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La industria turística abraza la revolución de la IA y ya piensa en su propio ChatGPT
Durante la presentación del informe 'Futurismo. Otros caminos', las empresas aseguran que no se oponen a la tasa turística, aunque critican la manera en la que se gestionó
El turismo ha sobrevivido al Covid y a unas cuantas revoluciones. A demasiadas como para afrontar con miedo ahora la irrupción de un nuevo elemento disruptivo como la inteligencia artificial. Enumeró algunas Tono Mugico, CEO de Mr Turismo y codirector de Fairway, durante la presentación del estudio Futurismo. Otros caminos en la Confederación de Empresarios de Galicia: Internet, las redes sociales, la llegada de los smartphones… «Fuimos pioneros en la introducción de todo esto», aseguró el empresario, que participó en una interesante mesa de diálogo junto a Isabel Neira, catedrática de Econometría de la USC y directora técnica del Grupo-GEM Galicia; y José Paz, director del Centro Superior de Hostelería de Galicia.
«Ha venido para quedarse», insistió Mugico, que consideró que su principal contribución a las empresas será facilitar la propia gestión del negocio. Su posición fue similar a la de Isabel Neira, que comparó la IA a una «herramienta» para usar en su trabajo, «igual que usamos el ordenador». «La IA tiene que llegar a la gestión, tiene que ayudarnos a tener una vida más cómoda». La profesora de la USC reflexionó sobre la relación entre los nuevos desarrollos digitales y el componente humano de los negocios, que a su entender tienen un papel complementario. «La IA tiene que llegar a la gestión para ayudarnos a tener una vida más cómoda y el personal tiene que aportar el valor añadido«, apuntó.
Todos coincidieron en que la incorporación de la inteligencia artificial, que lleva tiempo en marcha, es imprescindible y que su adecuación al sector será un elemento fundamental en los próximos años del turismo gallego. «Si vamos a un segmento de población joven es fundamental. La realidad es tozuda y no tener una oferta que incorpore la IA supondrá un atraso«, indicó José Paz.
«Un 30% de las respuestas de ChatGPT son mentira y van a ser mentira en los próximos 30 años, al menos en su versión gratuita. Otra cosa sería que tuviéramos un ChatGPT turístico, soñar con un lenguaje pensado para nosotros«, matizó Neira, que dijo no prever impacto alguno a nivel de empleo por la introducción de la IA. «No me preocupa, me alegra», sentenció.
El impacto de la tasa turística
El diálogo que arrancó con la tecnología y con la preocupación compartida de conciliar la sostenibilidad económica y social del turismo, transitó por temas clave, como la formación, la unidad del sector y sus asociaciones, la relación con las administraciones, la guerra entre Ryanair y Aena o la tasa turística que se está implantando en A Coruña y Santiago.
«El proceso de implantación es, como mínimo, mejorable, porque no se hizo con acuerdo del sector», apuntó Neira, quien aseguró que este mal punto de partida provocó que, cuando se tenía que implementar, los profesionales del sector «no tenían claro cómo hacerlo». «Si la tasa turística consiguiera solucionar los problemas e invertirse en mejorar el casco histórico, pues sería bienvenida. Pero otras experiencias, en otras ciudades, nos indican que, si conseguimos que ese dinero se uso para los fines a los que debe llegar, seríamos los mejores gestores del mundo, porque en otros territorios no se está consiguiendo», razonó.
Tono Mugico dijo no estar contra la tasa, pero sí contra «la mala gestión». Por ello señaló varias incertidumbres con las que convive la implantación del impuesto, pues, no está regulado «dónde se va a repercutir» el dinero recaudado; tampoco está regulado el porcentaje que se aplica, lo que abre la puerta a futuras subidas; y presenta riesgos a largo plazo. «Ahora la tasa se enfoca desde la óptica de la sostenibilidad, pero nada nos garantiza que un futuro Gobierno decida que quiere que lleguen masivamente turistas para poder recaudar más», apuntó.