Sánchez se presenta ante el Rey como el único capaz de sumar: «No hay otra alternativa»

"No hay otra alternativa que reeditar un gobierno de progreso que consolide los avances logrados en estos años", ha insistido Sánchez

Sánchez

El rey Felipe VI recibe al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. EFE/Chema Moya POOL

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El presidente del Gobierno en funciones y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, se ha mostrado muy claro en su intervención posterior a su encuentro con el Rey: sólo él es capaz de sumar una mayoría que permita al Congreso investir a un presidente. «Solamente hay una mayoría parlamentaria posible, progresista, liderada por el PSOE», ha defendido en una rueda de prensa en Moncloa.

«No hay otra alternativa que reeditar un gobierno de progreso que consolide los avances logrados en estos años», ha insistido Sánchez. De hecho, ha blandido los resultados electorales del 23J como prueba de ello, a pesar de que quien ganó los comicios fue el Partido Popular. «Quienes plantearon la propuesta derogatoria no han obtenido ni votos ni escaños para ello, fracasaron».

Sin embago, Sánchez es consciente de que no tiene todas las posibilidades consigo de ser el encargado del Jefe del Estado para intentar formar Gobierno. Así, el líder socialista ha indicado sobre el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ya ha afirmado públicamente su intención de presentarse a la investidura si Felipe VI se lo pide, que «sus esfuerzos y contorsiones son legítimos pero se revelan baldíos».

«El señor Feijóo tiene ese techo, nosotros partimos de un suelo. Nosotros tenemos un techo más alto del que pueda manifestar el señor Feijóo«, ha ahondado. «Su investidura sería fallida, si el señor Feijóo después del 23J, del 17A [fecha de conformación del Congreso], quiere darse por tercera vez de bruces con la realidad emanada de las voluntad popular del voto, él sabrá», ha expresado en línea con lo que ECONOMÍA DIGITAL publicó este lunes por fuentes de la dirección del PSOE.

El proceder habitual del Rey

Eso sí, sin poner el foco en el monarca: «Sea cual sea la decisión del Jefe del Estado cuenta con el respeto y el respaldo del PSOE», ha insistido una y otra vez Sánchez durante su rueda de prensa, en la que ha aceptado preguntas de los periodistas, a diferencia de otros partidos, como Vox o PNV, durante esta ronda de consultas.

Lo cierto es que nunca en nuestro país se ha designado en primer lugar a alguien que no haya sido la opción más votada, aunque esa persona rechace el encargo o no prospere su propuesta, como fue el caso tras las elecciones generales del año 2015, en las que Mariano Rajoy ganó las elecciones pero declinó el ofrecimiento del Rey para formar Gobierno y Pedro Sánchez, en segundo lugar, se sometió a la investidura, pero no consiguió superar la votación.

De ser así y designar a Pedro Sánchez en esta ocasión como el propuesto para la investidura, Felipe VI estaría tomando una decisión que rompería con la tendencia y tradición en estos 40 años de democracia, algo posible pero improbable, dada la naturaleza y proceder habitual de Casa Real. No obstante, Sánchez ha defendido sus opciones en este sentido, «en nombre del grupo parlamentario socialista», para asumir «tal responsabilidad y lograr la investidura».

Conseguir el sí de Junts

A ojos del PSOE, «tal y como deja claro la Constitución», el proceso de invesitdura «no es un trámite de exhibición, sino que tiene como finalidad reunir el respaldo parlamentario necesario». Y Sánchez y los suyos creen firmemente estar «en condiciones aunar el respaldo parlamentario exigido», como quedó acreditado, a su parecer, en la conformación de los órganos de gobierno de las Cortes, en este caso, en la elección de la Presidencia del Congreso y en los puestos de la Mesa.

El escollo que Pedro Sánchez tiene que sortear para lograr ser investido presidente no es menor. Necesita, dependiendo el caso -en manos de Coalición Canaria y su única diputada está- la abstención o el apoyo del Junts de Carles Puigdemont. Y esa negociación, que está sucediendo sotto voce, pivota en torno a una exigencia muy clara: la amnistía para los procesados por el 1-O, comenzando por el propio Puigdemont, prófugo de la Justicia española y con una causa penal pendiente en nuestro país.

Así las cosas, si este lunes la vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, pidió «audacia» para resolver «el conflicto en Cataluña», este martes Pedro Sánchez, preguntado directamente al respecto, ha defendido «el trabajo que ha hecho el Gobierno de coalición progresista de normalización y estabilización de una causa que vino heredada de la anterior Administración, del PP».

La amnistía, sobre la mesa

«Vista la situación hoy en Cataluña, vistos los resultados electorales del 23J y del 28M en Cataluña, parece evidente que la sociedad catalana apuesta por el reencuentro», ha sostenido Sánchez, que ha reclamado durante esas conversaciones con Junts «coherencia con lo que hemos venido haciendo». ¿Cómo se traduce eso? El presidente del Gobierno en funciones ha dado una receta donde ha puesto el límite en la Constitución: «El diálogo es el método y la Constitución es el marco».

Sobre si la amnistía entra dentro de lo constitucional, Sánchez ha optado por la calle de enmedio: no mojarse. «No me corresponde a mí decir qué es o no constitucional, afortunadamente tenemos al Tribunal Constitucional para dirimirlo», ha zanjado.

«Junts per Catalunya tiene una representación parlamentaria de 7 escaños, y no rechazamos ni negamos la legitimidad como hacen PP y Vox», se ha justificado Pedro Sánchez. «Nosotros tenemos una ventaja: podemos hablar con todas las fuerzas políticas menos con una, y el PP sólo puede hablar con esa una. Es una de las principales virtudes de este Gobierno«, ha presumido.

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