Yolanda Díaz se desespera con Podemos: choca con Ione Belarra hasta en los Presupuestos

Díaz airea su malestar con Podemos en la negociación con los Presupuestos y destapa la "batalla de egos" de los morados

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. EFE

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La paciencia no es infinita y las formas, tampoco. La vicepresidenta Yolanda Díaz ha dicho basta a los suyos (Unidas Podemos) por poner puertas al campo de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), a su manera de hacer política e, incluso, a su alternativa para configurar un eje de las izquierdas más allá del PSOE y enfrentarse juntos a las próximas elecciones. Primer aviso de Yolanda Díaz.

La vicepresidenta segunda se desquitó abiertamente y ante los micrófonos de La SER de los problemas que aquejan a su formación y también al Gobierno de coalición. «El feminismo y el machismo y las formas en la negociación no tienen que ver con hombres y mujeres. Son formas que son masculinas. Yo negocio a veces con mujeres que tienen unas formas que no comparto en absoluto», criticó Díaz.

La frase ha traído cola en Podemos y los detractores de Díaz dentro de la formación morada, que también los hay, refuerzan sus argumentos para luchar como partido, independientemente de que se encuentren en el Gobierno. Según ha podido saber Economía Digital, el problema interno se hace público estos días a raíz de que más dirigentes se muestran en desacuerdo con la vicepresidenta y sus formas de hacer política.

Mientras la parte socialista del Gobierno felicita a Díaz por trasladar ante la opinión pública un mensaje optimista sobre la negociación de los PGE, en el cuartel general de Podemos no se muestran tan de acuerdo. La imposición de no airear a la prensa los ‘trapos sucios’ de la coalición ha vuelto a chocar con la figura de la secretaria general de Podemos, Ione Belarra.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), conversa con las ministras, Nadia Calviño (2i), Yolanda Díaz (2d) y Teresa Ribera (d), durante la sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles en el Congreso. EFE/Juan Carlos Hidalgo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con las vicepresidentas Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera. EFE

Belarra lanzó la semana pasada un mensaje contundente al Gobierno a través de los medios: «Ahora mismo el acuerdo está lejos». Podemos tiene que mantenerse firme en la negociación y no permitir que sus principales medidas, reflejadas en el pacto de coalición y todavía sin cumplir, queden aplazadas sine die por la gracia de los socialistas. «Tenemos que seguir con el escudo social», explican desde la formación.

La vicepresidenta recalca en su entrevista que las formas en política son importantes y de ahí que haya enmendado el mensaje y las formas duras de Belarra pidiendo «paciencia» y mostrándose «segura» de que habrá acuerdo. Un mensaje entendido, por el partido, a modo de cesión pública de los morados a asuntos tan importantes como dejar fuera la Ley de Vivienda de los Presupuestos, tal y como quieren los socialistas. Una exclusiva de Economía Digital.

«Una batalla de egos»

Pero los problemas de Díaz son mayores con respecto a Podemos y su posición en el Gobierno de coalición. Los planes de la vicepresidenta pasan porque su gestión sea reconocida. Su principal objetivo en estos momentos en conseguir derogar íntegramente la reforma laboral para que la gente se sienta atraída por su «acción de Gobierno».

A diferencia del PP con Isabel Díaz Ayuso, en Podemos no ha sentado mal que la dirigente haya hecho públicas sus intenciones de conformar un nuevo espacio a la izquierda del PSOE.

Según ha podido saber Economía Digital, Díaz sigue manteniendo reuniones con organizaciones ajenas a los morados pero con gran experiencia institucional y alejadas del foco mediático evitando que sus perfiles estén ‘quemados políticamente’. Esto es un futuro es válido y clave, señalan fuentes conocedoras.

El objetivo de Díaz con el firme apoyo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la dirección federal de Izquierda Unida es reorganizar un espacio en la izquierda para evitar la «sopa de siglas» de cara a las próximas municipales y autonómicas de 2023. El escollo reside en que todas las organizaciones contactadas quieren jugar un papel y Podemos no va a ser menos.

La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, tras una reunión con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el septiembre de 2020 / Moncloa
Ada Colau y Yolanda Díaz en una reunión en septiembre de 2020 / Moncloa

No hay que olvidar la advertencia velada de Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos, hace unas semanas: «Le corresponde a Podemos, por su presencia en el conjunto del Estado y la experiencia acumulada, ser el eje que ayude a vertebrar ese espacio político».

Los morados quieren liderar ese espacio y Díaz no hace más que recalcar que busca hacerlo suyo, precisamente, para evitar que muchas de estas organizaciones no quieran integrarse por desavenencias pasadas con la formación que lideró Pablo Iglesias.

Tampoco los morados se ven, por el momento, compartiendo espacio con el partido de Iñigo Errejón y la idea de éste tampoco pasaría, de primeras, por integrarse sino por configurarse como ‘partido verde’.

En medio de todas estas exigencias, una corriente de Podemos compuesta por los cercanos a Iglesias ponen cada vez más resistencias a Díaz. No quieren que el partido se difumine, ni tampoco que el proyecto se vaya por el sumidero si ellos no están ‘in vigilando’ cada movimiento que sus integrantes dan. De ahí que muchos opten por conformarse y salvaguardar los muebles, mientras que el resto les intenta hacer ver que con ese planteamiento desaparecerán.

La batalla por replantearse el espacio de la izquierda no ha comenzado todavía y desde el entorno de Díaz ya asumen que se pondrán trabas «como es normal». En estos momentos de reuniones discretas entre Díaz y estos espacios de la izquierda se hablará pero también habrá un ‘tira y afloja’ por defender su identidad.

Es aquí donde la vicepresidenta ya advierte: «Estoy rodeada de egos, he demostrado que nunca me he peleado ni lo voy a hacer, pero como suceda esto o exista ruido es probable que me vaya«.

Díaz reclama a Podemos que la dejen hacer al frente del Gobierno, marcando el paso de los morados, y también dejar hacer de cara a las elecciones frente al miedo de varios dirigentes de que el partido se diluya y sus puestos también.

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