2021 será un buen año para Ximo Puig

Análisis de Joan López Alegre sobre el nuevo curso político que encara el presidente valenciano

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El año de la pandemia, políticamente hablando, ha sido un buen año para Ximo Puig. Su mantra sobre el llamado dumping fiscal de Madrid ha tenido éxito y se ha convertido en un tema de política nacional. El presidente valenciano ha conseguido vincular financiación autonómica con fiscalidad y con eso aspira a que la Comunidad Valenciana vea mejorada su financiación.  

Puig ha logrado, asimismo, que su petición de acabar con la capacidad regulatoria del tramo autonómico de la fiscalidad, si éste es usado como hace Madrid, para reducir impuestos, lo compren todas las autonomías del PSOE pero, paradójicamente, también ERC, que apuesta por una recentralización normativa de la fiscalidad, que recortaría competencias a Cataluña, si eso ata de pies y manos a Madrid.  

Frente a los barones socialistas recelosos del gobierno Frankenstein, entre los que sobresalen el aragonés Lambán y el manchego García Page, dado que el extremeño Fernández Vara se ha descolgado y la andaluza Susana Díaz está en horas bajas, Ximo Puig se ha convertido en fuente de inspiración y referencia para Moncloa.  

Puig fue predecesor de un gobierno de izquierdas, el Botànic, con Compromís y Podemos y ha sabido mantener ese gobierno y revalidarlo ampliando su base electoral. Casi se puede afirmar que Pedro Sánchez aspira a emular las gestas electorales de Puig.  

Ximo Puig se ha convertido en fuente de inspiración y referencia para Moncloa

El presidente de la Generalitat además se ha convertido en un apoyo esencial para Moncloa en su relación con ERC. Recientemente viajó a Barcelona y su feeling con Pere Aragonés, valido de Oriol Junqueras y candidato republicano a la presidencia de la Generalitat catalana en las elecciones del próximo 14 de febrero, es muy útil para mantener el grado de sintonía de la que hoy gozan las relaciones entre ERC y el PSOE.  

Ximo Puig también ha sabido entender mejor que ningún otro presidente socialista de comunidades autónomas el ofrecimiento de Inés Arrimadas de apoyo al Gobierno central y la relación entre el líder valenciano de Cs, Toni Cantó -personaje fundamental para Arrimadas- y Puig es fluida y estuvo a punto de cuajar en el apoyo de los naranjas a las cuentas de la Generalitat para este 2021.  

La relación entre Cantó y Puig es un seguro para el presidente de la Generalitat frente a las peticiones de Compromís y la relación tensa que mantiene con Oltra.  La aritmética variable establecida por Puig puede hacer que el Botànic se tambaleé pero le permite que los acuerdos con Compromís y Podemos sean a la baja e incluso amenazar con un adelanto electoral coincidiendo con las elecciones andaluzas previstas para finales del próximo año. 

Ximo Puig ha conseguido liberarse de la siempre incómoda mochila del secretario de organización del PSOE, comilitante suyo en el PSPV, José Luís Ábalos, que actúa como contrapeso a Puig y al que ha tutelado, marcando en rojo sus errores o problemas para evitar que sea un barón con poder total en la Comunidad Valenciana.

El año en cifras económicas

El año que ahora empieza, aunque en política, nunca la mar está en calma, arranca con un horizonte despejado para Ximo Puig. Las elecciones catalanas y la necesidad de diálogo entre ERC y el PSC-PSOE dará protagonismo a nivel nacional al presidente valenciano dado que deberá hacer pedagogía entre los socialistas de toda España sobre los posibles pactos postelectorales con los independentistas o el indulto a los políticos encarcelados por sedición.  

Además, desde 2021 a 2023 la Comunidad Valenciana recibirá fondos europeos de reconstrucción en una cantidad cinco veces superiores a los recibidos desde Bruselas la última década.  Las buenas noticias económicas no terminan ahí para Puig: BBVA Research pronostica para la Comunidad un crecimiento del 0,3% superior al de la media nacional en 2021, un 6,3% frente al 6% del conjunto de España. Según el instituto de estudios de BBVA el crecimiento valenciano será el tercero más vigoroso de las diecisiete CC.AA.

Para rematar el marco económico, Puig espera recibir durante el primer trimestre el plácet para la ampliación norte del Puerto de Valencia lo cual junto a la millonaria inversión logística realizada por Mercadona ha de permitir a la economía valenciana abordar con el optimismo el momento de la recuperación.  

Desde 2021 a 2023, la Comunidad Valenciana recibirá fondos europeos de reconstrucción en una cantidad cinco veces superiores a los recibidos desde Bruselas la última década

En el campo político, en 2021, todos los grandes partidos valencianos van a tener que abordar congresos. El propio Puig, ya muy liberado de la tutela de Ábalos, tendrá un congreso más plácido del que se apunta en el PP, en el que en Génova 13 no acaba de confirmar la candidatura a la reelección de Bonig con el consiguiente nerviosismo entre las filas populares valencianas. También los partidos que forman Compromís tendrán conclaves más convulsos del que se augura en el PSPV, porque la frase de Andreotti, “el poder desgasta, pero desgasta más a quien no lo tiene” es hoy más verdad que nunca en la Comunidad Valenciana.  

No todo es plácido para Puig, los nubarrones políticos los marcan los escándalos de las adjudicaciones a su hermano, la fortaleza del PP en Alicante donde el liderazgo de Carlos Mazón se ha consolidado y el PSPV no da con la tecla para competir con los populares y el futuro incierto en la ciudad de Valencia, donde la retirada de Joan Ribó, la debilidad de Sandra Gómez, quien ya está cuestionada desde el propio PSPV, y la fuerza creciente de Maria José Catalá en las filas populares hace muy difícil que el Botànic retenga la capital en 2023. 

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Deja una respuesta