y La Vera, donde además de pueblos que atesoran recomendados conjuntos históricos y artísticos hay espacios como la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, donde abundan los saltos de agua, las cascadas y las pozas excavadas en las rocas.

En la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos abundan los saltos de agua y las cascadas

En la Sierra de Gredos esperan más gargantas, en una comarca donde hay que saborear su famoso pimentón.

Uno de los tramos más bonitos del viaje es la carretera paisajística EX-39, que va desde la histórica localidad de Cuacos de Yuste al Real Monasterio donde vivió sus últimos años Carlos V.

Valle del Ambroz y Tierras de Granadilla

Al norte de Cáceres se encuentra una ruta que transcurre por el Valle de Ambroz, entre el de Jerte y las tierras hurdanas.

Aunque sea invierno, es fácil atrapar la belleza de las sierras tapizadas de encinas, castaños y pinares, en una transición entre las dehesas y la alta montaña.

En cada curva espera una sorpresa. Foto Dirección General de Turismo de Extremadura

Cada pueblo merece una parada, como Hervás y su barrio judío, Abadía y su palacio de Sotofermoso, los Baños de Montemayor con sus restos de termas romanas y las callejuelas de Aldeanueva del Camino.

El embalse de Gabriel y Galán es el epicentro de la vecina comarca de Tierras de Granadilla, donde en el pueblo homónimo se pueden ver la muralla y su castillo.

A unos pocos kilómetros se llega al yacimiento de Cárpara, con restos romanos como la necrópolis, el anfiteatro y la puerta suroeste. Pero es su Arco de Cáparra su mayor valor, una construcción del siglo I de cuatro arcos que es un ejemplo único en España.

La libertad de viajar por las sierras extremeñas. Foto Dirección General de Turismo de Extremadura

Sierra de Gata y Las Hurdes

La tercera propuesta invita a viajar por la frontera de Cáceres con Salamanca y Portugal. Estamos hablando de la Sierra de Gata, donde persisten viviendas con su característico entramado de madera de castaño, como se pueden ver en Robledillo de Gata.

En San Martín de Trevejo, Eljas y Valverde del Fresno sobrevive el dialecto ‘a fala’

En San Martín de Trevejo, Eljas y Valverde del Fresno hay que estar atento a cuando los vecinos hablan a fala, un dialecto que se conserva a pesar de la escasa población.

En estas tierras buscadas por senderistas y amantes de los trayectos en bicicleta cruza la carretera EX-205, un trazado paisajístico de 37 km de gran belleza que va desde Santibañez el Alto a Valverde del Fresno.

En el extremo norte de esta provincia se encuentra Las Hurdes, una comarca donde el agua ha creado algunos de los paisajes más sorprendentes, como el Meandro del Melero, donde el río Alagón pega una caprichosa curva.

Las carreteras paisajísticas proponen una forma diferente de viajar. Foto Dirección General de Turismo de Extremadura

La carretera EX-204 comunica las Hurdes altas en Riomalo de Abajo con las Hurdes bajas, 28 km más tarde hasta llegar al pueblo de Pinofranqueado. No dejen de recorrer la hermosa Sierra de las Batuecas y sus pinares.

Reserva de Monfragüe

Y llegamos a la cuarta ruta, un camino que al atravesar la comarca de Monfragüe permite descubrir uno de los espacios naturales más bonitos y mejor conservados de España.

El Parque Nacional de Monfragüe se delimita por un triángulo imaginario con sus vértices en Trujillo, Navalmoral de la Mata y Plascencia, con el río Tajo como eje que une paisajes y culturas.

De noche también hay maravillas para descubrir. Foto Dirección General de Turismo de Extremadura

No solo hay belleza durante el día (que lo diga sino el espectacular mirador del Salto del Gitano): por la noche estos lugares se convierten en un destino Starlight por la claridad de sus cielos.

El único núcleo habitado es Villarreal de San Carlos, donde se recoge la información necesaria para explorar el parque y que es sede de un importante festival ornitológico de Extremadura.

Hay que atrapar las panorámicas de Castillo de Monfragüe y ver los paisajes que se despliegan cuando se transita por la carretera EX–208, de Villarreal de San Carlos a Arroyo de la Vid, donde el bosque mediterráneo se intercala con las dehesas.

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