Isabel Castelo, Sandra y Marta Ortega: similitudes y diferencias de las tres grandes millonarias de Galicia

Las presidentas de Ocaso, Rosp Corunna e Inditex son las principales exponentes de los grandes patrimonios de la comunidad gallega con nombre de mujer

Marta Ortega, Isabel Castelo y Sandra Ortega, en fotos de archivo. Agencia EFE

Marta Ortega, Isabel Castelo y Sandra Ortega, en fotos de archivo. Agencia EFE

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Isabel Castelo, Sandra Ortega Mera y Marta Ortega Pérez. Son las tres grandes fortunas de Galicia con nombre de mujer. Presidentas de Ocaso, Rosp Corunna e Inditex, con 93, 53 y 38 años respectivamente, sus trayectorias guardan tantos puntos en común como diferencias. Las dos primeras llevan años abonadas a la lista Forbes. La tercera aún no ha irrumpido en el famoso índice de grandes patrimonios, aunque este 2022 ha protagonizado el gran proceso sucesorio del momento, al ascender a la cúpula de la matriz de Zara y ser nombrada consejera de Pontegadea, el brazo inversor del hombre más rico de España.

Hace menos de quince años, el imaginario club de las grandes millonarias gallegas contaba con otros nombres. A Isabel Castelo D’Ortega la acompañaban entonces Rosalía Mera, confundadora de Inditex y madre de Sandra, y Carmela Arias y Díaz de Rábago, la condesa de Fenosa. Las crónicas dicen que, en aquella altura, se le estimaba a las tres una fortuna conjunta de 3.000 millones de euros.

Los tiempos pasan y los patrimonios se incrementan. En estos momentos, solo la fortuna de Sandra Ortega, poseedora del 5% del capital de Inditex debido a la herencia de su madre, está valorada por Forbes en casi 5.300 millones de euros. A Castelo se le pondera una riqueza de 800 millones de euros, repartidos a partes iguales con su sucesora: su hija, Isabel de Mandaluniz, actual vicepresidenta del grupo especializado en seguros de decesos y la persona que lleva el día a día del silencioso imperio levantado en la madrileña calle Princesa.

Las cifras de los imperios familiares

Tanto Isabel Castelo como Sandra y Marta Ortega están en la cúpula de tres compañías millonarias y de marcado carácter familiar a pesar de sus números.

Los últimos datos publicados por la conocida aseguradora indican que el pasado año, la cabecera del grupo, Ocaso, cerró su balance con unos ingresos de 1.024 millones de euros, unos fondos propios de 1.493 millones de euros y un beneficio antes de impuestos de 83,5 millones de euros. Al margen de su faceta empresarial, Castelo D´Ortega, que recibió la medalla de oro de Galicia en 2017, fue en tiempos cantante de ópera y zarzuela. El libro Señores de Galicia, del periodista Julián Rodríguez, recoge que la ejecutiva abandonó su carrera artística “con profundo disgusto y gran dolor” para seguir la tradición familiar: tomar las riendas de la compañía, fundada por su abuelo en 1920. También ella, al fin y al cabo, ha designado a una sucesora que ya ejerce: su hija.

Isabel Castelo D´Ortega, ejecutiva cuya faceta más desconocida en su pasado como cantante de ópera

Sandra Ortega, nacida en 1968, estudió Psicología en la Universidad de Santiago de Compostela. Desde que se licenció, no obstante, su carrera profesional la labró codo con codo con su madre, Rosalía, en la Fundación Paideia, entidad social impulsada por la primera mujer de Amancio Ortega y que, desde el año 86, está centrada en proyectos que favorezcan la inclusión de colectivos en riesgo de exclusión, el emprendimiento femenino y la inserción laboral de personas con discapacidad. La empresaria coruñesa ascendió a la presidencia de Rosp Corunna tras el inesperado fallecimiento de su madre, el verano de 2013. El Covid golpeó con fuerza al holding inversor de Ortega Mera, que cerró el año de la pandemia con unos números rojos de 91 millones de euros. Pero un año antes los beneficios se habían situado en 109 millones de euros.

