Restaurantes veganos en Barcelona que encantarán incluso a los no veganos

Si hay dudas sobre la cocina vegana lo mejor es empezar por aquellos restaurantes que dejan la militancia de lado y seducen con platos que juegan a engañar los sentidos

Despliegue de platos veganos y cócteles en Roots & Rolls. Foto Marta Astrand

El engaño: ese es el truco de la cocina vegana para seducir a aquellos que todavía la miran con el ceño fruncido y las voluntades retenidas por la duda a lo desconocido.

Así se ve en los ceviches o sushi con gusto a pescado pero que no tienen pescado, ramen con gusto a pollo sin pollo o tacos con gusto a carne sin carne.

Falsas hamburguesas, embutidos de trampantojo y otras prestidigitaciones gastronómicas que están ganando enteros entre aquellos que no hacen del veganismo una costumbre y que sirve no solo para cambiar actitudes sino también para promover una cocina más saludable.

Vamos a conocer cinco restaurantes veganos de Barcelona que no parecen ser veganos.

Roots & Rolls

El sushi es japonés, nadie lo discute. Pero lo de sushi vegano sí que es una aportación de Occidente a este plato que nació hace siglo y medio entre las clases populares niponas.

Quien hace del sushi vegano un culto es Roots & Rolls (Consell de Cent 401), un restaurante del Eixample donde no encontrarán por ningún lado la etiqueta de vegano animal free o denominaciones similares.

Ceviche, heura karaage y kimchi de Roots & Rolls. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

“Lo del sushi vegano fue una revelación”, cuenta a Tendenciashoy Sandra de Jong, su fundadora. “Estábamos en Nueva York, buscábamos un lugar para comer, y sin saberlo nos metimos en un restaurante que hacían esos platos. Nos encantó y decidimos traerlo a Barcelona”.

Esta danesa y su marido, el holandés Erik van Leeuwen abrieron este local hace cinco años para cambiar el concepto del veganismo, en un local en el que buscan “que la gente la pase bien, donde se pueda comer sin sacrificio y donde los veganos puedan ir sin tener que pedir disculpas”.

Su carta en QR, explica, le permite ir renovando platos continuamente, tanto por la temporalidad de los ingredientes como por la ley de la oferta y demanda del público. El precio medio de una cena o comida está entre los 30 y 35 euros, depende si se quiere subir el listón con la variada carta de cócteles inspirados en Oriente.

La sala de Roots & Rolls. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

Sushis en clave vegana

Cada plato, incluso los sushis o nigiris, esconde una compleja elaboración con un mínimo de cinco o siete ingredientes.

Así lo comprobamos con el picante kimchi, la heura karaage (heüra marinado con jengibre, soja y chili), que sería un homenaje vegano al pollo frito de Japón, el nuevo ceviche cardo (donde las setas cardo confitadas reemplaza al pescado, junto con dados de aguacate, tomates cherry y cebolla roja encurtida) o las gyozas rellenas de setas shiitake (setas chinas) con la salsa Roots & Rools.

“Buscamos que la gente vegana pueda salir a comer sin tener que pedir disculpas”.

Sandra de Jong
Sushis veganos, la gran apuesta Roots & Rolls. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

Otras opciones de entrantes y primeros son las palomitas de coliflor (con especias togarashi, salsa sriracha y alioli), las okonomiyaki (crepes japonesas de verduras, jengibre y wakame) o los NY noodles (con salsa cacahuete, sésamo, juliana de pepino, colinabo y zanahoria).

Y vamos a los sushis y nigirs, que tienen como materia prima al arroz blanco o negro y la quinoa negra. Entre los primeros, nos sedujo el emerald (con esferificaciones de algas que simulan ser caviar, wakame, tirabeques, pepino, crema de queso que es pasta de anarcados, wazabi y yuzu miso); así como el jumping jack (heüra, bbq jackfruit, canónigos, cebolla caramelizada, sésamo, alioli y salsa hoisin casera).

Muy interesante el geisha (maki de aguacate con rebozado, tartar de heüra, salsa de chile fermentado y cebollino), así como el say cheese (crema de ‘queso’ con eneldo, espárragos, zanahoria encurtida, shiitake teriyaki), y los nigiris de seta cardo confitado con chimichurri (la combinación es inesperada pero acertada) y el de caviar vegano con tomate pera, tomate seco y albahaca.

Nigiris sin pescado. Foto Juan Pedro Chuet-Missé

La cocina, liderada por Cristian Rojas, también ofrece opciones de comida oriental como los roots pad thai, el nuevo ramen tonkatsu o el bao deluxe; mientras que en los postres se deja de lado el orientalismo para volver a occidente con el cheescake, el apple strudel y el choc avo brownie.

Pastan

El chef francés Jerome Ibáñez, en plena pandemia, estaba desilusionado que en Londres no pudiera encontrar restaurantes de pasta fresca. Y menos que sean veganos.

Pues uniendo estos conceptos creó Pastan, que tras abrir un local en la capital británica y otros dos en Mánchester y Bristol, desembarca en España con la inauguración de un restaurante en el barrio de Gràcia (Josep Torres 25).

Allí están liderando el nuevo emprendimiento Juan Pablo Socino, un ex rugbier profesional que entró al mundo del veganismo hace cuatro años de la mano de su esposa y socia Carola Castellani.

Infografía: Jordi Català

El local es pequeño, con una estética minimalista. La bienvenida la dan unas celdas con los vinos veganos Karetta Maluca (que colabora en el salvataje de tortugas marina); y la carta que ofrecen tiene una fuerte influencia italiana al ser las pastas las protagonistas, pero con guiños a las cocinas de otros países; a un precio medio de 30 euros.

