Tutankamón resucita en Barcelona gracias al metaverso

La nueva exposición inmersiva del complejo Ideal lleva al visitante a conocer el antiguo Egipto de Tutankamón y a redescubrir la famosa tumba como hace 101 años

Tutankamón en su versión del siglo XXI. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

Tutankamón se ha levantado de su tumba. Por suerte a su alrededor no hay un ejército de momias que cojean ni de esqueletos que con sables pretenden resucitar a los muertos, como bien le gusta a Hollywood. Aquí estamos viendo al faraón más famoso caminar entre nosotros como hace 3.400 años, en una estupenda recreación visual que forma parte de la nueva exposición multimedia que presenta el complejo Ideal (Dr. Trueta 196, Barcelona).

Tutankamón. La experiencia inmersiva es el nuevo espectáculo que ofrece este centro de arte digital que hace unos días se alzaba con el galardón a Mejor Museo de España en los Remarkable Venue Awards de Tiqets y por el que han pasado ya las vidas y obras de artistas como Salvador Dalí, Claude Monet, Frida Kahlo o Gustav Klimt.

Y esta es la primera exhibición digital de corte histórico, de un faraón que hubiera sido ignorado por las arenas de la historia de no ser que protagonizó el descubrimiento arqueológico más importante de la arqueología moderna.

La película se proyecta en una sala de 360 grados. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

Los primeros pasos en el Egipto de Tutankamón

Al entrar en la exposición uno choca con la mirada imperturbable de la máscara mortuoria, una réplica de la expuesta en el Museo del Cairo, que adelanta la sofisticación y belleza del arte fúnebre de los antiguos egipcios, con el rostro de oro, piedras preciosas y lapislázuli.

Tras unos paneles informativos de la cultura egipcia y reproducciones de las notas de arqueólogo y egiptólogo inglés Howard Carter, descubridor de la tumba hace 101 años en el Valle de los Reyes, se entra a uno de los platos fuertes: la sala de 360 grados de 1.000 metros cuadrados.

Infografía Jordi Català

La primera experiencia inmersiva

Allí se proyecta una película de media hora pero que parece que durara un par de minutos, en los que se asiste a la creación del mundo según la mitología egipcia, se navega por el valle del Nilo entre monumentos y ruinas, se descubren interiores de palacios que rebosan de color y riquezas, se entra en las cámaras de la famosa tumba esquivando tesoros y se asiste al encuentro del alma del faraón con los espíritus que lo guían al más allá.

En la gigantesca pantalla de 360 grados se viaja al antiguo Egipto para conocer desde sus dioses hasta el interior de los templos

El despliegue de imágenes que rodean al espectador (incluso en el suelo), la música épica y el vértigo de los movimientos de cámara son para verlo una y otra vez.

Infografía Jordi Català

Sentirse como un faraón

Al salir se escuchan risas. Son unas originales cabinas fotográficas tipo fotomatón, que permiten a los visitantes retratarse con peinados, vestuario y atrezzos del antiguo Egipto; donde combinan la imagen actual con un algoritmo que pueden ‘disfrazar’ al protagonista de sacerdote, faraón o escriba.

Tras ver una réplica del sarcófago que detalla el proceso de momificación, se entra a otra sala que tiene otra vivencia impactante de alta tecnología: el gran espacio inmersivo El Valle de los Reyes, 1922.

Infografía Jordi Català

En la piel de Howard Carter

Es una experiencia de metaverso de siete minutos que permite a los visitantes entrar en la realidad virtual para ponerse en la piel del arqueólogo Carter, donde con el casco de gafas especiales uno puede andar, literalmente, por el Valle de los Reyes justo como era en 1922, el mismo año del descubrimiento de la tumba de Tutankamón.

Por momentos el visitante se siente solo, no ve a ninguna figura humana más, salvo por números y rostros que delatan la presencia de cuerpos invisibles.

