Estos son los bienes inmobiliarios de Florentino Pérez
De su imponente mansión en El Viso a la venta de Villa Yasmin en Mallorca: el patrimonio inmobiliario de Florentino Pérez refleja su vida familiar, sus éxitos empresariales y las huellas de sus momentos más personales
El presidente de ACS y el Real Madrid, Florentino Pérez. EFE
Florentino Pérez no solo es conocido por ser el presidente del Real Madrid y uno de los grandes magnates de la construcción en España. A sus 78 años, el empresario madrileño también posee un importante patrimonio inmobiliario, fruto de décadas de trabajo al frente del Grupo ACS y de su habilidad para diversificar negocios. Aunque su vida privada siempre se ha caracterizado por la discreción, las viviendas y propiedades que ha acumulado reflejan su estatus como uno de los hombres más poderosos del país.
A pesar de su exposición pública, Florentino Pérez mantiene un perfil bajo cuando se trata de su vida personal. Tras la pérdida de su mujer, María Ángeles “Pitina” Sandoval, en 2012, el empresario se volcó aún más en su entorno familiar. Esa visión de proteger la intimidad también se refleja en sus elecciones inmobiliarias: propiedades privadas, espacios cerrados y ubicaciones exclusivas donde prima la seguridad y la comodidad de los suyos.
El presidente del Real Madrid ha construido con paciencia un patrimonio que, aunque no tan extenso en número de propiedades como el de otros multimillonarios, destaca por su ubicación estratégica y su carácter exclusivo.
El Viso: su fortaleza en el corazón de Madrid
El centro neurálgico de la vida de Florentino Pérez es su residencia en el barrio de El Viso, una de las zonas más elitistas de Madrid. Allí, desde 2003, vive en una impresionante casa de más de 2.600 metros cuadrados, formada por varias viviendas interconectadas mediante ascensores privados.
La construcción de esta mansión requirió años de trabajo: Pérez fue adquiriendo distintas fincas colindantes hasta consolidar la parcela necesaria para levantar un complejo familiar único, pensado para que vivieran en él tanto él como sus hijos y nietos. La propiedad no solo destaca por sus dimensiones, sino también por la privacidad absoluta que ofrece en pleno centro de la capital, a escasos minutos del Santiago Bernabéu.
Villa Yasmin: la joya perdida de Mallorca
Una de las propiedades más emblemáticas que ha tenido Florentino Pérez fue Villa Yasmin, en Mallorca. Esta finca de 15.000 metros cuadrados se convirtió durante años en el refugio estival de la familia Pérez-Sandoval. Allí, junto a su esposa, pasó los veranos más íntimos y relajados, alejado de la presión de los negocios y del fútbol.
La mansión fue adquirida en 2005 por unos 27 millones de euros y estaba rodeada de jardines, piscinas y vistas espectaculares al Mediterráneo. Sin embargo, tras la muerte de Pitina, Florentino dejó de frecuentar la isla. Finalmente, en 2017 decidió ponerla en venta y la propiedad fue adquirida por Corinna Schumacher, esposa del expiloto de Fórmula 1, Michael Schumacher.
Cádiz: un rincón en la Bahía Blanca
El mismo año en que se desprendió de Villa Yasmin, Florentino Pérez amplió su patrimonio inmobiliario en el sur de España. Concretamente en El Puerto de Santa María, Cádiz, donde adquirió una vivienda unifamiliar de 249 metros cuadrados, distribuida en tres plantas y ubicada en la exclusiva zona de Bahía Blanca.
Esta propiedad es mucho más modesta en comparación con su casa en Madrid o su antigua finca en Mallorca, pero responde al deseo de mantener un espacio de retiro en la costa andaluza, donde la discreción vuelve a ser un factor clave.
El vínculo con el mar y el adiós a su yate
Más allá de las viviendas, Florentino Pérez también fue propietario de un yate de lujo, bautizado con el nombre de Pitina en honor a su esposa. Esta embarcación se convirtió en su último nexo con Mallorca hasta que, en 2022, decidió venderla, rompiendo así cualquier vínculo con la isla balear.
El yate representaba no solo un símbolo de lujo, sino también de recuerdos familiares asociados a su vida con Pitina. Su venta marcó el cierre de una etapa personal muy significativa.
Aviones y movilidad exclusiva
La movilidad de Florentino Pérez también tiene su sello de exclusividad. El empresario es propietario de un avión privado Falcon 2000, valorado en entre 25 y 30 millones de euros, a través de su compañía Floma Aviación. Este activo, aunque no forma parte de su patrimonio inmobiliario, refuerza su estilo de vida marcado por la privacidad, la eficiencia y la independencia.
El Falcon 2000 es utilizado tanto para viajes de negocios internacionales como para sus desplazamientos privados, consolidando la idea de que Pérez organiza su vida con precisión milimétrica para optimizar tiempo y recursos.
El patrimonio que refleja su poder
Lo que distingue el patrimonio inmobiliario de Florentino Pérez no es la cantidad de propiedades, sino la estrategia detrás de cada adquisición. El Viso representa su centro familiar y personal, Villa Yasmin fue el símbolo de su vida matrimonial y familiar en Mallorca, y su vivienda en Cádiz refleja un espacio íntimo de retiro.
Cada propiedad está ligada a una etapa distinta de su vida, desde el éxito empresarial hasta los golpes personales más duros. Y aunque su fortuna actual asciende a unos 2.700 millones de euros, según la revista Forbes, sus propiedades inmobiliarias demuestran que su verdadero lujo está en la seguridad, la privacidad y la vida en familia.
Con este patrimonio, Florentino Pérez no solo consolida su posición como uno de los grandes empresarios de España, sino que también deja claro que sus bienes inmobiliarios son parte de su legado personal y familiar. A diferencia de otros magnates que coleccionan mansiones en todo el mundo, Pérez ha optado por propiedades estratégicas y muy vinculadas a su historia personal.
El presidente del Real Madrid es, sin duda, un hombre acostumbrado a mover cifras millonarias en negocios y en fichajes deportivos. Pero cuando se trata de su vida privada, sus casas, fincas y residencias cuentan una historia diferente: la de un hombre que, pese a estar en el foco mediático, siempre ha buscado que su hogar sea sinónimo de refugio, intimidad y familia.