Tres nuevos espacios para comerte y beberte Francia en Madrid

Madrid acumula aperturas. No hay semana en la que la capital no estrene novedades, ya sea una coctelería, un restaurante, cafetería o tienda, siempre buscando sorprender a local y al visitante. En los últimos meses de 2021 y el arranque de 2022, el ritmo ha sido inagotable. Han llegado food halls como el de Galerías Canalejas, cadenas y restaurantes internacionales como Zuma, con sedes por todo el mundo, Bakan, que aterrizaba directamente desde Miami o La Única, que ha supuesto el regreso del chef Andrés Madrigal desde México.

También en estas últimas semanas, Madrid se ha puesto de lo más francesa. ¿Cómo no íbamos a querer empaparnos del espíritu y el charme del país vecino? Nada menos que tres nuevos espacios han nacido en la capital rindiendo homenaje a lo mejor de Francia. ¿Los conocemos?

Comparte Bistró, un restaurante ‘paritano’

Y dirás, ¿qué es ‘paritano‘? La unión de una parisina y un gaditano. Ellos son Charlotte Finkel y Mario Sánchez, a los mandos de la sala y cocina respectivamente de Comparte Bistró (Belén, 6) el nuevo bistró que une lo mejor de las dos gastronomías.

Mario, tras pasar por las cocinas de Aponiente, Diverxo La Cabra o Triciclo y Charlotte, gestionando equipos como el del Four Seasons Madrid y con amplia formación en hostelería profesional, decidieron que ya era el momento de tener algo propio.

Así esta pareja profesional y personal se ha puesto al frente de un restaurante que, en tan solo un mes abierto, se ha convertido en imprescindible. Y lo es por varias razones.

Un espacio que invita a relajarse y disfrutar, un equipo perfecto y una cocina que nos lleva de viaje de París a Cádiz hacen de Comparte Bistró un nuevo imprescindible en Madrid

La primera, por el propio espacio, un lugar que invita a relajarse y disfrutar, con varios ambientes, desde una barra en la que uno se puede sentar y disfrutar de primera mano del trabajo en la cocina, hasta un salón con mesas bajas y una gran mesa compartida.

La segunda, claro está, por el equipo. Mario y Charlotte forman un dúo perfecto. Amables, cercanos, brillantes… consiguen que lo que sale a la sala sea una propia extensión de la cocina de Mario.

La tercera y no menos importante, por su cocina. Hacía tiempo que no disfrutábamos tanto de un nuevo restaurante con las ideas tan claras. La carta de Comparte es sencilla, con no muchos platos pero todos perfectamente ejecutados. ¿Lo mejor? Que es un viaje de París a Cádiz -pasando por Madrid- cogiendo lo mejor de aquí y de allá, dando lugar a una propuesta totalmente novedosa y por qué no decirlo, deliciosa.

Un viaje de París a Cádiz

La idea de los platos es como su propio nombre indica, compartirlos. Uno puede arrancar con unos chicharrones, típicos de Cádiz, que se sirven con tomates semi secos y queso francés Cantal, pero también hacerlo con un delicado buñuelo de masa casera relleno con cochambrosa, un guiso popular de choco.

Las cocinas se entrelazan y salen victoriosas en un croque monsieur relleno de un jarrete mechado que cocinan durante 24 horas y terminan con una teja de queso Cantal crujiente o en un steak tartar que se acompaña de una bearnesa y croissant. No hay nada más parisino que un croissant.

Tampoco hay que perderse otras exquisiteces como una molleja crujiente que elaboran como si de un cazón en adobo se tratase o una corvina beurre blanc con panceta curada, para el recuerdo.

Si dejas hueco para el postre, podrás probar un original homenaje al babá au rhum, que aquí se elabora con oloroso y crema de Mascarpone.

Déjate aconsejar por Charlotte para elegir los vinos. Su bodega se compone de una buenísima selección de vinos franceses (del Ródano, Loira, Burdeos…) y como no podía ser de otra manera, de vinos del sur, especialmente de la provincia de Cádiz, Jerez, el Puerto de Santa María y Montilla Moriles.

