Mercados de Madrid: 5 lugares para comprar, comer y ser feliz

Mucho más que lugares donde hacer la compra para llenar la nevera, de alacenas llenas de frutas, verduras, carnes, pescados, huevos, aceites, conservas, quesos, panes o bollos, los mercados de Madrid siguen teniendo aquella función social de punto de encuentro, de lugar de reunión con los vecinos, lugares donde relacionarse, intercambiar información y hasta participar en actividades culturales.

En los últimos años, y gracias a la remodelación de muchos de estos espacios, los mercados han sumado puestos donde adquirir platos ya elaborados y productos gourmet, así como barras y restaurantes donde saborear las propuestas in situ.

Gastronómicos como el de San Miguel o San Antón o mercados de abastos tradicionales como los de Vallehermoso, Antón Martín o San Fernando, Madrid cuenta con un buen puñado de lugares donde hacer la compra es solo la excusa para probar nuevos platos, descubrir aromas, sabores y texturas y viajar por España y el mundo a través del paladar.

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Mercado de San Miguel

No es el que escogerían los madrileños para hacer la compra diaria pero, sin duda, el Mercado de San Miguel es un referente en la capital y uno de los mercados gastronómicos más populares de España y de Europa que recibe la friolera de 7 millones de visitantes anuales.

Inaugurado en 1916 como mercado de abastos en la Plaza de San Miguel, a pocos pasos de la Playa Mayor, su hermosa arquitectura de hierro proyectada por Alfonso Dubé y Díez lo convierte, además, en uno de los edificios más fotografiados de la ciudad.

Desde 2009 es un espacio totalmente dedicado a la experiencia gourmet y en su veintena de puestos se puede realizar un viaje un viaje por los sabores de España partiendo de los pescados y mariscos más frescos de El Señor Martín hasta los arroces mediterráneos en Paella, los jamones ibéricos en Más Gourmets, los quesos más especiales de Castilla, Asturias o País Vasco en Quesoba o las carnes más sabrosas que el chef David Montes transforma en burgers y pepitos en Prrimital.

Muchos de los puestos llevan aparejado, además, el nombre de prestigiosos chefs como Jordi Roca, Rodrigo de la Calle, Javi Estévez y Kike Pedraz (La Tasquería) e Iván Morales y Álvaro Castellanos (Grupo Arzábal).

Precisamente el Grupo Arzábal acaba de incorporar dos nuevos conceptos al mercado: Hermanos Pollo y Madrí, uno especializado en pollos en todas sus versiones acompañados de diferentes salsas y otro que recrea la barra castiza de toda la vida con una propuesta de raciones y pinchos de calidad y que se suman a Arzábal Market y a la croquetería de Arzábal.

Mercado de Vallehermoso

Entre los 45 mercados municipales de Madrid, esos que siguen funcionando para la compra diaria y que, en paralelo, ofrecen también espacios dedicados a la restauración, destaca, por su oferta que combina producto fresco, barras y hasta restaurantes gastronómicos, el de Vallehermoso (Vallehermoso, 36).

Construido en 1930, su arquitectura supuso en la época una novedad con respecto a otros centros comerciales, especialmente por su fachada, colorida y castiza, que lo hace aparecer, rotundo, entre las calles Vallehermoso y Fernando el Católico.

Hoy el mercado reúne puestos con una cuidada oferta de alimentos de calidad donde se sigue escuchando eso de cuarto y mitad y entre los que se encuentran carnicerías, pescaderías, fruterías, mantequerías, pollerías y panaderías, así como tiendas especializadas con productos italianos, especias o tés.

La planta baja del mercado la ocupa la Galería de Productores, el lugar perfecto para encontrar productos frescos de la huerta, huevos, carne, leche o caracoles, pero también elaborados, como embutidos, licores, ahumados, quesos, café, chocolate, croquetas o empanadas.

Entre los espacios para la degustación encontramos propuestas gastronómicas de culturas diversas como Craft 19, con el sándwich de Pastrami que ha conquistado el barrio, El 2 Vallehermoso, Kitchen 154 o Tripea, que justamente acaba de recibir el premio al mejor puesto de mercado de la Comunidad de Madrid que otorga la Asociación de Cocineros y Reposteros de la Comunidad de Madrid (ACYRE).

Abierto en 2017 y con un menú degustación que merece la pena probar (50€), este espacio comandado por Roberto Martínez aúna maravillosamente sabores asiáticos y peruanos a golpe de ceviches, dumplings y platos a la brasa.

Mercado de Antón Martín

Con más de 70 años a sus espaldas, el Mercado de Antón Martín (Santa Isabel, 5) es hoy una de las mecas foodies de Madrid.

