Pallete evita desarmar Telefónica en su plan anticrisis

La compañía de telecomunicaciones mantiene en sus estatutos una barrera para los accionistas

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Tras la cumbre de Telefónica, su presidente, José María Álvarez-Pallete, ha optado por un plan de mínimos para reavivar la cotización de la compañía. De todas las soluciones comentadas, la venta de torres supone la fórmula menos ambiciosa. En cambio, soluciones más revulsivas como la llegada de nuevos socios, una posibilidad con la que podría remontar la acción, se antoja difícil para Telefónica si no decide cambiar sus estatutos.

Las leyes de Telefónica limitan la capacidad efectiva de los socios que quieran obtener un porcentaje significativo del capital. La compañía afirma que respecto a la adopción de acuerdos (artículo 21) «ningún accionista podrá ejercitar un número de votos superior al 10% del total capital social con derecho a voto existente en cada momento, con independencia del número de acciones de las que sea titular».

Pallete ya tuvo que defender esta norma en la junta de accionistas de este año. En su opinión, la limitación del capital en los derechos de voto para un accionista es positivo en el caso de los minoritarios, porque evita posibles ofertas coactivas, a la vez que no limita posibles ofertas públicas de adquisición.

Pero lo cierto es que esta barrera desincentiva la entrada de socios potenciales, como sería el caso de un fondo activista que quisiera inyectar una enorme cantidad de dinero a cambio de poder exigir resultados. Es lo que ha sucedido con el fondo estadounidense Elliot Management, uno de los más agresivos del mundo, que se ha reforzado en el mercado de las telecomunicaciones. Anunció el martes su aterrizaje AT&T, propietaria del canal de noticias CNN y de la plataforma de streaming HBO, tras invertir 3.200 millones de dólares.

El fondo estadounidense quiere reanimar la acción de AT&T porque afirma que ha ideado un «plan» que podría llevar la cotización a superar los 60 dólares, lo que implica un alza de cerca del 65% en comparación con el precio al que cerraron los títulos el pasado viernes. De momento ya ha hecho notar su llegada: los títulos subieron en un 1,41% tras conocer su entrada en el capital.

El plan de Pallete

La apuesta de José María Álvarez-Pallete para reflotar la acción se comunicó en dos anuncios. El primero fue el Convenio de Empresas Vinculadas (CEV), que tiene el plan de salidas incentivadas como hecho más relevante y lleva tiempo estudiándose por parte de la empresa y los sindicatos. Estaba previsto antes del terremoto bursátil del verano y, de acuerdo a fuentes sindicales, se firmará a finales de septiembre. La compañía gastará 1.600 millones de euros con la previsión de ahorrar 200 por ejercicio a partir de 2021.

El segundo anuncio fue la predisposición de seguir vendiendo más torres de telefonía móvil. Ha sido una opción recurrente para la operadora, que cuenta con más de 130.000 torres en todo el mundo y utiliza a Telxius, la empresa de infraestructuras de Telefónica junto a KKR y Pontegadea, como destinatario de estos activos.

En el mensaje que Pallete lanzó al mercado tampoco se avanzó nada sobre la venta de filiales, indispensable para reducir deuda —sigue siendo una de las compañías de telecomunicaciones con mayor apalancamiento en Europa—, ni tampoco sobre una recompra de acciones, una opción que se comentó durante los días previos a la reunión del consejo de administración.

Los anuncios, lanzados antes del cierre de mercado, empujaron levemente la cotización —cerró la sesión del martes con una subida del 0,39%— al alza. Pallete, que siempre ha repetido que la compañía no refleja en bolsa su valor real, ha visto cómo Telefónica acumula un descenso en bolsa en los últimos tres años, en los que ha perdido la tercera parte de su valor —un 7% durante el mandato del actual presidente—, y solo ha podido resucitarlo en momentos puntuales, con las maniobras de sus principales socios y directivos.

Elliot, Telefónica y los rumores de entrada

La entrada de Elliot en Telefónica hasta entonces solo ha sido un rumor más del mercado. El fondo estadounidense, que tiene diversas participaciones en Europa más allá del sector telco — ha pujado por un lote de hipotecas españolas valorado en 950 millones de dólares de Blackstone y afloró un paquete de acciones de Abertis en plena opa— , se caracteriza por entrometerse en la gestión de las compañías.

Ya sucedió con Telecom Italia. Elliot inició una ofensiva para asegurarse la separación de la red fija de la del resto de la compañía, pues defendía que esta decisión sería decisiva para el saneamiento de una deuda que alcanza los 25.000 millones de euros. Sus maniobras culminaron con el nombramiento de un nuevo director general, Luigi Gubitosi, anterior consejero delegado del operador Wind y ex de Merrill Lynch y de Alitalia.

El nombre de Elliot Management lo recuerdan especialmente en Caixabank, al mismo tiempo uno de los accionistas de Telefónica, e Isidre Fainé, consejero y vicepresidente de Telefónica. El choque de los estadounidenses con los gestores del banco catalán llegó en The Bank of East Asia, el banco chino del que el brazo inversor de La Caixa, Criteria, es accionista relevante. Elliot propuso a principios al consejo de administración vender la entidad financiera y aceptar una oferta de compra, a lo que se opusieron tanto Fainé como el resto de miembros del órgano de gobierno.

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