St. Germain, el wine bar francés más coqueto de Madrid

Fred, Greg, Sebastien y Miguel Ángel. Quédate con estos nombres, porque ellos son los cuatro amigos de origen francés que han abierto St. Germain (Cochabamba, 21), el wine bar más especial de la capital.

St. Germain está inspirado en un bistrot parisino, con música francesa sonando y fotografías de la Torre Eiffel o Brigitte Bardot en las paredes

Su idilio con Madrid viene de lejos. Afincados aquí desde hace años, dos de ellos comenzaron dedicándose al mundo de la publicidad hasta que, fruto de la casualidad, empezaron a conocer el mundo del champagne.

Tras varios viajes a la región, empezaron a despuntar como exportadores y vieron el creciente interés por todo lo francés que había en España. Y aunque el interés era grande, la oferta gastronómica era más bien escasa.

Tras afianzar uno de los mejores franceses que hay en la capital, el restaurante Lafayette, quisieron encontrar un espacio más informal, un lugar donde “beber muy bien y acompañarlo con productos galos”, tal y como explican.

Así nacía St. Germain, inspirado en un bistrot parisino, donde no faltan la música francesa sonando y fotografías de la Torre Eiffel o Brigitte Bardot colgando de sus paredes. Más allá de posibles tópicos, unieron todo su savoir faire en materia de vinos, con una oferta de cocina y productos de pequeños artesanos franceses, con una sólida historia detrás, que representan lo más auténtico de su país.

Vinos para pasear por Francia

El elemento central es el vino, ya que cuentan con una extensa carta en la que proponen un paseo por Francia y sus principales uvas, denominaciones y regiones vinícolas. Champagne, blancos del Jura, Chablis o Alsacia, tintos del Ródano y Burdeos y hasta vinos de Córcega, muy poco conocidos en nuestro país. ¿Lo mejor? Que muchos de ellos se pueden disfrutar por copas.

Junto a la propuesta líquida, que se completa con aperitivos como el Kir Royale o Cognac, han creado una carta en la que degustar producto francés, como el foie gras macerado con Marc de Champagne, ostras Legris de Bretaña, rillette y un surtido de quesos, desde más conocidos como el Comté o Morbier, hasta una tabla de quesos ‘découverte’ con opciones como el Comtesse de Vichy o Saint Necatire fermier, entre otros.

A ello se suman platos típicos como rataouille, la quiche lorraine, una sopa de cebolla tradicional gratinada al horno con pan y queso y hasta una cassoulet, un plato contundente a base de alubias, salchicha y carne.

Mademoiselle: galettes como si estuvieras en Bretaña

Mencionábamos el croissant pero cómo no mencionar las crêpes? Tradicionales del país vecino, casi los hemos adoptado como nuestros y hecho con ellos mil y una recetas. La genuina, sin embargo, viene de Bretaña, cuna de los crepes dulces y galettes salados.

Cansado de probar diferentes crêperies en Madrid sin encontrar ese sabor que recordaba de su infancia en la Bretaña, Emmanuelle, el creador de este nuevo espacio, decidió que lo mejor sería hacerlo él mismo. Así nació Mademoiselle (San Bernardo, 120), un restaurante dedicado en cuerpo y alma a estas delicias bretonas.

¿Por qué Mademoiselle? Porque todo el local es un homenaje a la mujer, desde la música francesa que suena, hasta los propios nombres de las propuestas de su carta, cada una con nombre de mujer. Para elaborarlas, Emmanuelle se ha traído la auténtica harina trigo sarraceno directamente desde Saint-Malo, con el fin de brindar a los madrileños con la receta más genuina.

Con ella, prepara una masa de un sabor incomparable que presenta con recetas clásicas, como la galette de queso emmental y jamón, la de queso azul y nueces o la que incorpora huevo campero.

Además, más una decena de especialidades y galettes gourmet, como Joséphine con butifarra fresca, cebolla confitada casera y salsa de mostaza de Dijon o Camille, que esconde en su interior un cremoso de puerros, salmón ahumado y espinacas.