Torre del Remei: entre el Cadí y el Pirineo existe un oasis de tranquilidad

El grupo Serras está detrás del renacimiento hotelero de un palacete entre bosques y montañas, leyendas de contrabandistas y tesoros escondidos en uno de los pueblos más hermosos de Girona

Serras Torre del Remei

Foto: Serras Torre del Remei.

La comarca de la Cerdanya está situada entre la Serra del Cadí y el Prepirineo catalán. Antigua zona de contrabandistas, con las típicas señas de identidad fronteriza, se ha convertido en un destino habitual de segunda residencia entre los barceloneses, pero desconocida para el turismo del resto de España y el extranjero.

Unos días entre esas montañas son suficientes para descubrir los misterios que la zona esconde, no siempre reflejadas en la literatura y en las guías. En todo caso, la mayoría de los espacios que son el límite de algo, frontera entre España y Francia en este caso, siempre alimentan historias escondidas.

Pero en esta comarca, la única en Cataluña situada en dos provincias, Girona y Lleida, los personajes se superan. Desde la hija del emperador azteca Moctezuma, la princesa Xipaguazin, cuyo tesoro dicen sigue enterrado cerca del pueblo de Toloriu, hasta el amor de Manussa, un bravo caudillo bereber de las tropas de Abderrahman, que se hizo cristiano por amor a Lampègia, hija del señor de Llivia. Al enterarse Adderrahman, cuyas tropas estaban en Ribes de Freser, al otro lado de la Serra del Cadí, hizo detener a su lugarteniente, cortarle la cabeza y atarla al caballo de Lampègia que acabó en el harén de Adderrahman.

La naturaleza rodea Torre del Remei
La naturaleza rodea Torre del Remei. Foto: Grupo Serras.

Serras Torre del Remei

El siglo XX también llenó de historias la Cerdanya. Antes, durante y después de la Guerra Civil. De ellas existen muchas evidencias todavía. De hecho, Puigcerdà fue una de las poblaciones que mayor número de familias burguesas de Barcelona acogió durante los años del conflicto en mansiones que todavía se pueden visitar, rodeando el gran lago de esa ciudad. Junto a la frontera por si era necesario huir.

La mansión que es ahora el nuevo Serras Torre del Remei tiene esa misma apariencia, aunque no esté junto al lago, sino a unos ocho kilómetros del lugar. La construcción del edificio es de 1905. Tardaron 5 años en acabarlo. Su arquitecto, Calixte Freixa, era un habitual en la zona. Estilo modernista con toques neoclásicos franceses. Lo que se llevaba en la zona y en aquellos tiempos.

Pues en este palacete, rodeado de pinos, abetos, hayas, cerezos, robles, tilos, algún sauce, y las secuoyas centenarias características del recinto, se vislumbra la majestuosidad de uno de los valles más personales que hay en Europa y que acompaña el paso del río Segre. La edificación estaba situada antes junto a la ruta que conectaba Puigcerdà y la Seu d’Urgell, en la actualidad una pista de bicicletas y caminatas. Ahora la N-260 queda alejada. Así sólo se percibe el rumor de los árboles.

Torre del Remei
Un palacete modernista acoge un hotel de cinco estrellas. Foto: Grupo Serras.

Los nuevos responsables de la gestión de la Torre del Remei son el grupo Serras. Jordi Serra es un hotelero al que el proyecto le viene como anillo al dedo. Ya ha demostrado ser un hombre que no se queda en sólo ganar dinero con sus hoteles, sino también en aplicarles vida, historia, intelectualidad, tesis, en definitiva, estilo propio.

Lo hizo con el Hotel Serras de Barcelona, en el Paseo Colon. El mínimo conocimiento de que el edificio hubiera sido estudio de Pablo Picasso en su periplo por Barcelona facilitó una colaboración con el Museu Picasso y con la obra del artista. En Serra se evidencia la idea de que un hotel no es sólo un espacio donde dormir o pasarlo bien, sino también para sentir y compartir emociones.

Torre del Remei habitación
La antigua mansión alberga hoy 24 habitaciones. Foto: Grupo Serras.

Un hotel de bosque y nieve

El Serras Torre del Remei es eso; intenta conectar con aquello que fue la esencia de la primera Torre del Remei liderada por Josep Maria Boix y su mujer, Loles Vidal.

