MSC da portazo a Putin y Xi Jinping: rechaza la ruta del Ártico que aísla al Puerto de Valencia

Putin y Xi JinPing, sobre un buque que surca el Ártico. (Imagen generada por IA)
La primera naviera del mundo, MSC (Mediterranean Shipping Company) ha reafirmado su compromiso de evitar la Ruta del Mar del Norte (Northern Sea Route, NSR), el corredor marítimo que bordea la costa ártica rusa desde el estrecho de Kara hasta el de Bering. Vladimir Putin y Xi Jinping han impulsado en los últimos años la promoción de esta alternativa como corredor estratégico entre Europa y Asia.
Este trayecto, que discurre por los mares de Kara, Láptev, Siberia Oriental y Chukchi, se encuentra íntegramente dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) rusa y constituye un tramo del conocido ‘Paso del Noreste’.
El principal atractivo de la NSR es su reducción de distancia entre Europa y Asia, que puede alcanzar entre un 20 y un 40% frente a la tradicional vía de Suez -por ejemplo, Róterdam–Shanghái resulta un 24–30% más corto, y Róterdam–Yokohama, hasta un 40%-. Sin embargo, MSC advierte de que esa ventaja “varía según el punto de partida y las escalas logísticas”, y subraya que la ruta “sigue estando poco desarrollada para el transporte marítimo comercial, ya que no se garantiza la seguridad de la navegación y el tránsito”.
La compañía también alerta de las consecuencias ambientales y sociales de aumentar el tráfico en el Ártico. Según la compañía líder del Puerto de Valencia, su principal base en España, “el incremento de buques puede afectar al frágil ecosistema y a los casquetes polares”, además de “congestionar las rutas marítimas que utilizan las comunidades remotas del Ártico, esenciales para su supervivencia y prosperidad”.
MSC considera, además, que “no hay ninguna razón operativa” para utilizar esta vía: su red global ya le permite “transportar de forma segura y fiable la carga de los clientes sin necesidad de transitar por el Ártico”.
Un camino que perjudicaría a los puertos del Mediterráneo
De este modo, la Ruta del Mar del Norte (NSR) restaría protagonismo a los puertos mediterráneos -como el de Valencia, cuarto de Europa en conectividad y líder en este ámbito en el Mediterráneo por delante de Tánger Med, Algeciras y Barcelona– en favor de los del norte de Europa, especialmente Róterdam, Hamburgo o Gdansk.
¿Por qué? La ventaja fundamental de esta ruta es acortar la distancia entre Asia y Europa en las rutas más septentrionales, porque el trayecto pasa por el Ártico ruso y desemboca en el Atlántico norte.
Para un buque que navega desde Shanghái, Ningbo o Tianjin hacia Róterdam o Hamburgo, el ahorro en millas náuticas frente al Canal de Suez puede superar el 25%–30%. En cambio, si el destino es el Mediterráneo occidental (Valencia, Génova, Marsella o Barcelona), el buque tendría que bajar desde el mar de Noruega hasta el sur de Europa, lo que elimina casi toda la ventaja de distancia e incluso podría hacer el viaje más largo o costoso.
Las compañías (chinas) que sí apuestan por el Ártico
Mientras tanto, China avanza por su cuenta en la apertura de la NSR. La naviera NewNew Shipping Line se ha convertido en pionera al completar en 2023 el primer viaje de ida y vuelta entre China y Europa por el Ártico con el buque NewNew Polar Bear, y desde entonces opera varias rotaciones estacionales.
En la misma línea, Sea Legend (Haijie Shipping Company) lanzó en septiembre de 2025 el servicio Arctic Express, que conecta directamente Ningbo-Zhoushan con puertos europeos como Felixstowe, Róterdam, Hamburgo o Gdansk, con un tiempo estimado de tránsito de 18 días en su tramo ártico.
Por su parte, Cosco Shipping, el mayor grupo marítimo de China, no mantiene actualmente un servicio regular por la Ruta del Mar del Norte, aunque fue la primera gran naviera china en probarla. Su buque Yong Sheng inauguró la vía en 2013 y, en 2019, la empresa llegó a planificar hasta 14 tránsitos estivales con cargueros multipropósito y de carga especial.
Con esta decisión, MSC se desmarca de la estrategia de Moscú y Pekín, que promueven la ruta del Ártico como una alternativa estratégica a Suez y como pieza clave del comercio del futuro entre Asia y Europa.