Las personas con trabajo apuntadas al SEPE se disparan un 42% tras la reforma laboral de Yolanda Díaz

El número de personas que o bien tienen una relación contractual o están ocupados ha pasado de algo más de 900.000 en marzo de 2022 a 1,3 millones a cierre de julio de este año

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta Yolanda Díaz. ECONOMÍA DIGITAL

El número de personas que declaran estar ocupadas o tener una relación contractual y están registradas en una oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) se ha disparado un 42% desde que entró plenamente en vigor la reforma laboral de la vicepresidenta Yolanda Díaz, en marzo de 2022, al tiempo que el paro ha descendido un 22,6%.

Los últimos registros publicados por el SEPE muestran que la cifra de demandantes de empleo (las personas que están apuntadas en alguna de las oficinas del paro que forman parte de la red) que ya tienen un trabajo se encuentra cerca de su máximo histórico desde que el Gobierno restringió los casos para la contratación temporal e impulsó la figura del fijo discontinuo, una categoría ya existente pero que estaba infrautilizada antes del cambio legal.

En concreto, y con datos de julio de este año, hay 1,3 millones de españoles registrados como demandantes ocupados. De ellos, 845.392 tienen una relación laboral y 458.649 constan como ocupados. La cifra se ha disparado un 42% desde los 917.975 trabajadores que había apuntados en marzo de 2022, cuando desplegó plenamente sus efectos la reforma laboral y se eliminó el contrato por obra y servicio.

Según detalla el SEPE, en estas categorías –que no computan dentro del paro registrado– se incluye a aquellas personas que reciben prestaciones por trabajos de colaboración social, que se encuentran en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), los fijos discontinuos, los eventuales agrarios subsidiados, aquellos que están afiliados a la Seguridad Social sea en el régimen general o de autónomos y los ocupados del régimen agrícola.

Es decir, que aunque no se puede imputar el incremento de esta cifra meramente a los fijos discontinuos, el número de demandantes en estas categorías se dispara después de la entrada en vigor de la reforma laboral.

El contrato fijo discontinuo está pensado para aquellas actividades con picos de actividad estacionales (como la hostelería o el campo) y permite que los trabajadores formen parte de una plantilla, aunque no cobren ni coticen en determinados periodos, pero la empresa está obligada a ‘activarlos’ cuando necesite refuerzo de personal. Cuando está activo, se da de alta a la Seguridad Social y consta como tal en los registros.

Pero cuando está inactivo y acude a una oficina del SEPE para cobrar la prestación o el subsidio por desempleo, no forma parte del llamado paro registrado.

Si bien el paro registrado se contabiliza de la misma manera desde 1985, y su cómputo corresponde a las comunidades autónomas como responsables de las políticas activas de empleo, la importancia que ha cobrado el fijo discontinuo desde 2022 distorsiona ligeramente la medición del mercado laboral.

Así, el número de parados ha caído un 22,6% desde la entrada en vigor de la reforma laboral (de 3.108.763 a 2.404.606), pero la cifra de demandantes de empleo (todos los apuntados al SEPE y una cifra que algunos denominan ‘paro real’) apenas se ha reducido un 5,6%, situándose por encima de los 4,2 millones de personas.

De ahí las críticas de numerosos expertos y también algunas fuerzas políticas de que el Ejecutivo ‘maquilla’ los datos de empleo y de paro, que en julio volvió a situarse en cifras no vistas desde 2007.

De hecho, es muy difícil hacer una aproximación de cuántos fijos discontinuos se encuentran en periodo de inactividad. El Ministerio de Trabajo que dirige la vicepresidenta Yolanda Díaz se comprometió a hacer pública esta cifra antes de las elecciones generales de 2023, pero luego dio marcha atrás, alegando la complejidad técnica de depurar cada una de las situaciones y señalando a las comunidades autónomas (la mayoría, gobernadas por el PP) por esta imposibilidad.

La Seguridad Social sí tiene un registro de los afiliados con un contrato fijo discontinuo. Han pasado de ser 370.000 en enero de 2022 a 920.000 en julio de este año, aunque es habitual que entre abril y junio (cuando se superpone la temporada turística con el empleo en la educación) esta cifra supere el millón de afiliados. Otra fuente que los contabiliza es la Encuesta de Población Activa, elaborada por el INE, que los cifra en 768.400 en su última oleada, correspondiente al segundo trimestre de este año.

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