Séptimo mes agónico para el automóvil y Trump solo acaba de empezar

La producción de vehículos cae en España un 6% en mayo, en su séptimo mes a la baja, presionada por las tensiones comerciales y el peor contexto económico

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La producción de vehículos en España cayó un 6 % en mayo con respecto al mismo mes de 2018, hasta los 294.146 vehículos, según los datos de la asociación española de fabricantes Anfac.

Fue su séptimo mes descensos, arrastrada por la peor evolución de la economía europa, que está sufriendo los avarates de la guerra comercial de Donald Trump y donde el motor ha sido uno de los productos bajo amenaza continua de sufrir aranceles; lo que ha llevado a muchas empresas a contener la producción, provocando severas caídas de las ventas en los productores de componentes.

Son varias las voces a nivel mundial que señalana que el presidente de los Estados Unidos, desde que comenzó su particular lucha arancelaria, es responsable del frenazo que vive el comercio a nivel mundial. Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) así lo reconocía la semana pasada y añadió que esa contención está pasando factura a la economía. 

Según explica Anfac, los mercados europeos, principales compradores de vehículo español, inmersos en esa inestabilidad están sufriendo las consuencias y trasladándolo a las plantas españolas. El conflicto está lejos de solucionarse por lo que el frenazo podría continuar.

Entre el nuevo conflicto con Irán, que está calentando el precio del petróleo, y la pelea de Trump con la Reserva Federal, Europa y el BCE ya se están atrincherando para prepararse de cara a los intensos meses que nos esperan, teniendo en cuenta tenemos por delante la pugna del presidente norteamericano por lograr la reelección.

Trump frente a las elecciones

Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, anticipa la semana pasada un escenario complicado en el entorno global por la presión de Trump y el riesgo de perder el acceso al Despacho Oval. «Nunca un presidente ha salido reelegido con la economía en contracción», adelantaba.

Las elecciones presidenciales en EE.UU. están previstas para el próximo 2020, pero Donald Trump ya ha presentado oficialmente su candidatura y, analizando cómo ha sido su presidencia, es probable que su campaña cree unos cuantos sobresaltos a la economía, a las bolsas, y las países poco afines a su ideología.

El BCE ya ha adelantado que si las incertidumbres persisten -y una de la más importantes es justo el bloqueo del comercio global y su impacto sobre la economía europea- está preparado para retomar las medidas excepcionales e incluso colocar el precio del dinero en negativo.

A Donald Trump la iniciativa no le gustó mucho, porque abarató el euro haciendo menos competitivos los productos estadounidenses y ya advirtió a Mario Draghi de que tuviera cuidado con lo que hacía. Intencionalmente o no, la tensiones con Irán, que han impulsado el precio de crudo, podrían complicar los planes del BCE: no podría mantener una política muy laxa en tipos de interés si la inflación comenzara a subir.

La otra venganza posible son nuevos aranceles. Trump ya ha tendido la mano al Reino Unido tras el Brexit, pero, además, siempre puede activar nuevas tasas extra contra Europa, evitando que un euro más barato incremente la demanda de productos europeos por parte de los norteamericanos.

El otro banquero central en su punto de mira es Jerome Powell. El presidente de la Reserva Federal tienen en sus manos reducir los tipos de interés para tratar de incentivar la economía norteamericana, pero al presidente de los Estados Unidos le corre prisa que lo haga y aprovecha cada momento para criticarle y buscar vías para destituirle

 

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