También Marta Ortega es la heredera de un gran imperio familiar. Una de las patas la conforma Inditex, la mayor textil de moda rápida del mundo y que, a pesar del retroceso experimentado en los últimos meses, atesora una capitalización bursátil de 65.000 millones de euros. La otra es Pontegadea, el holding familiar que se nutre de los dividendos de la textil y que, entre otras inversiones, cuenta con una cartera inmobiliaria que ronda los 15.000 millones de euros.

Recién ascendida a presidenta no ejecutiva de Inditex, también ella conoce al dedillo el negocio familiar. Al fin y al cabo, su curriculum apunta a que lleva 15 años trabajando dentro del grupo, si bien hasta ahora nunca había ocupado un cargo de responsabilidad en la cúpula de la compañía. Nacida en Vigo en el año 83 y graduada en el International Business por la European Business School de la Regents University de Londres, también es vocal de la Fundación Amancio Ortega, la obra social de su progenitor y cuya cara más visible la representa su madre, Flora Pérez Marcote, vicepresidenta de la entidad.

El ADN de la discreción

A pesar de las notables diferencias de edad y de generación, las tres comparten el ADN de la discreción, aunque con matices. De todas, la más desconocida es, sin duda, la que más tiempo lleva siendo multimillonaria: Castelo D´Ortega. A pesar de contar con una residencia veraniega en Oleiros (una imponente edificación de principios de siglo rehabilitada) y de que su nombre preside una de las salas del Aquarium Finisterrae de A Coruña por una cuantiosa donación para financiar el sistema de captación de agua de mar, apenas hay imágenes de la empresaria. Las últimas publicadas datan de 2017, cuando Alberto Núñez Feijóo le entregó la Medalla de Oro de Galicia.

El desconocimiento de su figura es tal que no todo el mundo identifica los orígenes gallegos de Isabel Castelo. Forbes, de hecho, debido a la sede de sus negocios, la califica como una empresaria madrileña. Lo cierto es que su abuelo, el fundador de Ocaso, y toda su familia materna son de allí, si bien su padre era gallego.

Tampoco hay apenas instantáneas de Ortega Mera. Ni fotos ni mucho menos declaraciones. Si bien Rosalía Mera no rehusaba aparecer en las ruedas de prensa de iniciativas de Paideia, Sandra, completamente implicada en el día a día de la fundación, nunca ha seguido ese camino. Tampoco se sienta a la mesa del consejo de administración de Inditex a pesar de su participación. Sí lo hace, desde el año pasado, en el Pharma Mar, la biofarmacéutica de José María Fernández de Sousa.

El cambio en este caso lo marca la otra hija de Amancio Ortega. Si bien es cierto que, hasta la fecha, Marta solo ha concedido una entrevista (la que publicó el pasado verano The Wall Street Journal y con la que oficiosamente arrancó el proceso de sucesión en Inditex), su figura es mucho más mediática que la de las otras millonarias de Galicia. De hecho, antes de saltar a las páginas salmón ya atraía la atención del couché. A pesar de ser muda para la prensa, su imagen es conocida a nivel mundial.

Las instantáneas de Ortega Pérez comenzaron a aparecer en medios cuando competía en los concursos de saltos celebrados en el centro hípico de la familia, Casas Novas, ubicado en el municipio de Arteixo (A Coruña), el mismo que alberga la base de operaciones de Inditex. Debido al interés que suscitaba, tampoco se escondió cuando en 2018 se casó con Carlos Torretta, en una boda que fue fotografiada por la prensa.

La obra de Peter Lindbergh desembarcó en España con una exposición impulsada por Marta Ortega, amiga personal del fotógrado fallecido en 2019.- EFE/ Cabalar

En los últimos tiempos, y al margen de su vocalía en la Fundación Amancio Ortega, ha adquirido un rol propio como mecenas artística. Impulsó en A Coruña una retrospectiva del famoso fotógrafo de moda Peter Lindbergh y actuó como anfitriona de las grandes tops de la historia reciente, como Naomi Campbell. La previsión es que promueva otra gran exposición en la ciudad a partir del próximo otoño. Los tiempos cambian, también el perfil de las grandes fortunas de Galicia.

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