En línea con la tendencia de mercados gourmet, los puestos tradicionales de alimentos frescos conviven con varios restaurantes, entre los que predomina la comida callejera e internacional, con sabores españoles, italianos, asiáticos y latinos, así como alguna de las mejores cafeterías de especialidad de Madrid, como es el caso de Tornasol.

El mercado se divide en tres plantas: en las plantas baja y primera se sitúan más de 60 puestos de alimentación, así como varios establecimientos gastronómicos. En la tercera oculta, además, un pequeño tesoro que viene en forma de escuela de danza, concretamente flamenca (Amor de Dios), responsable de parte de la alegría y la música del lugar.

La calidad de sus propuestas gastronómicas está más que probada y merece la pena conocer restaurantes como Yokaloka, una izakaya de mercado que aprobaría un japonés; Doppelgänger, el último proyecto del chef Samy Alí (antes en La Candela Restó, donde llegó a conseguir una estrella Michelin) y donde ofrece una cocina a la que es imposible poner etiquetas (más allá de riquísima); la cocina de mercado de Sincio; o Majo’s Food, una suerte de bistró italo-colombiano donde probar desde un café y un batido de fruta tropical a una excelente arepa.

Mercado de Chamberí

Si se piensa en un barrio castizo de Madrid, Chamberí seguramente será de los primeros en venir a la mente. Céntrica y señorial, esta zona alberga uno de los mercados municipales más representativos de la capital, el Mercado de Chamberí.

En funcionamiento desde 1943, este tradicional espacio, con acceso por las calles Alonso Cano, García de Paredes y Viriato, vivó hace un par de años una transformación integral que impulsó esa estética cañí que ya impregnaba el espacio, pero que ahora destaca gracias a las imágenes e ilustraciones de claveles que han colonizado cada uno de sus rincones.

Dividido en tres zonas: en la planta baja se asientan el mercado de abastos y la zona bautizada como La chispería, donde se encuentran ubicados los restaurantes, mientras en la planta de arriba se ubica un gimnasio con piscina.

En total, hay un total de 42 puestos divididos entre tiendas de alimentación, vinotecas, artesanía, moda y deporte.

Entre sus tiendas de alimentación se pueden encontrar una selección de una excelente calidad de muchos productos como carnes, pescados y mariscos, embutidos, quesos, frutas, verduras o encurtidos, e incluso platos preparados. No te vayas sin una tortilla de patatas de Lambuzo, los encurtidos de J. Jordán, los embutidos de La Jamonería de Juan, Tere o Gourmet Jamonera Castellana ni alguno de los quesos más exquisitos de Brie Alto.

La zona de restauración, que homenajea con su nombre a los ‘chisperos’ (los chulapos de los barrios de Maravillas y Chamberí, en los que abundaban forjas y herrerías) se inauguró en 2016 e integra seis locales donde disfrutar de propuestas tradicionales como las que ofrecen el asturiano Cachopo & Go o Cervezas La Virgen, hasta apuestas más internacionales, como La Sakeria, especializada en sakes y comida japonesa, y Juancho’s BBQ, con unas deliciosas hamburguesas y distintos platos elaborados a la parrilla de carbón.

Mercado de San Fernando

Muy próximo a El Rastro, entre las Antiguas Escuelas Pías, hoy sede de la UNED, la Corrala de Tribulete y el Parque Casino de la Reina se encuentra, desde 1944, el Mercado de San Fernando, uno de los cinco mercados del distrito Centro de Madrid.

Oficialmente en el barrio de Embajadores (oficiosamente Lavapiés), la fachada del edificio, obra del arquitecto Casto Fernández-Shaw, es su elemento más original, con sus reminiscencias a la arquitectura palaciega de los Austrias.

Construido para albergar la actividad comercial que tenía lugar en la Plaza de La Corrala, que recibía el nombre de San Fernando porque se situaba delante de las escuelas del mismo nombre, el lugar fue rehabilitado en 1998 y en los últimos años ha visto impulsada su oferta, que va desde la alimentación fresca a una librería que vende producto al peso, un taller de cerámica de autor o un estudio de teñido e incluye además actividades culturales y de ocio.

Por supuesto, cuenta con espacios de restauración entre los que destaca Bendito Vinos y Vinilos, donde José González sirve grandes vinos que se acompañan de tablas de quesos, chacinas, bocartes y conservas que trae desde Salamanca o Portugal y que sirve sobre vinilos.

Mercadillo de Lisboa, dedicado a la cocina portuguesa y con el bacalao como protagonista, la taquería Tentación, donde la mexicana Sandra Hernández rinde homenaje a los tacos, pero también a las quesadillas, los tamales, el guacamole o el menos conocido pozole (guiso de maíz), La Alpargata, de cocina vegana, La Guatona, de sabores chilenos, o Yan Ken Pon, de sushi tradicional, son otros de los puestos que te dejarán con buen sabor de boca.