La exigencia de los sindicatos a Marc Murtra en el posible ERE de Telefónica: «queremos que se priorice la voluntariedad»
UGT y CCOO exigen al nuevo presidente del grupo que cualquier ajuste de plantilla se realice sin despidos forzosos y con diálogo social

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La tensión vuelve a aumentar en el entorno laboral de Telefónica España. Los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, han lanzado un mensaje claro al presidente del grupo, Marc Murtra, en plena antesala de un posible Expediente de Regulación de Empleo (ERE): “queremos que cualquier medida priorice la voluntariedad”.
El pronunciamiento llega después de que la operadora anunciara la firma de un nuevo Marco Social, un acuerdo inédito que unificará las condiciones laborales de todas las filiales y divisiones del grupo en España. Hasta ahora, solo tres empresas —Telefónica España, Telefónica Móviles y Telefónica Soluciones— estaban protegidas por el Convenio de Empresas Vinculadas, que garantizaba estabilidad laboral durante su vigencia.
El nuevo marco amplía ese paraguas a todo el grupo, y se interpreta como la antesala del ajuste de plantilla que la compañía prepara para finales de este año.
Un ERE amplio y con alcance en todas las filiales
Fuentes sindicales consideran que este paso confirma que el futuro ERE será de gran envergadura, ya que el Marco Social incluye también al centro corporativo y a otras filiales menores hasta ahora no afectadas por los anteriores procesos de reestructuración.
Según las primeras estimaciones, el nuevo expediente podría afectar a entre 6.000 y 7.000 empleados, sobre un total de 25.000 trabajadores en España. La cifra final dependerá del número de filiales incluidas y del grado de adhesión voluntaria que se logre.
El objetivo de Telefónica sería poner en marcha el proceso entre noviembre y diciembre, para imputar los costes en el cuarto trimestre de 2025. Aunque aún no existe una cifra oficial ni un calendario cerrado, los sindicatos ya han advertido que no aceptarán despidos forzosos ni salidas traumáticas.
El compromiso de la “voluntariedad”
El núcleo del nuevo Marco Social se apoya en una cláusula denominada “Organización de personas”, que obliga a la compañía a garantizar que cualquier revisión de plantillas priorice la salida voluntaria de los trabajadores.
Esa promesa, según los sindicatos, debe trasladarse ahora a la práctica. “Telefónica tiene músculo financiero suficiente para afrontar su reestructuración sin medidas coercitivas. La voluntariedad y la negociación colectiva son líneas rojas”, insisten portavoces de UGT y CCOO.
En los anteriores EREs, aplicados en 2021 y 2022, la compañía ofreció bajas incentivadas con indemnizaciones de hasta el 68% del salario bruto anual hasta la jubilación, un modelo que tuvo una elevada acogida entre los trabajadores de mayor antigüedad.
Los sindicatos confían en que la dirección liderada por Marc Murtra, quien asumió la presidencia en sustitución de José María Álvarez-Pallete, mantenga esa línea de diálogo social.
La automatización y la inteligencia artificial, en el centro del debate
Uno de los puntos más novedosos del acuerdo es la creación del Observatorio de Inteligencia Artificial y Empleo, un órgano conjunto entre la empresa y los sindicatos destinado a evaluar el impacto de la automatización y la IA en los puestos de trabajo.
El objetivo es anticipar los cambios derivados de la digitalización, evitar despidos por causas tecnológicas y promover planes de formación y reciclaje profesional.
“Sabemos que la inteligencia artificial transformará el sector de las telecomunicaciones, pero exigimos que lo haga sin destruir empleo”, subrayan desde CCOO. El observatorio, que empezará a operar a comienzos de 2026, también elaborará informes sobre productividad, competitividad y sostenibilidad laboral.
La compañía, por su parte, considera esta iniciativa una herramienta para equilibrar innovación y protección social, en un contexto en el que la automatización de procesos y el uso de algoritmos de gestión ya están modificando las estructuras internas de Telefónica.
Un sector en transformación permanente
Telefónica no es la única empresa del sector que afronta recortes. Vodafone España y Orange también han ejecutado ajustes de plantilla en los últimos años, motivados por la presión competitiva, la reducción de ingresos por servicios tradicionales y la necesidad de invertir en redes 5G y fibra óptica.
En este escenario, los analistas interpretan que el nuevo plan de Telefónica busca mejorar la eficiencia operativa y reducir costes fijos en un momento de fuerte competencia con operadores digitales y nuevas plataformas.
Sin embargo, los sindicatos advierten que “no todo puede justificarse con el argumento de la eficiencia”, y reclaman un reparto más equitativo de los beneficios. La compañía registró beneficios superiores a los 1.000 millones de euros en el primer semestre de 2025, y mantiene un dividendo estable para los accionistas.
Murtra, ante su primera gran prueba de gestión social
Para Marc Murtra, este proceso será su primer gran reto interno desde que tomó las riendas del grupo. Su llegada a la presidencia fue interpretada como una apuesta por reforzar el perfil institucional y tecnológico de la compañía, pero la gestión del ERE pondrá a prueba su capacidad de negociación y liderazgo social.
Los sindicatos han pedido mantener una interlocución directa con la presidencia y no delegar exclusivamente las conversaciones en el área de Recursos Humanos. “Queremos una negociación de alto nivel, porque las decisiones que se tomen marcarán el futuro de miles de familias y de la propia empresa”, señalan desde UGT.
Fuentes internas apuntan a que Murtra busca mantener la calma y evitar conflictos abiertos, consciente de que la imagen pública de Telefónica se vería seriamente afectada por un ERE conflictivo.
Una negociación clave para el futuro laboral del grupo
La compañía y los representantes de los trabajadores deberán cerrar un acuerdo antes de fin de año, de modo que el ajuste se pueda ejecutar a comienzos de 2026.
Mientras tanto, el nuevo Marco Social servirá como hoja de ruta para futuras decisiones organizativas, garantizando —al menos sobre el papel— que la voluntariedad seguirá siendo la base de cualquier reducción de plantilla.
La negociación que se abre en los próximos meses será determinante para el clima laboral del grupo, en un momento en el que la digitalización, la competencia global y la presión de los inversores están reconfigurando el sector de las telecomunicaciones en España.