Imasa copia a Duro Felguera para alejarse del fantasma del concurso de acreedores
El objetivo de Imasa es disponer de más tiempo para afinar su propuesta de viabilidad y continuar las conversaciones con sus acreedores
Imasa solicitará una prórroga
Imasa, empresa que opera principalmente en el sector de la infraestructura, va a seguir los pasos de Duro Felguera para tratar de recuperarse del concurso de acreedores, solicitando un tiempo extra para negociar con los acreedores. Desde el año 2022, cuando se cambió la normativa, este tipo de prórrogas son cada vez más frecuentes en el sector.
La Ley Concursal en España es el marco jurídico que regula los procedimientos de insolvencia de personas físicas y jurídicas, es decir, los concursos de acreedores. Su principal objetivo es garantizar una solución a las situaciones de impago, protegiendo tanto los derechos de los acreedores como la viabilidad de los deudores, siempre y cuando sea posible.
Desde su aprobación en el año 2003, la ley ha experimentado varias reformas importantes, siendo la más reciente la del Texto Refundido de la Ley Concursal, aprobado en 2020 y reformado en 2022 para adaptarse a la Directiva europea sobre reestructuración e insolvencia. Esta reforma introdujo mecanismos más ágiles como los planes de reestructuración y la posibilidad de una prórroga.
El proceso concursal puede culminar en la liquidación de los bienes del deudor o en un convenio con los acreedores que permita la continuidad de la actividad económica. Habitualmente, durante el concurso de acreedores, la actividad empresarial sigue activa, pues muchas compañías se someten a esta opción para reestructurar los cimientos en busca de nuevos socios.
Imasa busca evitar el concurso de acreedores
Según han informado desde elEconomista, fuentes cercanas a la negociación, Imasa, la compañía que lidera José Ignacio Martínez, está ultimando la solicitud de una prórroga al Juzgado de lo Mercantil Número 4 de Oviedo. El objetivo es disponer de unos días adicionales para puntualizar su propuesta de viabilidad y continuar las conversaciones con sus acreedores, como ya hizo su paisana, Duro Felguera.
Imasa es una empresa asturiana de ingeniería y construcción industrial que cuenta con más de 40 años de trayectoria. Está especializada en el desarrollo de proyectos llave en mano, principalmente en los sectores energético, industrial, minero y medioambiental. La compañía cuenta con presencia internacional en países de Europa, América y África.
La prórroga del concurso de acreedores permitiría a Imasa evitar, de momento, el escenario de insolvencia y una eventual liquidación. La petición se ampara en un mecanismo legal al que ya han recurrido otras empresas con dificultades, como la energética Soltec, y que otorga un margen temporal clave en situaciones financieras críticas.
En este momento, la firma mantiene conversaciones con el núcleo duro de acreedores, formado por entidades financieras como Banco Santander, BBVA y CaixaBank, además del banco alemán Deutsche Bank, cuya exposición es menor. La banca está siendo asesorada por EY, mientras que Imasa cuenta con el respaldo del fondo NK5, especialista en procesos complejos, y el bufete Ontier.
Además, la compañía ha incorporado a JB Capital, el banco de inversión presidido por Javier Botín, que tendrá el objetivo de buscar un socio financiero que aporte capital. Dicha compañía ya tiene experiencia en concurso de acreedores, pues ayudó a resolver una situación similar en Nervión, la filial de Amper, vendiéndola al grupo alemán Mutares, nombre que vuelve a sonar como posible interesado en el caso de Imasa.
Seguir los pasos de Duro Felguera
Para que Imasa logre superar el concurso de acreedores, será clave fijarse en el ‘modus operandi’ de Duro Felguera. La empresa gijonesa, que también atraviesa problemas financieros similares, logró recientemente una prórroga judicial tras contar con el apoyo mayoritario de sus acreedores, incluidos Banco Sabadell, Santander y Unicaja, que representaban más del 63% del pasivo.
Además, en ambos casos, el papel de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) es fundamental. Tanto Imasa como Duro Felguera tienen como acreedor a la entidad pública, que en su día prestó 35 millones a la segunda desde el fondo estatal de rescate.
La empresa confía en que los acreedores no presenten oposición a la solicitud de la prórroga del concurso de acreedores, lo que facilitaría al juez conceder el plazo extra sin objeciones.