Autopistas, ladrillo, energía… los fondos campan a sus anchas por Galicia

Grandes fondos de inversión como Blackrock, CVC, Portobello o Carlyle están presentes en el capital de algunas de las empresas gallegas más representativas

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Galicia se ha convertido en un territorio atractivo para la inversión. Así lo demuestra el hecho de que en 2017 la comunidad captase algo más del 12% (629 millones) de los 4.957 millones de euros que invirtieron los fondos, en su mayoría extranjeros, en todo el territorio nacional.

Además, como destaca la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri), desde la perspectiva del número de inversiones, la comunidad gallega, con un total de 85, se situó el pasado año en tercera posición, solo por detrás de Cataluña (213 inversiones) y Madrid (148).

Empresas como Bioetanol Galicia, filial de Abengoa, o la firma de gimnasios Sidecu, que tuvo en su día al Banco Pastor como accionista de referencia, han sido los destinatarios de estas inversiones con las que los fondos van tomando posiciones en sectores estratégicos para la economía gallega.

De la construcción a la energía

Entre los nombres no podía faltar el de Blackrock, el gigante norteamericano que compró al Popular la inmobiliaria Aliseda, en la que estaban buena parte de los activos inmobiliarios vinculados en su día al Banco Pastor. Además, también ha aflorado una participación superior al 1% en Inditex, el grupo textil fundado por Amancio Ortega.

Abengoa traspasó por 140 millones de euros al fondo de capital riesgo Trilantic Europe sus cuatro plantas de bioetanol en España, entre ellas la que tenía en la localidad coruñesa de Curtis, mientras que el caso de Sidecu, la firma de gimnasios que opera bajo la marca Supera, dio entrada a Portobello en su capital.

Precisamente, Portobello es uno de los fondos con más intereses en Galicia, ya que además de la participación en Sidecu también está presente en Trison, proveedor tecnológico de Inditex, y en Iberconsa, rival de Pescanova, aunque en esta última ya está preparando la retirada.

Operaciones fallidas

Otro de los grandes fondos, Carlyle, es el dueño de la pizarrera Cupa. Su nombre sonó con fuerza como candidato a hacerse con una participación importante en Bimba y Lola, la enseña de moda fundada por las sobrinas de Adolfo Domínguez, quienes finalmente optaron por no vender.

Tampoco vendió Ferroatlántica –en este caso porque la Xunta no se lo permitió– los activos hidroeléctricos en las cuencas de los ríos Xallas y Grande. El fondo Brookfield había cerrado ya un acuerdo con el empresario Juan Miguel Villar Mir, pero finalmente tuvo que cambiar de planes ante la negativa del Gobierno gallego a segregar las centrales de las plantas de ferroaleaciones del grupo.

Donde también libra batalla la Xunta es en la AP-9. El ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo aspira a que el Gobierno le transfiera la titularidad de la autopista que vertebra Galicia y cuya concesionaria, Itinere, está controlada por los fondos Corsair y Globalvia.

Fondos en centros comerciales

Pero si hay un sector en el que es evidente la presencia de los fondos, es en el de los centros comerciales. Blackrock está detrás del centro comercial Abella de Lugo. Patron Capital y Eurofund Capital Partners compraron en 2015 el Dolce Vita Odeón, en la localidad coruñesa de Narón.

Y luego están las sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria, más conocidas como socimis. Merlin Properties, una de las más importantes, no duda en presumir de sus activos gallegos, entre los que destaca el centro comercial Marineda City, y Lar España tampoco se olvida de su primer mercado, un hecho que debe agradecer al centro comercial Gran Vía de Vigo y al de As Termas, en Lugo.

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