Murivecchi, 20 años enarbolando la tradición napolitana del buen comer

Más de un millón de personas han probado las pastas frescas y pizzas artesanas de este restaurante del barrio del Born en Barcelona, que jura fidelidad a la cocina del sur italiano

Los tagliolini con ceps, guaciale, azafrán y yema de huevo. Foto Murivecchi

Se calcula que en Barcelona hay entre 400 y 500 restaurantes italianos. Una buena parte se dedican a la dupla más famosa de la cocina transalpina: pizza y pasta, desde franquicias que apuestan más por la cantidad que por la calidad hasta otros donde el culto a la materia prima y a las tradiciones adquieren trazas de pasión religiosa. Como sucede a los napolitanos, apasionados como pocos con su santa trinidad de comida, iglesia y fútbol.

Esa misma pasión es la que transmite Murivecchi, un restaurante napolitano que desde su local de Princesa 59 ha resistido la ola gentrificadora de las últimas décadas en el barrio del Born.

Un millón de comensales

Para cumplir con las reglas no escritas de la tradición culinaria del sur de Italia, Murivecchi se mantiene como un restaurante 100% familiar: fundado por Ciro Esposito, junto con su esposa Imma Herrera y sus hijos Gino y Chiara (y un pequeño ejército de camareros bien preparados) abren cada día un local con capacidad para 80 de comensales, que ya fue visitado por más de un millón de personas.

No es extraño, si cuando fuimos un viernes a eso de las 23:00 todavía seguían entrando clientes para sentarse a cenar.

La familia Esposito. Foto Murivecchi

Las pizzas clásicas y las blancas

Claro que si es napolitano su propuesta gira en torno a la pasta y la pizza. Pero ojo, no cualquiera: en el caso de la pizza, nos indican en la familia Esposito, la masa madre atraviesa un proceso de fermentación de 72 horas y recibe un golpe de 480º durante 90 segundos, suficientes para que el queso fior di late campano o la mozzarella de Búfala con DOP de Campana y el auténtico tomate San Marzano estén al punto justo.

Las pizzas de Murivecchi se elaboran con masa madre fermentada por 72 horas, y se cocinan en solo 90 segundos en el horno a casi 500 grados

Entre las que llevan tomate, se encuentran las clásicas Margherita y Napoletana, además de la Verace o la Diavola (picante por el salame Napoli), que se codean con creaciones de homenaje como la Catalana (con panceta copatta, huevo y un mix de setas).

Las pizzas se cocinan en solo 90 segundos. Foto Murivecchi

Para los que quieran salir de los convencional se pueden animar a las pizzas blancas (sin tomate), un laboratorio de ideas como la Murivecchi (con tres tipos de queso y jamón de Parma), la Pizzaiolo (con crema y chips de berenjenas), la Carbonara y Trufa o la Porchetta, con el embutido de este cochinillo de Ariccia.

En unas y otras, se recurre a productos de alta calidad, la mayoría importados de Italia, como la mortadela, la panceta, las trufas y quesos como el parmesano, la scamorza ahumada, el pecorino, etcétera.

Pastas para recordar

Pero nosotros nos decidimos por la otra columna vertebral de Murivecchi: las pastas. “Aquí servimos la pasta Gragnano, que está considera como una de las mejores de mundo”, apuntan.

Uno de esos platos elegidos fueron los exquisitos pennonis rellenos de ricota de búfala y pistachos con salsa de tartufata y guanciale (embutido típico del Lazio).

Sala del restaurente. Foto Murivecchi

El otro es una creación especial por el 20º aniversario: los tagliolini con ceps, guaciale, y azafrán coronado por una yema de huevo cruda. Es tan sabroso como llenador.

Creaciones en homenaje a los 20 años

Para celebrar sus primeras dos décadas en Barcelona, en Murivecchi presentan otras sugerencias de temporada, donde entre las pastas destacan los tagliatelles (ya sea con setas camagrocs, crema de trufa, parmesano y yema de huevo; o bien con ceps, trufa de temporada, parmesano y queso pecorino).

Las porciones, bien abundantes, invitan a pedir platos para compartir

También hay dos opciones de linguine con almejas, mejillones y carabineros (ojo que el delizie de mare solo es para dos personas) o las cinco pizzas que combinan ingredientes tan elaborados como el carpaccio de picaña con 40 días de maduración, la burrata de la Puglia, la butifarra napolitana, el queso pecorino al tartufo o la panceta coppata, entre otros.

Auténtica tradición napolitana. Foto Murivecchi

Platos para compartir

Atención que los camareros pueden ser modestos y consideran que un entrante por persona es suficiente. Pues más vale que se tenga hambre, porque el buen tamaño de las porciones puede llenar de entrada.

Si no, vean la contundente presentación de antispastos y ensaladas como la clásica porchetta con queso scamorza ahumado y mix de setas o el cestino de masa de pizza con burrata, mortadela, pistacho y fonduta de quesos italianos; que fueron nuestras elecciones y casi nos hacen tirar la toalla en el primer round.

También se pueden elegir el pulpo a la parrilla con berenjenas escalibadas, las delicias del mar (almejas, mejillones, gambas y pulpos) al vapor, o el antipasto della Campania, con mozzarella de búfala DOP o la burrata de Puglia, berenjenas y champiñones salteados con tomatitos y calabacín frito con menta.

Todo el mundo a la pizza. Foto Murivecchi

Aparte de la treintena de variedades de pastas y risottos, también hay media docena de carnes y peces para probar, como la cotoletta a la milanesa de ternera de Ávila con patatas fritas y trufa, la tagliata de ternera con mixto de setas (es un kilo para dos personas, por lo menos), la fritura de calamares y gambas o el atún rojo con alcaparrones y olivas negras.

De postres, no podíamos resistir al cannolo siliciano con pistacho y crema de pistacho, que comparte carta con preparaciones tradicionales como la tarta de pan de Stelle (donde estas populares galletas se combinan con Nutella, mascarpone y nata), la tarta Bandfee (potente mix de mascarpone, nata, dulce de leche y plátano caramelizado) o la bomba de brioche con rema de pistacho, Nutella y queso ricota.

Vinos de aquí y allá

Su carta de vinos enlaza blancos, rosados y tintos de DO españolas como Penedès, Rías Baixas, Rueda o Ribera de Duero con las italianas, ya sea la Cerdeña, Puglia, Campania o Emilia Romagna, entre otras.

Los postres no son nada frugales. Foto Murivecchi

El precio medio de Murivecchi está entre 35 y 40 euros, pero como decíamos, la tradición del sur italiano de porciones abundantes para comer sin prisas y la variedad de sabores lleva a que la costumbre de compartir e intercambiar platos sea casi una norma.

Porque aquí se cumple lo que alguna vez escuché en una pequeña trattoria del barrio español de Nápoles, ¡‘O tiempo passa, ‘o magnà se ne resta! (El tiempo pasa, la comida se queda).

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