Nissan Ávila se asoma al abismo a diez días del fin de las negociaciones

Nissan y los sindicatos chocan por las condiciones en la fábrica de Ávila, pendiente de una transformación, y si no hay acuerdo en diez días, cerrará

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Parecía que Nissan había resuelto el problema que se generó en su fábrica de Ávila después de anunciar la decisión del grupo de dejar de producir camiones. El plan de la alianza Renault-Nissan para reconvertirla en fábrica de recambios daba continuidad a la planta, pero las negociaciones con la plantilla acaban de empezar y el enfrentamiento ya es total. La batalla por las condiciones laborales, sobre todo por el sueldo, vuelve a plantear seriamente el cierre de la fábrica.

José Vicente de los Mozos, uno de los directivos de mayor rango en la alianza Renault-Nissan a nivel mundial, ha sido el elegido para negociar en Ávila. Es un viejo conocido de los sindicatos de la marca japonesa y saben que es un negociador duro. Dio muestra de ello hace una semana en Valladolid, donde, en un acto organizado por UGT, avisó de que si no hay acuerdo el 14 de junio, la fábrica cerrará.

De los Mozos cargó duramente contra los sindicatos, a los que acusó de “mentir y politizar el tema” al decir que se trata de un cierre encubierto, de “criticar sin dar soluciones”, de “dinamitar el proceso con cosas que no son reales” y de estar “más pendientes de cobrar 50 días” de indemnización por despido que de debatir sobre el futuro de la planta.

Las declaraciones del directivo español de Renault cayeron como una bomba de racimo sobre los ánimos de los representantes sindicales de Nissan Ávila, que las consideraron un chantaje y convocaron una huelga para el día 15. Una huelga, dicho sea de paso, cuya utilidad es cuestionable –la fábrica está parada–, pero que muestra hasta qué punto las posiciones están enfrentadas.

Nissan amenaza con cerrar Ávila si no hay acuerdo el día 14 y los sindicatos convocan huelga el 15

El problema en las negociaciones son los sueldos, con el trasfondo de una evidente falta de confianza. Los sindicatos no se creen las promesas de la alianza, ya que la decisión de dejar de fabricar camiones no estaba prevista y rompía los compromisos contraídos con la plantilla y con la Junta de Castilla y León.

La desconfianza se ha alimentado por la decisión de la multinacional de empezar la transformación de Ávila por el convenio. Para Renault-Nissan, es condición sine qua non para salvar la planta que la plantilla firme, antes del 15 de junio, el cambio de su convenio actual al que tiene Renault en la región.

Este requisito ha indignado a los sindicatos, ya que supone rebajas salariales de hasta un 25%, según fuentes sindicales, aunque este porcentaje es más bajo en niveles técnicos. Fuentes de la alianza explicaron que el convenio de Renault tiene otras ventajas, pero sí que dejaron claro que este tiene que ser, sí o sí, el primer paso para la transformación de Ávila y la continuidad de sus más de 470 trabajadores.

El plan industrial de Ávila

El sueldo es el problema, pero no es el único problema. Desde los sindicatos no ven con buenos ojos que tengan que firmar un cambio de convenio sin un plan industrial aprobado. Fuentes del comité de empresa explicaron que se plantearían firmar si también se firmara el plan que especificara con detalle cómo será la fábrica de Ávila, así como el mantenimiento del empleo, junto con un compromiso por parte de la alianza. Una muestra más de desconfianza.

Las fuentes sindicales aseguraron que apenas tienen detalles del futuro de Ávila. Saben que será una fábrica de recambios, como parachoques, puertas, etc., pero no cuantos puestos de trabajo necesitará ni los tiempos de la reconversión. Temen cambiar a un convenio nuevo, perdiendo derechos, y que después haya un ERE para parte de la plantilla, que salga con peores condiciones.

La plantilla de Ávila quiere que se asegure el empleo; Nissan prioriza el cambio de convenio

Desde Nissan aseguran que han dado toda la información a los representantes de los trabajadores, incluso antes que a las administraciones –Ayuntamiento, Junta y Gobierno–. Desde la inversión, que será de 40 millones de euros, hasta los detalles de lo que se producirá.

Lo que no han especificado, admiten, es la plantilla que se necesitará, pero han garantizado que no se perderá empleo a largo plazo. Si hay excedente, pasará a la fábrica Renault de Valladolid, pero en 2024 prevén que el empleo en Ávila vuela a los niveles actuales. Lo que dejaron claro es que, para que siga abierta la fábrica, lo primero, e imprescindible, es el cambio de convenio, por lo que los próximos diez días serán decisivos.

Xavier Alegret

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