Rooster & Bubbles o la reivindicación del combo pollo y cava

El restaurante que popularizó la combinación del pollo a l’ast con burbujas abre un segundo local Rooster & Bubbles en el Eixample para ofrecer sus carnes y platos caseros a precios competitivos

El pollo a l’ast, la reivindicación de un plato de toda la vida. Foto: Roger Alsina.

Hace unos tres años contamos la historia de Marc Martínez, el joven catalán que dejó sus proyectos en California y regresó a Barcelona para abrir un restaurante que heredaba la tendencia que había inaugurado su abuelo Joan Casas en los años ’60: ofrecer el pollo a l’ast maridado con cava. Esa fue la receta del éxito de la rotisería de Hostafrancs, aún abierta, y que se expandió tan rápido que comer ese plato los domingos se convirtió en una tradición popular.

El nuevo local de Rooster & Bubbles del Eixample replica la receta del restaurante del Born, pero también la adapta a su ubicación en la calle París 177, en la zona cercana a Plaza Macià donde convergen bares clásicos como el Velódromo y cada vez más restaurantes que presumen de sofisticación.

Trenchs Studio firma la decoración del nuevo Rooster & Bubbles. Foto: Roger Alsina.

Dicho de otra forma: el flamante restaurante se abre camino con una propuesta muy competitiva en precio, unos 25€ de ticket medio; una opción recomendada para los que quieren volver a probar esos sabores de las comidas familiares, de cuando los domingos al mediodía era un punto de encuentro con abuelos, tíos y primos.

La forma de preparar un plato de toda la vida

El restaurante del Eixample tiene más capacidad que su hermano del Born, unos 60 comensales, en una sala decorada con modernidad por Trenchs Studio, con una paleta de verdes, tonos claros y un espejo lateral que da una sensación de amplitud. A un lado, hay unas 60 botellas de cava y champagne firmadas por clientes. “Las dejamos como muestra de agradecimiento”, nos explica el encargado del local Carlos Andrés.

El cava se sirve en las clásicas copas Pompadour. Foto: Roger Alsina.

Al fondo está la esencia del local: la máquina del pollo a l’ast, una de las dos únicas de Cataluña que funciona a gas. La otra, claro, está en el primer restaurante. “Como se hace con gas, la carne adquiere más jugosidad, mientras que si se hiciera a leña, quedaría más seca”, nos explica.

El pollo a l’ast no tiene más añadido que sus propios jugos, y se cocina a gas para evitar la sequedad que provoca la leña

Aquí ni el pollo Groc Català (la única variedad con la que trabajan desde 1962) ni las otras carnes, como el cerdo o el cordero, tienen más añadidos que sus propios jugos o, a lo sumo en la de los mamíferos, un marinado de hierbas. Además de la tradicional presentación de medio pollo a l’ast con patatas asadas, en Rooster & Bubbles este plato también llega en forma de canelón, tacos, croquetas o hamburguesa; en una carta en la que también hay que probar los cortes de espalda de cerdo o de pierna de cordero, así como el salmón o la calabaza a l’ast (opción para vegetarianos) en una ensalada.

La calabaza a l’ast llega en forma de ensalada. Foto: Roger Alsina.

Opciones para el brindis

Tapas de jamón, aguacate aliñado, patatas bravas o boniato frito, ensaladilla rusa y hummus de calabaza complementan la propuesta de entrantes y picoteo; mientras que para el cierre, se puede elegir entre la crema catalana, el cremoso de chocolate 70%, la tarta de queso o el helado de vainilla artesanal.

Para beber claro que se puede pedir vino, cerveza o refresco, pero lo ideal es ser fiel al nombre y probar, al menos, una copa de los cavas, corpinnat y champagnes de la carta, donde se pueden encontrar el Perelada Brut Nature o el Rosé, el Torelló Brut Reserva, el Huguet de Can Freixes Reserva 2015, el Llopart Brut Nature Reserva o el Möet & Chandon Brut Impérial. Y brindar por esta propuesta.

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