Huelga en Pizzerías Cambalache por la «precariedad» de los trabajadores

La CIG asegura que la cadena encadena sanciones y que hay tanta temporalidad y jornadas parciales en el establecimiento que casi ningún empleado llega a los 1.000 euros al mes

Protesta de los trabajadores de Cambalache / CIG

Protesta de los trabajadores de Cambalache / CIG

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Trabajadores de Pizzerías Cambalache en el centro comercial Marineda City de A Coruña han acordado ir a la huelga todos los sábados del mes de diciembre en protesta contra la precariedad de sus condiciones y el abuso laboral que dicen sufrir desde hace años. El personal se concentrará frente a la puerta del establecimiento y repartirá folletos informativos en la plaza del centro comercial para visibilizar sus reivindicaciones.

La cadena de restaurantes, uno de los mayores grupos de hostelería gallegos, está dirigido por Carlos López Sampedro, tras la salida de los dos socios fundadores. Según trasladó la CIG en un comunicado, el empresario aplicó una «sobrecarga laboral» al personal más veterano, que «por esta razón abandonó en masa». Según el delegado del sindicato en Cambalache, Iago Barros, la cadena acumula casi siete años sin realizar contratos a jornada completa, consiguió deshacerse de los veteranos que no soportaban las condiciones laborales y recibió numerosas sanciones por vulnerar «sistemáticamente» los derechos de su personal.

Personal de ETT

Barros destaca que los salarios en Pizzerías Cambalache, que se rige por el convenio de hostelería y de reparto de productos cocinados, solo llegan a los 1.000 euros al mes de manera excepcional, debido al abuso de la temporalidad y la parcialidad. Pone como ejemplo que, de los cerca de 40 repartidores que tiene la empresa, «sólo hay una persona con contrato indefinido a jornada completa«.

El presidente del comité también critica que la empresa recurra a la contratación en precario a través de ETT mientras recorta personal y acorta las jornadas. «Todos los centros trabajan prácticamente todos los días con personal puesto a disposición de la empresa por ETT», asegura.

El conflicto que no acaba

La CIG asegura que las relaciones laborales en la empresa están permanentemente judicializadas, lo que ha derivado en numerosas sanciones a Cambalache en los últimos cinco años. Según el sindicato, el personal tiene que recurrir a los juzgados por las sanciones arbitrarias, la negativa a negociar vacaciones anuales, para que se le reconozca la categoría profesional, por la denegación de permisos retribuidos, por los complementos salariales o por la no retribución de los festivos, entre otras cuestiones.

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