El PSC reivindica su papel y espera una llamada de Mas el 10N

Iceta ofrece a CiU gobernar hasta 2016 para negociar una consulta legal y acordada

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La hora se acerca. El PSC ha perdido en estos dos años, tras las elecciones anticipadas de 2010, cuadros y dirigentes, que han abrazado otros proyectos políticos. El derecho a decidir, que impulsó el President Artur Mas, ha desgastado a los socialistas, que, pese a un discurso claro en todo ese tiempo, no se ha sabido articular, con muchos miedos y dudas.

Pero el 10N es inminente, y, sin consulta, con el cumplimiento de todo lo que iba anunciando el PSC, los socialistas catalanes quieren exhibir el poco músculo que todavía mantienen.

“Yo ya lo dije”

No se trata de decir aquello que “yo ya lo dije”, pero lo cierto es que el PSC ha defendido una tesis: la consulta del 9 de noviembre no se podía celebrar, porque sería recurrida por el Gobierno español, y la única salida es buscar una reforma de la Constitución, que deberá ser ratificada en referéndum. La otra fórmula que se ofrecía es una consulta acordada y legal con el Gobierno español, con tres preguntas diáfanas, que no obliguen a optar entre la situación actual o la independencia.

Pero para todo ello, hace falta tiempo. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, que quedó inicialmente apartado con la anterior dirección que encabezó Pere Navarro, fue, progresivamente, adoptando un papel más relevante hasta ser elegido el nuevo líder del partido. La orientación que le ha dado al PSC pasa por una comunicación más clara, pero el fondo es el mismo. Esa idea se plasma en la apuesta que hizo el PSC por la ley de consultas. La votó en el Parlament, dejando claro que no servía para organizar un referéndum de autodeterminación, que es el caso de la consulta soberanista del 9N.

Apoyo a un gobierno de Mas hasta 2016

Iceta insiste en que no puede haber otra salida que una fórmula pactada con el Gobierno español, y que era “iluso” pensar que se podía organizar con una mayoría absoluta del PP en la Moncloa.

Ahora el PSC espera una llamada de Artur Mas a partir del 10 de noviembre, para tratar de agotar la legislatura. Los socialistas podrían apoyar a CiU si Mas pierde el apoyo de Esquerra Republicana, y permitir al President que gobierne hasta 2016.

A partir del 10N, Iceta, que nunca echa las campanas al vuelo, y que sabe que el PSC será ya un partido más pequeño, y que las dificultades son enormes, considera que la sociedad catalana entenderá mejor el posicionamiento de los socialistas. La secretaria de organización, Assumpta Escarp, le pedía a Mas este sábado que hiciera “una llamada al PSC”, y que anuncie que no podrá celebrar el 9N. El PSC, sin embargo, no esconde que podría haber elecciones anticipadas, un hecho que no desea.

Los alcaldes, firmes

Los alcaldes esperan también esa llamada. En el conjunto de comarcas catalanas ha pasado de todo. Alcaldes y concejales socialistas que no han visto con buenos ojos las directrices de la dirección; o concejales que lo han dejado para sumarse a proyectos como el que encabeza Ernest Maragall, entregado ya a Esquerra Republicana. Pero a la hora de la verdad han renunciado a seguir las indicaciones del movimiento soberanista.

Una muestra es la prueba de la concentración de alcaldes en la plaza Sant Jaume del 4 de octubre. No fue ningún alcalde socialista de las grandes ciudades, porque tampoco aprobaron las mociones a favor del 9N. Lo cierto es que esas mociones, que se sacaron adelante para apoyar la consulta, sin prefigurar su resultado, se convirtieron en proclamas independentistas en el mismo Palau de la Generalitat.

El presidente de la Federació de Municipis de Catalunya, Xavi Amor, –alcalde de Pineda– no asistió; ni el de Mollet; ni el de Cerdanyola; ni Sabadell, ni Parets, ni L’Hospitalet, ni el de El Vendrell, Martí Carnicer, un dirigente siempre encuadrado en el ala más catalanista del PSC, que formó parte de la gran corriente que supuso en su día el obiolismo.

La credibilidad del nuevo PSOE

El gran problema para el PSC es que debe presentar como creíble ese proyecto de reforma federal que, supuestamente, defiende el PSOE de Pedro Sánchez. Ese proyecto, ciertamente, existe, pero ahora lo deben dotar de contenido.

Iceta se refiere de forma constante a esa consulta acordada y legal, con tres preguntas. Pero, ¿se aceptará, al margen o como algo previo a la reforma de la Constitución, que exigiría la votación en referéndum en toda España?

El politólogo Oriol Bertomeus teme que ese sea el gran obstáculo, ”porque el PSC está ya muy ligado al PSOE”. Bertomeus propone que el PSC liderara un gran acuerdo de la sociedad catalana, agrupando a independentistas y no soberanistas, proponiendo esa consulta, “no supeditada” a la reforma de la Constitución.

Si Mas llama al PSC, eso querrá decir que habrá algo de tiempo, hasta 2016.

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