El gasto en Defensa desata el pesimismo fiscal: el 80% de españoles espera subidas de impuestos y de deuda
Un estudio del BCE coloca a los españoles como los europeos que más temen un alza tributaria para pagar el gasto militar: el 39%
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. ECONOMÍA DIGITAL
El aumento del gasto en Defensa tras el ultimátum de Estados Unidos y, en concreto, cómo se va a financiar esas nuevas inversiones han desatado el pesimismo fiscal en toda Europa, siendo España y Alemania los dos países donde ha calado más la idea de que las necesidades militares van a provocar un agravamiento de la deuda y una subida de impuestos.
Así lo evidencia un estudio elaborado por el Banco Central Europeo (BCE) en base a la Encuesta de Expectativas de los Consumidores (CES, por sus siglas en inglés) y publicado en el Boletín Económico de la entidad a principios de este mes. De los once países de la zona euro donde se producen las encuestas, España es el tercero donde los consumidores más apuntan a un aumento de la deuda (38%), pero el primero donde se cree que este incremento se hará a través de subidas de impuestos (39%).
A la contra, apenas el 23% de los españoles creen que se optará por la vía de la reducción del gasto para compensar el incremento del dispendio militar.
Los alemanes son los europeos que más opinan que el gasto militar va a aumentar mucho (prácticamente, el 90%) pero creen que su Gobierno, liderado por el canciller democristiano Friedrich Merz, va a articular este aumento de los presupuestos militares a través de la deuda pública. De hecho, una de las primeras acciones -antes incluso de asumir el liderazgo del Ejecutivo- de la coalición entre democristianos y socialdemócratas fue una reforma exprés de la Constitución para sortear el freno de la deuda, el rigor fiscal que se aplicó con puño de hierro durante la Gran Recesión.
Si el 64% de los alemanes opinan que se optará por un mayor endeudamiento, apenas el 17% cree que se traducirá en incrementos de la presión, gracias a las cuentas públicas saneadas con las que cuenta el Gobierno germano. Son más quienes piensan que, a cambio, se recortarán otros gastos superfluos.
«Los hogares que creen que el futuro gasto en defensa se financiará con subidas de impuestos son más proclives a esperar que la inflación aumente y a ser pesimistas acerca del consiguiente impacto sobre el crecimiento económico, en comparación con los que opinan que el gasto se financiará mediante emisiones de nueva deuda o recortes de otros gastos. Es posible que la percepción de los primeros se deba al impacto inflacionista directo y a corto plazo de las subidas de impuestos, en especial de los impuestos indirectos», apuntan los economistas del supervisor con sede en Fráncfort (Alemania).
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmó en abril que España alcanzaría el 2% del PIB en gasto militar este 2025, cumpliendo un compromiso de 2014 con la OTAN. Fue entonces cuando se aprobó el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, con 10.400 millones para engordar estas partidas y evitar la ira de la Casa Blanca, que ya en el primer mandato de Donald Trump exigió aumentar estas inversiones.
Posteriormente, y tras la cumbre de la OTAN en La Haya, Sánchez remarcó que España no destinaría el 5% del PIB a las inversiones en defensa y seguridad, sino que sería únicamente del 2,1% hasta 2029.
A pesar de no contar con unos Presupuestos Generales del Estado actualizados para 2026, poco a poco, y sin pasar por el Congreso, el Gobierno ha disparado un 44% el presupuesto del Ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles para cumplir ya este año el compromiso con la OTAN de dedicar al menos el 2% del producto interior bruto (PIB) al gasto militar.
Los últimos datos de la Ejecución presupuestaria, correspondientes al mes de junio, muestran que el Ministerio de Hacienda ya ha engordado en 5.649 millones de euros las partidas disponibles para gasto militar, pasando de 12.827 millones disponibles a principios de año procedentes de las Cuentas de 2023 prorrogadas, hasta los 18.476 millones con los que ya contaba a finales de junio.