Galicia diseña un ‘boom’ de renovables en plena agonía industrial

La Xunta, el Gobierno y empresas como Naturgy, Greenalia o Endesa impulsan inversiones en renovables mientras colapsa la industria tradicional

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Si en la crisis financiera se hablaba de rescate, en la provocada por el coronavirus se habla de reconstrucción. La previsible llegada de fondos europeos para combatir la pandemia, coincide con un proceso de transformación que viene operando desde años atrás y que tiene como rostro más visible la progresiva descarbonización de la economía.

En este escenario, en Galicia empieza a tomar forma un mapa de proyectos para la reactivación económica que sirve de contrapunto a los cierres de las centrales de Naturgy y Endesa en Meirama y As Pontes y al decaimiento industrial de empresas fuertemente asentadas en el territorio, como ahora Alcoa y Alu Ibérica, y anteriormente la vendida Ferroatlántica o las quebradas Poligal, Isidro de la Cal, Viriato o Caramelo.

El plan de la Xunta: 1.300 millones para 1.700 empleos

Cinco proyectos están llamados a jugar un papel importante, todos vinculados a los incentivos públicos y todos apuntando a las energías renovables, la economía circular y la sostenibilidad. Tres de ellos los presentó la Xunta este viernes con la intención de movilizar una inversión de 1.300 millones, buscar socios industriales y generar 1.700 empleos. En esa cuenta, cada puesto de trabajo cuesta más de 750.000 euros de inversión.  

Se trata de una planta de hidrógeno verde de 50 megavatios, un centro de fabricación de fibras textiles a partir de madera y un centro de transformación de residuos para la producción de biogás y fertilizante. Estos dos últimos requerirán una inversión, según dijo Alberto Núñez Feijóo, de 700 millones y 525 millones respectivamente.

El proyecto más costoso, la fabricación de fibras textiles, incide en el sector forestal y en la producción textil, dos áreas clave en el ecosistema económico de Galicia; mientras que la planta para transformar residuos es una apuesta más transversal por la economía circular.

El primero generará unas 250.000 toneladas de celulosa sostenible anuales a partir de la madera y permitirán la gestión forestal sostenible de entre 100.000 y 150.000 hectáreas de monte. El segundo tratará cada año dos millones de toneladas de residuos industriales, textiles o marinos, así como plásticos o purines.

El futuro de Meirama y As Pontes

Los trabajadores de Endesa en As Pontes durante una protesta semanas atrás

Protesta masiva en As Pontes contra el cierre de la central térmica de Endesa

Al plan de la Xunta, que hasta el coronavirus tenía como principal proyecto de impulso económico el Xacobeo, se suma el que hilvana el Gobierno central para Meirama y que se repetirá en Endesa una vez se confirme el cierre de la central de As Pontes.

La alternativa a la central térmica de Naturgy es, por ahora, el parque eólico de 49,5 megavatios que tramita la compañía. El Ministerio para la Transición Ecológica ha activado la fase de propuestas para identificar otros proyectos para Meirama, en un proceso que se alargará hasta el 7 de julio.

Por lo tanto, aunque está en fase de definición el plan que remplace al carbón tras el cierre de la central, la apuesta de Naturgy se inclina por las energías renovables, pues además del parque eólico propuso en su momento la puesta en marcha de un centro de gas renovable. La inversión en Meirama formará parte de los 300 millones que el grupo prevé invertir en Galicia en energías limpias, principalmente parques eólicos.

También Endesa manifestó su intención de poner en marcha proyectos de renovables una vez que sus centrales térmicas dejen de operar, mediante la inversión en fotovoltaica y eólicos como una de sus líneas estratégicas. En Teruel, por ejemplo, donde cerró la central de Andorra, tramita un parque solar de 50 megavatios.

Greenalia y el sector eólico

El impulso de las administraciones públicas espoleadas por el coronavirus llega cuando la inversión privada se despertó y adquirió cierta intensidad tras años de sequía por la crisis económica. Un ejemplo claro es Greenalia, el grupo gallego de energías renovables que presentó un plan para invertir más de 1.000 millones hasta 2023 en España y Portugal en sus tres principales líneas de negocio, eólica, fotovoltaica y biomasa.

La compañía que dirige Manuel García puso en marcha una planta de biomasa de 50 megavatios en Curtis (A Coruña) que requirió de una inversión de 135 millones.

Los planes de Greenalia coinciden con una reactivación del sector eólico en Galicia tras casi una década sin apenas nuevos proyectos. La patronal gallega explicó el año pasado que los casi 500 nuevos megavatios instalados suponían 5.000 puestos de trabajo y que la inversión se mantendría con la perspectiva de lograr una carga sostenida de trabajo para unos 12.000 empleos hasta 2030. En Galicia hay unos 3.000 megavatios en tramitación, según los datos que ofreció entonces la Asociación Eólica de Galicia.

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