El mundo autónomo se estanca: apenas 100.000 más en una década por 4 millones de asalariados

El peso del trabajador autónomo cae hasta el 14%, presionado por el aumento de carga fiscal y la falta de relevo generacional

Foto: Eduardo Parra / Europa Press

En pleno debate sobre el aumento o no de las cuotas de cotización a la Seguridad Social de los autónomos, una propuesta del Ministerio de Inclusión que no solo ha airado a los propios trabajadores por cuenta propia, sino también a todo el arco político a izquierda y derecha del PSOE, la radiografía del mundo emprendedor es clara: apenas ha crecido una década y su peso en el mercado laboral es cada ver menor.

De acuerdo con los datos de Eurostat, que beben de la Encuesta de Población Activa (EPA) y son comparables con los del resto de países del entorno, el número de trabajadores autónomos en nuestro país apenas ha pasado de los 2,90 millones en 2015 a 2,99 millones en 2024, los últimos datos actualizados, mientras que el global de la ocupación ha pasado de 17,7 millones a 21,3 millones el año pasado. De los casi 4 millones de puestos de trabajo más, menos de 100.000 son gracias a los emprendedores por cuenta propia.

Los datos de la EPA y de la afiliación a la Seguridad Social arrojan ligeras diferencias, por cuanto la EPA es una encuesta y en los registros del Gobierno no todos los autónomos lo son realmente. A cierre de 2015, según los datos de Seguridad Social, había 3.167.998 trabajadores por cuenta propia, por 3.386.764 a cierre de 2024. Son apenas 120.000 más. Unos datos similares a los del INE (de 3,08 millones a 3,2 millones en el mismo periodo).

Los datos de Eurostat lo que permiten es comparar el peso económico del autónomo en España frente a otros socios europeos. En el caso de nuestro país, han pasado de tener un peso del 16,4% en el mercado laboral, a perder fuelle y tocar el 14% en 2024. No es un fenómeno aislado: en el conjunto de la Unión, en el mismo periodo, la proporción ha pasado del 14,2% al 12,9%. Y en países como Alemania, Dinamarca o Suecia el porcentaje ronda el 7-8%.

Al otro lado, Italia tiene un 19% de trabajadores autónomos y Grecia, un 26%.

Hay varias razones que explican esta pérdida progresiva de peso del mundo autónomo en el mercado laboral español y no todas son negativas. Entre las positivas, el crecimiento económico suele favorecer el desarrollo de empresas más grandes y sólidas, que a su vez son más productivas y económicamente rentables. Además, la abundancia de empleo hace que cada vez menos personas tengan que recurrir a emprender su propia actividad para asegurarse un sustento.

De hecho, gran parte de las políticas en materia de autónomos del mandato de Mariano Rajoy, como la tarifa plana de cotizaciones a la Seguridad Social, buscaban impulsar el trabajo autónomo como una solución a las altísimas tasas de desempleo, aunque muchas de actividades resultaron siendo improductivas o no viables económicamente, más allá de la ayuda desplegada por la Administración.

Por otro lado, este estancamiento del empleo autónomo tiene mucho que ver también con el envejecimiento de los trabajadores autónomos y la falta de relevo generacional. De hecho, una de las asociaciones más representativas del sector, UPTA (vinculada a UGT), ha organizado un Congreso la semana próxima sobre esta problemática.

«Desde UPTA se alerta de que el envejecimiento de la población activa, la despoblación rural y la falta de incorporación de jóvenes al emprendimiento están poniendo en riesgo miles de actividades económicas y oficios esenciales para el sostenimiento de las comunidades locales», asegura la organización.

Tampoco lo ponen fácil las condiciones del sistema de autónomos español. Si bien es uno de los más garantistas a nivel europeo, con prestaciones que no existen en otros países, el pago de las cuotas dificulta la puesta en marcha de una actividad que, en las primeras etapas del negocio, no garantizan buenos resultados.

Además, las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI) de los últimos años, así como los aumentos en las cotizaciones sociales, han añadido cada vez más presión sobre las cuentas de las pymes y autónomos.

La última propuesta del Gobierno para adaptar el sistema de cotización a la Seguridad Social, que ya en 2021 se pactó que fuera progresivamente al pago en función de ingresos reales, ha levantado en armas a parte del colectivo. El Ejecutivo plantea subidas de entre 17 y 206 euros más al mes de cara al año que viene, en función del tramo de ingresos.

Según los datos de Seguridad Social, Andalucía (590.015), Cataluña (572.245) y Madrid (435.483) son las tres regiones con mayor número de autónomos registrados. También son las tres donde se obtienen unos mayores ingresos por las cuotas de estos emprendedores, aunque en distinto orden: Cataluña (1.944 millones), Andalucía (1.801 millones) y Madrid (1.472 millones), aproximadamente la mitad de los 11.342 millones de euros que se ingresaron a través de cotizaciones al RETA en 2024.

Si bien no hay cálculos oficiales de cuánto puede suponer la subida que ha diseñado el Ministerio que dirige Elma Saiz, desde ATA calculan que la recaudación total podría elevarse en casi 6.000 millones de euros, pasando a recabar 18.744 millones de euros a finales de 2028.

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Álvaro Celorio

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