Con las gafas de realidad virtual visitante se pone en la piel de Howard Carter y revive el descubrimiento de la tumba

El viaje se inicia en el campamento en el que el explorador británico había excavado durante cuatro años sin resultados, donde la noche virtual del valle es rota por la luz tenue de las estrellas y de las linternas de aceite que, si se tocan virtualmente, se tambalean con ruido metálico.

En la arena hay escarabajos correteando, y de a poco aparecen varias tiendas, donde se pueden consultar libros, mapas, dibujos y hasta escuchar la música favorita de Carter en un gramófono.

Así eran los palacios del antiguo Egipto. Foto Centro Ideal

Pero el momento más fascinante es cuando se entra en la oscura tumba, donde casi se choca con objetos en el suelo y un carro de oro, de brillo imperceptible, que se puede iluminar con la lámpara.

A través de la penumbra se van descubriendo las estancias, y los 5.400 tesoros que las llenan, hasta llegar al sarcófago del faraón que se abre y muestra el mayor símbolo de esta historia: la máscara de oro.

Dos salas ofrecen experiencias virtuales. Foto Centro Ideal

Reencarnarse en Tutankamón

Pero hay más: si ya el visitante se sintió Howard Carter por unos minutos, ahora se trata de encarnarse en el Tutankamón resucitado a través de una segunda experiencia de realidad virtual

Nuestros ojos son los ojos del faraón que abre el sarcófago, sale de la tumba y se dirige a la luz que lo lleva al inframundo, en un paraje volcánico donde es juzgado por los 42 dioses que evaluarán, con la ceremonia del pesaje de su corazón, si su alma era pura como para disfrutar de una eternidad en paz.

Reproducción del sarcófago. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

Quién fue Tutankamón

A pesar de un epílogo lleno de accidentes y muertes misteriosas, que generó la falsa ‘maldición de los faraones’, Tutankamón fue faraón poco importante en la historia del antiguo Egipto como Ramsés II o su padre Akenatón.

Aquel fue uno de los monarcas más interesantes y precursor de esa civilización, que revolucionó el arte y su sociedad, trasladó la capital a Amarna e instauró el monoteísmo con el culto a Atón, el dios del Sol.

La impopularidad de sus cambios radicales lo llevó a ser asesinado, y por eso probablemente el breve reinado de su hijo también haya sido borrado de los registros.

Sin embargo, se supo que Tutankamón restauró el politeísmo y regresó la capitalidad a Tebas (actual Luxor). Falleció a los 18 años con muchos problemas físicos, como cojeras y deformaciones, relacionadas con el incesto oficial de varias generaciones.

Réplica de la máscara mortuoria. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

Cómo es el Centro Ideal

El edificio del complejo Ideal está en un antiguo cine en Poblenou, antiguo barrio marinero e industrial que en 1985, se convirtió en plató de TV. El centro cuenta con casi 2.000 metros cuadrados dedicados a la exhibición, producción y formación de artes digitales inmersivas, además de tres salas polivalentes.

Las producciones están a cargo del estudio Layers of Reality, que abrió el centro de arte en 2019. Es una propuesta a mitad de camino entre museo, cine 3D y un espacio de cultura digital, que trabaja la inmersividad y el metaverso, con avances tecnológicos de última generación como proyecciones audiovisuales, realidad aumentada, realidad virtual y holografía.

Esta exposición ha ganado tres premios Telly Awards, destacando su innovación en formatos audiovisuales. Para la versión de la voz del joven Tutankamón que guía al visitante (catalán, castellano e inglés), se ha apostado por Cesc Triquell, cantante emergente del concurso musical Euphòria.

En el caso de la Tutankamón, la experiencia inmersiva es una coproducción internacional de Layers of Reality, Somos Produce y Stardust International, donde han intervenido más de cien profesionales de todo el mundo, entre los que destaca Sila Sveta, estudio de referencia mundial, responsable de la película inmersiva en 360 grados.

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