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Frinsa, el rey de la marca blanca, acaricia el ‘sorpasso’ a Jealsa como mayor conservera gallega
La compañía de Ribeira supera los 741 millones de cifra de negocio en 2024, 40 millones menos que Jealsa, y gana 39 millones, un 30% más que el ejercicio anterior

Imagen de la sede central de Frinsa en Ribeira
Frinsa, la conservera de la familia Carregal, mira a los ojos a Jealsa y Nauterra (la antigua Calvo), que han sido tradicionalmente los dos mayores grupos del sector en España. A la compañía de Carballo la superó ya en un par de ejercicios por cifra de negocio, y el pasado 2024 se ha quedado muy cerca de los ingresos de Jealsa, concretamente, a una diferencia de solo 40 millones. La conservera de Ribeira alcanzó los 741 millones, con un crecimiento del 4% en el ejercicio, mientras que el grupo que el grupo que dirige Jesús Alonso, gran proveedor de Mercadona, alcanzó los 781 millones.
Aunque cuenta con marcas propias como Minerva o Ribeira, Frinsa es sobre todo conocida como productora para marca blanca de cadenas de distribución, como Lidl, Carrefour, Alcampo o DIA. La empresa fundada por Ramiro Carregal construyó su expansión en la última década mediante la constitución de una red de filiales comerciales en el exterior y con la adquisición de la conservera lusa A Poveira, con planta en Póvoa de Varzim. Ahora prosigue con su crecimiento con una nueva plataforma logística en Salvaterra de Miño tras cancelar el proyecto para levantar una nueva planta en Estados Unidos.
Todo este proceso lo está desarrollando con una llamativa rentabilidad. Frinsa gana más dinero que sus pares y lo hace en todos los mercados donde opera.
El beneficio crece un 30%
La compañía, que tiene como administrador único a Jorge Carregal, hijo del fundador, cerró 2024 con un resultado de explotación de 55,3 millones, 14 millones por encima del ejercicio precedente; el ebitda superó los 77 millones y los beneficios se elevaron un 30%, alcanzando los 39,1 millones. El Estado de Información No Financiera (EINF) del grupo muestra las ganancias antes de impuestos identificados por mercados, y en todas las plazas los números son positivos. Destacan los beneficios de más de 40 millones en España, de 5,7 millones en Portugal, de más de 5 millones en Singapur, donde estableció su central de compras; y de 1,6 millones de Italia. El BAI global ascendió a 52,4 millones.
Frinsa, con una fuerte identificación con Ribeira, es, en realidad, una empresa muy internacionalizada. Más de la mitad de su cifra de negocio está fuera de la Península Ibérica. El año pasado facturó 314 millones en España y Portugal, 320,4 millones en el resto de Europa, y 106 millones en otros países. Los mercados internacionales, de hecho, crecieron en ingresos, a diferencia de lo que sucedió en el mercado ibérico, donde había alcanzado los 321 millones de cifra de negocio en 2023.
Explica Frinsa en su EINF que es el séptimo mayor comprador de atún del mundo al procesar 160.000 toneladas anuales. La plantilla del grupo ascendía a 1.300 trabajadores a cierre del ejercicio.
El dividendo estable de Frinsa
Frinsa ha tomado por costumbre repartir en torno a 22 millones de dividendo al año a cuenta de los beneficios generados, que van a parar a los dos accionistas del grupo, Ramiro Carregal Rey y su hijo Jorge Carregal Varela. El 2024 no es una excepción. La propuesta de aplicación del resultado destina 8,4 millones a reservas y 22 millones a retribuir a la familia, que ya han sido íntegramente abonados: 2 millones en enero de 2024, 10 millones en junio del año pasado y 10 millones en enero de 2025.
En cinco años, entre 2020 y 2024, Frinsa entregó más de 100 millones en dividendos: 12 millones en 2020, 32 millones en 2021, 22 millones en 2022, 12 millones en 2023, y 22 millones en 2024.