De autopistas a residencias de ancianos: el negocio en España del fondo que quiere quedarse la AP-9

El fondo de pensiones holandés APG controla dos concesionarias de autopistas al margen de Itinere y prevé invertir 250 millones para comprar residencias de ancianos

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APG, el mayor fondo de pensiones de los Países Bajos con casi 5 millones de clientes, se ha convertido también en uno de los mayores grupos de autopistas de España y Portugal. La operación para adquirir parte de la participación de Corsair en Itínere, autorizada el mes pasado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, le otorga el control sobre 525 kilómetros de vías de peaje, entre ellas, la AP-9, la principal autopista de Galicia y la más relevante por ingresos, unos 150 millones anuales.

En el portafolio de Itínere está también Autoestradas de Galicia, concesionaria de la AG-55 entre A Coruña y Carballo y de la AG-57 entre Puxeiros y Val Miñor; la AP-66 entre Campomanes y León; la AP-15 navarra; y la Autopista Central Gallega, que enlaza Santiago con Ourense. Todos estos activos siguen pendientes de la disputa judicial que mantienen desde hace años Globalvía y la alianza entre APG y Corsair por el control del grupo. Por el momento, el fondo de pensiones holandés controlará hasta el 76% del capital de la compañía, mientras que Globalvía tendrá un 23,7%.

Alianza con Sacyr, pelea con Globalvía

El negocio no es nuevo para el fondo de pensiones holandés, que gestiona unos 600.000 millones en activos. Además de su participación en Itínere, articulado hasta ahora mediante un pacto con Corsair que otorgaba a la estadounidense la mayoría de los derechos de voto, APG es accionista de control de Trados M-45, la autopista de circunvalación de Madrid, y participa en otras dos vías.

En la autovía del noroeste Aunor, de peaje en sombra, comparte accionariado con Sacyr Concesiones. La carretera entró en operación en 2001 y une las comarcas del noroeste y del río Mula con la ciudad de Murcia. También con Sacyr como socio, APG está presente en la Autovía del Turia, 53 kilómetros que transcurren por la Comunidad Valenciana, de la capital al noroeste de la región.

La gran operación de Portugal

La batalla de APG con Globalvía se extendió también a Portugal. En 2020, el gigante holandés se hizo con la lusa Brisa por unos 2.500 millones, imponiéndose en la puja a Abertis y Globalvía. Brisa opera  1.575 kilómetros de autopistas en el país vecino, repartidos en cinco grandes concesiones que agrupan a 21 autopistas.

Además, presta servicios de telepeaje y otros dispositivos de pago a través de la filial Vía Verde Portugal. Otra filial del grupo portugués se encarga de la comercialización de los equipos de pago y de sistemas inteligentes de transporte (ITS) tanto en el mercado doméstico como en Estados Unidos.

Apuesta por los geriátricos

Poco después de tomar el control de Itínere, APG anunció una inversión de 250 millones en España para adquirir residencias de ancianos. El negocio se canalizará a través de la socimi Wellder y en alianza con Renta Corporación, que tendrá una participación de solo el 3%, pero se ocupará de la gestión. Los socios tienen previsto adquirir residencias ya en marcha y proyectos por desarrollar o llave en mano. 

El fondo de pensiones holandés y Renta Corporación son aliados también en Vivenio, una socimi dedicada a la adquisición de vivienda para alquiler. A cierre del ejercicio 2021, Vivenio tenía un patrimonio de 972 millones, más de 1.300 millones en activos y unos ingresos de 27,1 millones. El grueso de la actividad de la socimi se concentra en Madrid, Barcelona, Valencia y Baleares.

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