Pastas, pero con elaboración vegana

Socino buscó que su propuesta “no sea nada parecida a lo que ofrecen otros restaurantes”, por ello apuntan a una propuesta eclética que deja de lado el veganismo militante para concentrarse en la combinación de ingredientes, algunos sucedáneos de la carne y los lácteos.

Entre los platos que se pueden probar en este flamante restaurante están los ñoquis fritos, la ensalada César con nuggets de Heüra con cebolla crujiente y un rico falso parmesano que es pasta de castaña de cajú.

Infografía: Jordi Català

También están el Smooth Operator (tortellini de calabaza y salvia), el Green Velvet (ravioles de guisante y cahotes), el Napoli (con una salsa similar a la puttanesca, pero con aceitunas negras y sin anchoas. Atención a su salsa de tomate), el Cataluña (espaguetis con chorizo Heüra y tomate), el tajine Marrakesh y las pastas de Cacio e Pepe, entre otros.

En los postres, no se pierdan los mini donuts de biscoff, pero cuidado con el caramelo caliente.

Desoriente

Otro restaurante que presenta los sabores orientales en clave vegana es Desoriente (Ramón Turró 209), en el corazón de Poblenou.

Su decoración de luces de neón y azulejos negros recuerdan a los puestos restaurantes callejeros de Japón, pero su idea es más abarcativa, como dice su lema Desoriente es un restaurante donde el Taj Mahal, el Monte Fuji, las playas de TailandiaAngkor (Camboya), La Costa Brava, Halong Bay (Vietnam), Tokio y el Poblenou se encuentran por los sabores’.

Entre sus platos, algunos de porciones abundantes, están el Oishi Broccoli (con esta verdura frita acompañada de salsa goma ponzu y cacahuetes tostados), los Panko Spring Rolls (sucedáneo del arrolladito primavera con triángulos rebozados); las Teriyaki Gyozas (rellenas de shiitake, col y jengibre con un toque de aceite picante.

Platos veganos de Desoriente. Foto Desoriente

Entre los sushis, están el Rock & Roll o el Foie Gras Roll, con originales reemplazos del derivado del ganso o la carne.

En su carta también se encuentran el Pad Sa Thai (fideos de arroz con zanahoria, brócoli, brotes de soja, cacahuetes tostados y salsa de tamarindo) o el Tikka Masala Bao, una mezcla del bao chino con ese plato indio; y en postres, el divertido Desoriente’s Famous Plant Based Snickers, o sea una imitación de esa barra de chocolate rellena de turrón, caramelo y cacahuetes triturados y salados.

Flax & Kale

Con cuatro restaurantes Flax & Kale en Barcelona, una línea de productos y bebidas propias, libros y planes détox, el grupo Teresa Carles Healthy Food se ha convertido en un emporio del veganismo y la cocina saludable.

Uno de estos restaurantes es el Flax & Kale Passage (Sant Pere Més Alt 31-33, Barcelona), un local de aires industriales con platos que giran en torno a alguno (o varios) de cuatro conceptos: poca cocción (raw food), vegana (plant based), sin gluten o de pescado azul.

Desayuno vegetariano y sin gluten de Flax & Kale

Entre los entrantes, se pueden encontrar los bbq pulled pork’ bao, los tacos hiramasa crujientes, el tartar de mango y aguacate o el foie vegano.

Los platos son para compartir, como se sugieren en las brochetas de berenjenas crujientes, los tacos crujientes, o los cocinados en horno Josper como el brócoli especiado a la brasa, el hummsíssimo o el romanesco con tupinambo, seta cardo y chimichurri horneado.

Con cuatro restaurantes, libros y productos de elaboración propia el grupo Teresa Carles Healthy Food se ha convertido en un emporio del veganismo

El local mantiene su estética industrial. Foto Flax & Kale

También hay pastas como el zucchini con calabacín marinado o el pad thai de pollo, una docena de pizzas saludables (ojo a la barbacoa sin carne) y recomendadas Especialidades de Teresa como el risotto Konjac, el salmón salvaje de Alaska con arroz negro salvake, el bulbogi de atún yellowfin o el cazó marinado y glaseado a la brasa.

Al local también se puede ir en plan de brunchs, y cuenta con una pequeña factoría de elaboración de kombuchas a la vista.

Chez Kessler

Hannelore Kessler, la creadora de Chez Kessler, dice que prefiere que el veganismo triunfe por la seducción más que por la obligación.

En Chez Kessler las únicas consignas ‘verdes’ que se encontrarán son las que dicen ‘Give peas a chance’ (Dale una oportunidad a los guisantes) o ‘Pasen y vegan’.

Chez Kessler se encuentra en la esquina de Valencia y Granados, Barcelona. Foto JP Chuet-Missé

Su pequeño local de Valencia 201 pasó de ofrecer brunchs y comidas a aprovechar el horario nocturno para las cenas en su terraza sobre Enric Granados, donde las únicas proclamas ‘verdes’ serán los ingeniosos lemas Give peas a chance (Dale una oportunidad a los guisantes) o Pasen y vegan.

Muchos de sus platos juegan al engaño visual y de sabores, como el cambembrie, un sucedáneo del camembert y el brie que estaba en la tabla de quesos con embutidos donde no hay ni quesos ni embutidos auténticos.

Queso vegano de Chez Kessler. Foto Chez Kessler

O el carpaccio de salmón en salsa de cacahuetes, el ceviche de gambas, pico de gallo y caviar de algas, el tartar fresco de aguacate y mango, con cebolla roja y sorbete de mostaza o el shiitake al Pedro Ximénez con crema de patata y queso trufado con tostadas de pan de cristal.

A tener en cuenta su carta de vinos naturales, que permite conocer nuevos sabores de bodegas que apuestan por lo ecológico.

a.
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