Los bonistas impugnan el plan de Losán para salvar la empresa

Losán, la segunda mayor maderera gallega por volumen de ingresos, cerró en noviembre del año pasado la reestructuración de más de 200 millones de deuda con la homologación en el juzgado de los planes acordados con la mayoría de acreedores para ocho sociedades del grupo, incluyendo la matriz, Losán Gestión Integral. El proceso de negociación en el que estuvo inmerso el fabricante de tablero durante todo el ejercicio definió también el plan de negocio de la compañía, que pretende salir a flote con el apoyo de la Xunta y otros Gobiernos autonómicos de territorios en los que tiene plantas de producción; mediante la venta de activos y con la entrada de un socio inversor, como detalló ese medio.

Sin embargo, la hoja de ruta presenta alguna incertidumbre adicional al margen de la derivada de su propia ejecución. Parte de los acreedores del fabricante gallego, que cuenta con plantas en Curtis y Vilasantar, han acudido al juzgado para impugnar la reestructuración, lo que podría trastocar o, directamente, echar al traste el plan de la compañía para continuar sus operaciones.

Según explica en sus cuentas anuales consolidadas correspondientes al ejercicio de 2023, reformuladas en marzo de este año, Grupo LKW Walter Internationale Transportorganisation AG, Construcciones Fernández de Nogrado, Alfonso Sarralde Bajos y Caixa Rural de L’Alcudia presentaron ante la Audiencia Provincial de A Coruña escritos de impugnación de los autos de homologación emitidos por el juzgado el pasado 30 de enero. «Las posibles consecuencias son que se declare la no extensión de los efectos del plan o alguno o todos los impugnantes, o bien que se declare la ineficacia general del plan», explica Losán en su memoria de ejercicio.

Los bonistas de Losán

Al margen del transportista LKW, el resto de las impugnaciones procede de tenedores de bonos de Losán. La maderera, según recoge en sus cuentas anuales, realizó dos emisiones en el mercado alternativo de renta fija. La primera en el ejercicio de 2023 por valor de 10,7 millones, que fueron amortizados al año siguiente. Sin embargo, en 2024, realizó una nueva emisión por valor de 15,5 millones con vencimiento en marzo de ese mismo curso y que no consiguió devolver.

Estas emisiones se produjeron, por tanto, en medio de los problemas financieros que arrastraba la compañía gallega desde el segundo semestre de 2022, cuando sufre una caída de las ventas que le impide responder al incremento de costes del periodo inflacionista y deteriora rápidamente los márgenes de negocio. La situación acaba forzando a la empresa a acudir al juzgado para intentar reestructurar la deuda que había engordado durante la pandemia, incluyendo los 35 millones recibidos del fondo de solvencia de la Sepi.

La calificación de los pagarés de Losán cayó bruscamente a bono basura con un rating CCC otorgado por la agencia Ethifinance en enero de 2023 debido, precisamente, a este proceso de reestructuración.

El auditor de Losán, Audiesa, incluye en su informe un párrafo de énfasis en el que destaca el impago de los 15,5 millones emitidos. «Los suscriptores de dichos bonos han impugnado los planes de reestructuración de la sociedad dominante y del resto de las sociedades del grupo aprobados por los acreedores y homologados, en su caso, por el Juzgado de lo mercantil número 3 de A Coruña, siendo las posibles consecuencias de la estimación de la impugnación, que se declare la no extensión de los efectos del plan a alguno o todos los impugnantes, o bien que se declare la ineficacia general del plan», señala.