La segunda papelera lusa activa una inversión de 800 millones en Galicia en plena crisis de Ence

Altri, que adquiría madera en la comunidad a través de una de sus filiales, estará al frente de la fábrica de fibra textil, uno de los proyectos tractores de la Xunta para captar fondos europeos y para el que todavía no hay ubicación

José Soares Pina, consejero delegado de Altri / Altri

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La segunda mayor pastera portuguesa, Altri, liderará la construcción de una fábrica de fibras textiles en Galicia, uno de los proyectos tractores que impulsó la Xunta para captar fondos europeos. Requerirá una inversión próxima a los 800 millones de euros y generará 1.500 puestos de trabajo directos en base a un doble objetivo: abastecer a la industria textil con un material sostenible que no es caro y que se alinea con los compromisos de sostenibilidad de las grandes multinacionales como Inditex; y favorecer la ordenación y rentabilidad de los bosques de Galicia, primera productora de madera de España.

Altri fue seleccionada por Impulsa Galicia, el consorcio público-privado creado por la Xunta para gestionar los proyectos estratégicos de la comunidad y en el que también están Abanca, Reganosa o Sogama. En el desarrollo del proyecto, la compañía lusa deberá explorar alianzas con la industria forestal gallega en busca de un “efecto multiplicador” que se traduzca en 6.500 empleos indirectos. Los criterios de Impulsa para el desarrollo de los proyectos tractores exigen que sean “abiertos, circulares y que generan riqueza en su entorno”, dijo la sociedad.

La fábrica tendrá una capacidad de 200.000 toneladas anuales y, además de abastecerse de madera del monte gallego, obtendrá materia prima del reciclaje textil. Altri aseguró en un comunicado al supervisor portugués que estará equipada con las tecnologías “más avanzadas y sostenibles disponibles en el mercado mundial”.

Ni ubicación ni plazos

De la fábrica de viscosa se sabe todo esto, una carta de buenas intenciones a la espera de los fondos europeos, pero no dónde se ubicará. En su momento se especuló con varias ubicaciones en el norte de Galicia, como As Pontes o As Somozas, pero fuentes de la Xunta aseguraron que no está decidido el emplazamiento, misma postura que defiende la sociedad de gestión de los proyectos estratégicos. Ambas localidades coruñesas ya estuvieron en el pasado en la agenda industrial de Galicia en las diversas intentonas por cerrar el ciclo del papel en la comunidad.

Altri explica que el acuerdo definitivo “depende de la verificación de un conjunto de condiciones previas que, de verificarse satisfactoriamente, lo que se estima que ocurrirá en el segundo semestre de 2022, crearán las bases para su formalización”. Preguntada por este medio, Impulsa Galicia no explicó cuáles eran estos requisitos pendientes de comprobar. También aseguró que no hay plazos fijados para el desarrollo del proyecto.

Una vieja conocida del monte gallego

La papelera portuguesa ingresó 615 millones el año pasado, un volumen de negocio inferior al de ejercicios precedentes, cuando había superado holgadamente los 700 millones, tocando techo en 2018 con una cifra de negocio de 785 millones. Ence, por ejemplo, ingresó 707 millones el año pasado.

Con tres fábricas de pasta de papel en Portugal y unas 81.000 hectáreas de áreas forestales, es el segundo grupo más importante del sector en el país vecino, por detrás de Navigator, que facturó 1.385 millones en 2020. Altri es conocida en los bosques gallegos pues adquirió madera de eucalipto en la comunidad a través de una de sus filiales, Celbi. Las otras empresas clave del grupo son Celtejo y Caima, las otras productoras de pasta de papel, y GreenVolt (antiguamente Bioeléctrica da Foz), que produce energía con biomasa en cinco centrales vinculadas a los centros productivos.

Es uno de los rivales de Ence en el mercado europeo y llega a Galicia en plena crisis de la pastera de Lourizán, cuyo futuro en Pontevedra está en el aire debido a la anulación de la prórroga que el Gobierno de Mariano Rajoy había otorgado irregularmente a su concesión.

El impacto de una salida de Ence no es importante solamente por el centenar de trabajadores de la factoría, que están protagonizando intensas protestas, sino por el volumen de compras que realiza la compañía en el monte gallego y que sostiene centenares de productores forestales que han colmado de eucaliptos sus terrenos. Una nueva fábrica y una nueva pastera mitigaría este impacto en caso de que se produjera finalmente la marcha de la empresa de Ignacio de Colmenares.

Las fuentes consultadas no aclaran si Ence optó a liderar el proyecto de la fábrica de viscosa, aunque se da por hecho que fue una de las empresas invitadas a hacerlo.

Ventas de pasta de papel de Altri

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