Bodegas Buezo o cómo hacer grandes vinos más allá de Ribera de Duero y Rioja

Cuentan las leyendas que en la región del Medio Arlanza (entre Rioja y Ribera de Duero, entre las actuales provincias de Burgos y Palencia) se producía un vino tan famoso que fue uno de los que Cristóbal Colón se llevó en sus viajes a las Américas. Es muy probable que viñas como las que hoy proporcionan los excelentes vinos de altura y de guarda que elabora Bodegas Buezo tuvieran mucho que ver.

Desde la Edad Media hubo viñedos en torno al río Arlanza. La filoxera arrasó la región a principios del siglo XX obligando a arrancar casi la totalidad del viñedo, y a una tardía replantación, completada en 1920.

La recuperación de la viticultura en el valle del Arlanza hasta su confluencia con el Pisuerga y la creación de una pequeña Denominación de Origen enclavada entre gigantes como Rioja y Ribera del Duero hay que atribuirla a un grupo de personas más entusiasta que con recursos: la Comisión Gestora de la Ribera del Arlanza.

El renacer de los vinos de Arlanza

Hubo que esperar a 1995 para reiniciar la tradición vitivinícola de este territorio quizás poco conocido, pero capaz de producir excelentes vinos, como se iría viendo con el paso de los años, hasta que la Junta de Castilla y León concediera en 2007 la Denominación de Origen Arlanza.

Mucho antes, en 1999, comenzó a elaborar sus vinos en esta zona Bodegas Buezo. Situada en el Valdeazadón (Mahamud), en la provincia de Burgos (comarca del Medio Arlanza), la actual bodega, inaugurada en 2008, está construida al estilo de un château bordelés.

Abel Buezo es el fundador de esta bodega que cuenta con viñedos situados entre 870 y 900 metros de altura, lo que indica la existencia de un clima dominante continental, con inviernos largos, muy fríos, ventosos y parcialmente nublados, primaveras medias y veranos cortos, calurosos y secos, con grandes diferencias térmicas entre el día y la noche que llegan a superar los 20 grados.

No solo la altura es importante en este proyecto. De hecho, para para entender el tipo de vinos que se elaboran en Bodegas Buezo hay que atender a su verdadera pasión, que pasa por recuperar viñedos y un terruño históricamente dedicado a la elaboración del vino.

Grandes vinos de guarda

También la vinificación es determinante para conseguir grandes vinos de guarda. Según su filosofía, todas sus referencias pasan al menos 72 meses (6 años) en botella antes de salir al mercado, a lo que habría que sumar, al menos, otros tantos años en barrica.

Es decir, ahora conviven en el mercado las añadas 2005 y 2006 del tempranillo y sus referencias Varietales, Petit Verdot y Nattan, su tinto insignia. Tanto como sus plazos destacan sus precios, sorprendentemente ajustados para los años de elaboración y guarda invertidos.

Por otro lado, durante 15 años Buezo ha estado trabajando en un proyecto de recuperación de viñedos viejos e incluso de algunas variedades blancas y tintas con las que están desarrollando nuevas elaboraciones en una tierra cuyos viñedos se remontan al siglo X.

Los de Buezo tienen una edad media de 100 años y una superficie en producción de 2,3 hectáreas que, además, aporta una información valiosísima sobre erosión genética y biodiversidad vegetal.

Vinos habituales con insólitas añadas

Entre las referencias a tener en el radar destaca Buezo Tempranillo 2005, un monovarietal tempranillo con crianza en barricas de roble francés(60%), roble americano y centroeuropeo (40%) de entre 14 o 16 meses, y posteriormente permanece en botella al menos 90 meses más.

Con tempranillo (50%) y petit verdot (50%) se elabora Buezo Petit Verdot Reserva 2005, un ensamblaje que reposa en barricas de roble francés, americano y centroeuropeo durante 16 meses y posteriormente permanece en botella al menos 90 meses más para terminar de redondearse.

Por su parte, Buezo Varietales Reserva ofrece un ejemplo perfecto de ensamblaje de tempranillo (50%), merlot (25%) y cabernet sauvignon (25%). Con una crianza de entre 14 y 16 meses en barricas, reposa en botella un mínimo de 90 meses.

Gran referencia de la bodega, Buezo Nattan Reserva es un monovarietal de tempranillo con una producción de 10.000 botellas cuya crianza se lleva a cabo únicamente en barricas nuevas de roble francés, durante un mínimo de 18 meses. Posteriormente descansa en botella durante mínimo 90 meses más.

Los recién llegados de Buezo

Además de las referencias más habituales destacan dos novedades que, además de sorprender resultan ideales como regalos, ya sea para San Valentín o para el Día del Padre, ya que se trata de elaboraciones originales y exclusivas.

El primero es Buezo 79 Añada 2017. Con una producción de solo 400 botellas Magnum, nace con el deseo de concentrar la mayor expresividad y potencial vitivinícola del territorio en el que nace.

A partir de viñedos plantados en 1999 y 2000, a 890 metros de altitud en la finca de Valdeazadón, se obtienen cuatro variedades blancas francesas: chardonnay, sauvignon blanc, semillón y viognier con las que se elabora este vino artesanal de gran potencial de guarda que reposa en roble francés durante 6 meses y se redondea en botella al menos 36 meses más.

El resultado es un blanco excepcional, aromático sutil con un paso por boca equilibrado y vibrante, donde nada destaca por encima de los demás, donde todos tienen la misma importancia.

La segunda de estas nuevas creaciones es Buezo 1928 Añada 2009, primer tinto de esta nueva gama de vinos únicos y exclusivos. Tiene una producción de solo 400 botellas y ejemplifica la elaboración de vinos complejos, elegantes, con carácter extraordinario y reflejo del viñedo.

Un vino con el que Abel Buezo rinde homenaje a su padre Bernardo y a la sabiduría de los años como relata el rostro dibujado en bolígrafo en la etiqueta. El número 1928 corresponde a su año de nacimiento.

Se trata de un vino de cepas centenarias de la localidad de Mahamud (Burgos). Para elaborarlo, se utilizaron uvas de todas las cepas del pequeño viñedo, tanto variedades blancas como tintas, tempranillo, garnacha tintorera, mencía, albillo real, albillo mayor, viura y alguna otra sin identificar.

Se cría en barricas de roble francés sin tostar durante un mínimo de 24 meses y permanece en botella al menos 90 meses más. Es un vino de gran franqueza, complejidad e intensidad aromática, elegante y atlántico, con una muestra una estupenda acidez y perfecto equilibrio.