Ellos descubrieron el edificio gracias, también, a que Boix nació a unos 20 kilómetros del lugar, en Martinet, donde con su restaurante logró las primeras estrellas Michelin de la comarca, en el restaurante Boix. La vida de este chef sigue por los prados que rodean el hotel y se esperan muchas colaboraciones entre ellos dos.

Alojarse en algunas de sus 24 habituaciones es un placer de sensaciones, lujo e historia. Cada una de ellas diseñada con diferentes estilos, pero todos armónicos con lo que representa tener un hotel de gran lujo en una zona de montaña y nieve.

Torre del Remei Interior
El palacete es de estilo modernista con toques del neoclásico francés. Foto: Grupo Serras.

Para ser perfectas sólo precisan de más amenities. Cierto que existe una moda conectada con la sostenibilidad del medio ambiente que recomienda bajar el número de detalles para el cuidado personal en las habitaciones. Pero en un hotel como el Serras Torre del Remei parece necesario cuidar al cliente con este tipo de productos que después se convierten en souvenirs. Existen muchas líneas de cosmética sensibles a temas medio ambientales.

Detalles cosméticos o no, el lujo en un zona de baño hotelera siempre está en la bañera. En este caso el huésped no debe preocuparse porque la gran mayoría de las habitaciones la tienen y muy espaciosas, y con unas vistas de bosque o nieve deliciosas.

Detalle baños Torre del Remei
Todas las habitaciones cuentan con grandes bañeras. Foto: Grupo Serras.

Esencia de la Cerdanya en el restaurante

La gastronomía del hotel todavía está en proceso de encontrar una personalidad propia. Al mando se encuentra Eugeni de Diego, que, como muchos de los buenos, pasó por los fogones de ElBulli, donde llegó a ser jefe de cocina.

La carta va cambiando, y cambiará, no sólo por las necesidades de la temporada, sino por la aclimatación a la zona y sus productos. Hay muy buenos, pero se deben encontrar. Desde las patatas, los quesos, las coles, las setas…, el mundo de la montaña y su gente, a veces algo cerrado. De Diego parece dispuesto a buscarlos encontrarlo.

Torre del Remei gastronomía
Eugeni de Diego dirige el apartado gastronómico del hotel. Foto: Grupo Serras.

De momento nos quedamos con el arroz meloso con butifarra de Puigcerdà que irá cambiado la compañía con “bolets”, sepiones u otros productos de temporada.

El desayuno apunta maneras. En muchas ocasiones se convierte, en este tipo de hoteles, en uno de los únicos contactos con la gastronomía.

Embutidos y repostería de la zona. Largo recorrido entre secallonas, un fuet muy delgado típico de la comarca, butifarras, bull, una butifarra que se hacen en algunas zonas de Cataluña, pa de fetge, un tipo paté de la Cerdanya y demás delicados productos del cerdo.

Desayuno en Torre del Remei
Desayuno en Torre del Remei. Foto: Grupo Serras.

Uno de los pueblos más bellos de Girona

La Torre del Remei da para salir poco del hotel. Pero eso no siempre es posible ante la belleza del lugar. Puigcerdà está a unos cinco kilómetros; Llivia, una población que tiene como particularidad la de estar situada dentro de territorio francés, conserva la considerada farmacia más antigua de Europa.

Una caminata junto al Segre, en bicicleta o a pie; pasear por una de las rutas del camino de Santiago catalán y visitar una diminuta ermita de Nuestra Señora de Quadres; o acercarse al Martinet de Josep Maria Boix y dedicar una mañana a descubrir sus búnkers. Una historia que nos traslada al final de la Guerra Civil cuando al General Franco se le ocurrió crear una línea defensiva por todo el Pirineo, copiando la línea Maginot, que debía ir desde el Cap de Creus hasta el País Vasco. Se la llamó la línea P y en Martinet quedan unos cuantos. Jamás se acabó.

Torre del Remei
Torre del Remei. Foto: Grupo Serras.

Que “la Torre”, como se la conoce popularmente en la zona, renazca de la mano del Grupo Serras es una buena noticia para el palacete, para la comarca de la Cerdanya y para el turismo que reivindica el placer en general.

a.
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