Los sindicatos sospechan que la compra de supermercados DIA puede ser la razón de los cierres en Alcampo
Las organizaciones sindicales, encabezadas por Fetico, apuntan a la gran inversión de Alcampo en la compra de supermercados DIA como uno de los principales motivos del ERE
UGT, CCOO y Fetico alzan la voz contra los despidos anunciados por la cadena de supermercados propiedad del grupo Auchan. Foto Eduardo Parra / Europa Press
La compra de 224 supermercados y dos centros logísticos a la cadena DIA por parte de Alcampo, cerrada en marzo de 2023 por un total de 267 millones de euros, ha pasado de ser presentada como una operación estratégica a convertirse en el foco de las críticas sindicales en plena guerra entre la cadena de Auchan y sus empleados por el ERE que se llevará a cabo en las próximas semanas.
Actualmente, organizaciones como como Fetico, Comisiones Obreras y UGT, que actualmente negocian el mencionado ERE que la compañía planea llevar a cabo, achacan parte de los recortes a este desembolso, que califican de precipitado e inadecuado. Una acción que, dos años más tarde, puede tener repercusiones fatales para los cerca de 710 empleados que perderán sus puestos de trabajo.
La operación de la discordia a la que apuntan las organizaciones sindicales
Esta operación permitió a Alcampo aumentar su superficie de ventas en 170.000 metros cuadrados y sumar más de 3.300 empleados a su plantilla, que actualmente ronda los 23.300 trabajadores. Sin embargo, tan solo un año después, la compañía ha anunciado un drástico plan de ajuste que incluye el cierre de 25 tiendas y el despido de 710 personas, lo que ha generado alarma y malestar entre la plantilla y sus representantes.
Para Fetico, el sindicato mayoritario en el comité intercentros con 8 de los 13 representantes, la situación actual es el resultado de una “combinación de factores adversos”, entre los que destaca, precisamente, la mencionada adquisición de tiendas a DIA. Según su secretario general, Antonio Pérez, la compra se realizó a pesar de que muchos de esos locales arrastraban pérdidas, ya que procedían de una cadena que venía de cerrar 2022 con más de 124 millones de euros en pérdidas.
“Quienes conocemos el sector del retail sabíamos que esta operación era arriesgada”, ha señalado Pérez, haciendo hincapié en que esta inversión ha contribuido a tensionar las cuentas de Alcampo, en un momento donde además se ha producido un cambio en los hábitos de consumo, especialmente en lo que respecta a los hipermercados.
Por otra parte, desde Comisiones Obreras el análisis no difiere demasiado. Su portavoz ha indicado que las dificultades actuales son coyunturales y que “derivan en gran medida de la decisión empresarial de adquirir un gran número de establecimientos de DIA”. Además, exigen a Alcampo que aclare el impacto real que esta operación tendrá en los próximos ejercicios, tanto desde el punto de vista económico como organizativo.
Una inversión cuestionada por su rentabilidad… con graves efectos colaterales
En la misma, Alcampo destinó en 2023 más de 350 millones de euros a inversiones, de los cuales la mayor parte correspondió a la operación con DIA. En ese ejercicio, aunque la compañía logró aumentar su facturación un 7,9%, hasta los 4.908 millones de euros, su beneficio se redujo casi un 40%, quedando en 70,3 millones. Los sindicatos subrayan que estos datos refuerzan la idea de que la rentabilidad de la inversión está aún por demostrarse, y no justifica el sacrificio que se está exigiendo ahora a centenares de empleados.
Por eso ahora tanto Fetico como UGT y Comisiones Obreras han manifestado su intención de reducir al máximo el número de despidos planteado por la empresa y lograr compensaciones adecuadas para quienes finalmente abandonen la compañía. Aseguran que, si bien algunas de las causas alegadas por Alcampo podrían considerarse justificadas, no revisten la gravedad ni el carácter estructural necesario como para ejecutar un recorte de esta magnitud.
En este sentido, Fetico ya ha propuesto disminuir el número de cierres y ha insistido en la necesidad de que las indemnizaciones sean lo más altas posible, con el fin de permitir a los trabajadores despedidos reiniciar sus proyectos personales y profesionales en condiciones dignas.