La letra pequeña del Plan de Defensa de Sánchez: drones, satélites, munición y más dinero para el CNI

Gasto en combustible, vestuario, 31 programas de modernización y créditos a empresas copan la distribución de los 10.471 millones desplegados por el Gobierno

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. ECONOMÍA DIGITAL

Después de semanas de trabajo, reuniones con las empresas de los sectores afectados, consultas con expertos y de escudriñar, partida a partida, los Presupuestos prorrogados de 2023, el Gobierno ha alumbrado el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, un documento que, en apenas 20 páginas, desgrana los compromisos del Ejecutivo de Pedro Sánchez para alcanzar el 2% del producto interior bruto (PIB) en gasto militar.

En concreto, el programa militar de inversiones cuenta con una dotación de 10.471 millones que permitirá que nuestro país pase de un gasto del 1,43% del PIB en 2024 (según datos preliminares del Ministerio de Defensa), al 2% en 2025, cumpliendo con el compromiso adquirido en la Cumbre de Gales de la OTAN, de 2014, y reeditado en la de Madrid de 2022. Con todo, el plazo se ha adelantado en cuatro años debido a la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca.

A lo largo de ocho folios, el Gobierno desgrana en qué va a gastar cada uno de los 10.471 millones de euros: desde añadir 31 Programas Especiales de Modernización (PEM) a los 50 ya existentes, a mejoras de equipamientos, incrementos salariales, partidas para nuevos efectivos militares o líneas de créditos y de inversión en capital riesgo del sector de la defensa.

679 millones a pagar más y a fichar militares

Así, de los 3.712,49 millones que el Ejecutivo ha consignado bajo el pilar «Condiciones laborales, preparación y equipamiento de nuestras Fuerzas Armadas», 679 millones se destinarán a la mejora de salarios y la incorporación de hasta 2.400 militares; 32 millones para reforzar el presupuesto del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (la mutua de los Ejércitos); 421,5 millones en mejoras de equipamientos (incluidos uniformes); y 928,37 millones en programas de mejora de las capacidades de los soldados. En esta última partida se incorporarán proyectos destacados como el simulador de paracaidismo, el sistema de entrenamiento integrado para las fuerzas armadas, y el refuerzo de capacidades en guerra electrónica.

Este apartado incorpora cinco nuevos Programas Especiales de Modernización, con un valor de 737 millones de euros, para mejorar sistemas de entrenamiento para pilotos de cazas, un nuevo helicóptero ligero para formación de los soldados, así como la sustitución de las aeronaves formativas que se venían empleando, y la creación de un entorno virtual de enseñanza en materia de seguridad para los militares.

Además, se suman 664,62 millones al Fondo de Resiliencia y Seguridad (FORES), un incremento para dar préstamos o entrar en el capital de empresas en el ámbito de la defensa, y 250 millones al CDTI, dependiente del Ministerio de Ciencia, para aumentar la inversión en fondos de capital riesgo especializados en el sector y mejorar la capacidad tecnológica de los centros asociados.

IA y nuevos satélites para Defensa

El siguiente eje, el de «Nuevas tecnologías de telecomunicación y ciberseguridad», dotado con 3.262,76 millones, incluye inversiones en materia de seguridad para los trabajadores de Defensa y la mejora de capacidades de la Inteligencia Artificial para su integración en la Seguridad Nacional.

Este epígrafe crea 10 nuevos Programas Especiales de Modernización, con 1.414 millones de inversión, que renovarán los sistemas de comunicaciones militares, permitirán el desarrollo de nuevos protocolos de cifrado, la financiación de los satélites Paz II que diseña Hisdesat (participada por Indra) y también la puesta en marcha de drones «tripulados remotamente para misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento nivel táctico».

Además, se incluye una dotación presupuestaria que va a aumentar notablemente los fondos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Por un lado, con 376 millones para el fortalecimiento de IA, telecomunicaciones y resiliencia en defensa del Centro Criptológico Nacional, adscrito a este organismo. Y, por otro, con 106 millones para reforzar su área de ciberseguridad y cooperación internacional, impulsando capacidades técnicas y tácticas con aliados, junto con más personal y presencia exterior.

Solo 564 militares para la compra de munición

El tercer pilar, con 1.962,98 millones, reforzará las capacidades en Instrumentos de Defensa y disuasión. Es el eje más peliagudo y el que ha suscitado tensiones del PSOE con sus aliados. Solo 564 millones estarán destinados, como tal, a la adquisición de munición y explosivos. El resto de la financiación se destina a 11 Programas de Modernización para reemplazar un buque de aprovisionamiento, vehículos de cadenas y sistemas antimisiles «para los buques en el escenario más desfavorable».

El cuarto pilar, con 1.751,53 millones, refuerza las capacidades militares en respuesta a emergencias y desastres naturales, con vehículos lanzapuentes, nuevos helicópteros, la mejora de las instalaciones dependientes del Ministerio de Defensa y la compra de medios aéreos para el Ministerio de Transición Ecológica.

Los últimos 328,74 millones están destinados a la mejora de las condiciones de los 3.000 efectivos españoles en Misiones de Paz en el exterior.

El parche presupuestario para financiar el Plan

¿De dónde va a sacar el dinero para financiar este programa milmillonario un Gobierno sin Presupuestos Generales del Estado? El Plan también desglosa de dónde van a proceder las partidas.

El grueso de la financiación (2.819,17 millones) procede de unas menores transferencias del Gobierno a las Administraciones Territoriales por la mejora de sus condiciones financieras, lo que les permite la financiación en los mercados, así como por las menores necesidades de amortización y mejor comportamiento del déficit.

Por volumen, le siguen los 1.744,89 millones de euros presupuestados de ejercicios anteriores pero que ya no tienen reflejo en 2025; 1.680,83 millones procedentes de reintegros de préstamos concedidos en ejercicios anteriores por el Ministerio de Industria y créditos disponibles para nuevos préstamos y 1.395,1 millones del Fondo de Contingencia para el pago de salarios y pensiones de las Fuerzas Armadas.

A ello hay que sumarle 1.357 millones de la reorientación de partidas del Plan de Recuperación que canaliza los fondos europeos; 641,56 millones de menores anualidades por aportaciones a la Unión Europea; 632,47 millones de ingresos por los servicios prestados por el Ministerio de Defensa; 103 millones por una menor previsión del pago de sentencias y 97,40 millones de créditos no ejecutados de organismos autónomos de Defensa.

«Con estos mecanismos, España podrá financiar el ejercicio de 2025 sin acometer subidas impositivas, comprometer partidas de gasto social, o incurrir en un mayor endeudamiento, como de hecho viene haciendo en los últimos años», se compromete el Gobierno en el documento, uno de los argumentos con los que Pedro Sánchez trata de recabar el apoyo de sus aliados parlamentarios.

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