El salto de Bonilla a la vista: roza los nueve millones de facturación tras su ‘boom’ en Asia

El negocio de las patatas fritas rozó los 5,4 millones en ingresos, frente a los 3,6 millones de sus cinco churrerías en A Coruña, que generaron el triple de beneficios

Imagen de archivo de la fábrica de patatas fritas de Bonilla a La Vista en Arteixo

Imagen de archivo de la fábrica de patatas fritas de Bonilla a La Vista en Arteixo

Bonilla a la Vista acaricia la barrera psicológica de los diez millones de euros de facturación. Epagal y Bonilla e Hijos, las sociedades a través de las cuales la empresa con sede en Arteixo controla su fábrica de patatas fritas y su red de churrerías en A Coruña, cerraron su ejercicio fiscal 2024 con unos ingresos totales por valor de 8,98 millones de euros.

De acuerdo con los datos consultados por Economía Digital Galicia a través de la solución analítica avanzada Insight View, la fábrica en la que se elaboran las icónicas patatas fritas fueron el principal motor del grupo tras generar una cifra de negocio de 5,37 millones de euros.

La cifra representa un avance del 0,5% respecto a 2023, pero, sin embargo, el aumento de los gastos en aprovisionamientos han erosionado su beneficio neto. En concreto, este se redujo de 69.402 a 41.546 euros en el último año. Epagal optó por no repartir dividendo entre sus accionistas y destinó todas sus ganancias a reservas con el objetivo de fortalecer su posición patrimonial.

Las icónicas patatas elaboradas con aceite de oliva triunfan tanto en el mercado nacional como en el internacional, jugando un papel clave dentro de este último los países asiáticos. La presencia de una lata Bonilla a la Vista en la oscarizada película coreana Parásitos disparó el número de pedidos en el exterior y provocó un efecto arrastre hacia otros países como Estados Unidos, que ya acapara una cuarta parte de las ventas internacionales de Bonilla a la Vista.

La rentabilidad de las churrerías Bonilla

De esta forma, la fábrica de patatas fritas continúa siendo el principal motor del grupo en materia de ingresos, pero no así en beneficios. Y es que las cinco churrerías que el grupo despliega en A Coruña (en las calles Galera, Real, Barcelona, Juan Flórez y Ronda de Outeiro) pasaron de ganar 115.119 euros en 2023 a 132.702 euros en 2024.

Este beneficio neto triplica al de la fábrica de patatas fritas pese a que sus ingresos son un 32,8% inferiores. Y es que la memoria anual de Bonilla e Hijos SL revela que su facturación se incrementó un 3,9%, hasta alcanzar los 3,61 millones de euros pero todavía se quedan un tercio por debajo de la registrada por Epagal.

Según las cuentas anuales de ambas entidades, el grupo cuenta con 75 trabajadores en plantilla (30 en fábrica y 45 en su red de churrerías) y controla 6,3 millones de euros en activos.

La firma cerró con estas cifras un 2024 marcado por el fallecimiento a los 91 años de edad de su histórico presidente, César Bonilla. Su hijo, Fernando Bonilla, ha tomado el testigo y da continuidad, en su calidad de miembro de la tercera generación, a esta empresa que será centenaria en 2032.

Comenta el artículo
Avatar

Historias como esta, en su bandeja de entrada cada mañana.

O apúntese a nuestro  canal de Whatsapp

Deja una respuesta