Jordi Sevilla, exministro y expresidente de Red Eléctrica, se suma a González en la presión a Ribera con la nuclear

El debate nuclear, que parecía zanjado, se ha reabierto con fuerza, y encuentra aliados en el propio seno del socialismo español

Jordi Sevilla / Archivo: EFE

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Algunos pesos pesados del socialismo español, como el expresidente Felipe González; o el exministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla, han metido presión a la actual vicepresidenta —y ministra para la Transición Ecológica—, Teresa Ribera, para que se replantee el futuro de la energía nuclear en España.

El primero en abrir la lata fue el exlíder del PSOE, Felipe González, que se desmarcó hace unos días defendiendo la energía nuclear e, incluso, arremetió contra las renovables.

El expresidente aseguró que «cuando se mide la contaminación en términos de CO2, resulta que la menos contaminante es la nuclear». El expresidente se lamentaba de que haya «una corriente de opinión enorme» en contra de esta fuente de energía porque, según defiende, «no sabemos qué hacer con los residuos nucleares». 

Precisamente han sido los residuos los que han abierto de nuevo la caja de pandora nuclear. Con la arenga hace unos días por parte del Foro Nuclear, la gran patronal del sector, se ha vuelto a poner el foco sobre la necesidad de ampliar la vida útil de las centrales. Al menos sentarse a negociar su futuro.

Para mantener el debate abierto, el último en sumarse a esta tendencia ha sido el exministro Jordi Sevilla que, además, se trata de una voz autorizada en materia energética en su papel de expresidente de Red Eléctrica, el gestor del sistema eléctrico.

La nuclear sin consignas militantes 

El exministro ha cogido tribuna libre en el diario Cinco Días, y lanza una serie de alegatos muy contundentes. Sobre todo, la conclusión de la columna es muy contundente. 

«No prejuzgo las conclusiones de la subcomisión. Pero creo que una decisión tan transcendente para el futuro del país debe adoptarse hoy de manera suficientemente informada y pactada, dejando los prejuicios y las viejas consignas militantes al margen. Porque, en estos asuntos, los errores de unos pocos, cuestan mucho, a mucha gente y al país». 

Por si no hubiera quedado claro, el expresidente de Red Eléctrica también ha mostrado su opinión en la red social X, la antigua Twitter. Donde recuerda que queda poco tiempo para tomar la decisión. Y donde insiste en que todo debe hacerse con racionalidad. El economista ha querido dar recorrido a su historia, y durante todo el lunes se ha dedicado a repostear en esa red social opiniones favorables a la energía nuclear.  

¿Es necesaria una subcomisión? 

La idea planteada por Jordi Sevilla tendrá muchos seguidores, sobre todo, para abrir el melón de una negociación. Hay otros planteamientos, sin embargo, que quizá no sean necesarios. 

Actualmente, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) debe mantener informado al Gobierno y al Congreso de los Diputados y al Senado de cualquier suceso que afecte a la seguridad nuclear y la protección radiológica. 

Por su parte, corresponde al Parlamento español ejercer un control continuado sobre la acción del CSN, para lo cual el organismo regulador ha de responder a cuantas preguntas se le formule, bien sobre el contenido del Informe anual o sobre aspectos concretos relacionados con cualquier materia en la que el CSN tenga competencia. 

Las relaciones con las Cortes se canalizan a través de la Ponencia encargada de las relaciones con el Consejo de Seguridad Nuclear, integrada en la Comisión de Transición Ecológica. 

Explican fuentes del sector a ECONOMÍA DIGITAL que parece innecesario crear una subcomisión, sobre todo, por el estrecho margen temporal que se tiene en estos momentos.

Voces favorables al cierre nuclear, y a mantener su calendario, recuerdan que las empresa propietarias (Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP) siguen sin aclarar si han pedido alargar la vida útil de las centrales.

Sobre esta cuestión hay un debate abierto sobre quién debe tomar la iniciativa. Desde el sector energético se insiste en que debe ser el Ejecutivo quien promueva el debate sobre el aplazar el cierre de las centrales. Sin embargo, desde la administración de limitan a señalar el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), donde queda estructurada a hoja de ruta: inicio del cierre en 2027. 

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Raúl Masa

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