Los poderes de BBVA y Sabadell: socios de la Xunta, financiadores de Hotusa y claves en las crisis de Atunlo y Losán

El Sabadell conserva todavía inmobiliarias y financieras heredadas de Banco Gallego, pero las ha trasladado fuera de Galicia, al igual que la empresa de renovables Esus, adjudicataria del concurso eólico de la Xunta

Los presidentes de Sabadell y BBVA, Josep Oliu y Carlos Torres Vila

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Además del negocio minorista, la imbricación de un banco con el territorio también se mide por la financiación de grandes empresas, su respuesta en momentos de crisis de las mismas y los negocios en los que participan más allá de la habitual tarea de prestar y guardar dinero, se manifiesten estos en forma de activos inmobiliarios o de participaciones en empresas de distintos sectores.

BBVA y Sabadell, prestos a negociar una fusión, tienen un perfil más bajo en Galicia en estos negocios que otros compañeros de fatigas, como el Santander, heredero del ladrillo y las filiales del Popular, o la hegemónica Abanca. Sin embargo, las conversaciones sobre una posible integración que conformaría la segunda mayor red de oficinas bancarias de Galicia coge a las dos entidades ocupando un papel clave en la reestructuración que negocian dos grandes empresas gallegas en crisis.

Del atún a la madera

Una de ellas es Atunlo, una de las mayores comercializadoras de atún de España, que entró en preconcurso en noviembre del año pasado y ahora trata de acordar un plan de viabilidad con quita de deuda para esquivar la quiebra. La empresa con sede en Vigo y plantas en Cambados y O Grove tiene un pasivo financiero de 48 millones, pero debe aún más a sus acreedores comerciales, pues las facturas sin pagar superan los 100 millones, según indican fuentes financieras, afectando principalmente a la vasca Inpesca, uno de los socios de la compañía con un 40% del capital. La negociación de Atunlo para salir a flote pasa necesariamente por las oficinas de BBVA y Santander, ambos atrapados en el preconcurso con una deuda por cobrar próxima a los 14 millones. De manera conjunta, se convertirían en el principal acreedor bancario de la compañía.

La situación es distinta en Losán, el segundo mayor grupo maderero de Galicia y uno de los grupos beneficiarios del fondo de solvencia que activó la SEPI para inyectar liquidez en las empresas tras el golpe del Covid. El fabricante con instalaciones en Curtis y Vilasantar no pudo afrontar los vencimientos de una emisión de pagarés realizada a principios de 2023 debido a la negativa de una de las entidades del pool bancario a mantener la línea de financiación de circulante. En ese pool está el BBVA, junto a Abanca o Santander. La maderera negocia con ellos para reestructurar unos 200 millones de deuda, a priori, sin necesidad de quita, pero sí con aplazamientos que puedan aliviar la falta de liquidez de su tesorería.

Una pata en la Xunta

La fusión de BBVA y Sabadell mantendría una pata en la Xunta. BBVA es uno de los socios bancarios que tiene Sodiga, durante muchos años el mayor fondo de capital riesgo del Gobierno gallego para inyectar liquidez en empresas por situaciones de crisis o expansión. El banco que preside Carlos Torres comparte accionariado en Sodiga con Abanca, el Santander y la propia Xunta, siendo el socio con menos peso, ya que no alcanza el 2% del capital.

El fondo tenía a cierre de 2022 unos activos de y entre las sociedades financiadas estaban Grupo Puentes, Castrosua, Dairylac, Copo o Fandicosta.

Financiadores

Además de los casos de Losán y Atunlo, los bancos también han sido financiadores de empresas que atravesaban dificultades. Sabadell, por ejemplo, concedió a Hotusa, el grupo hotelero de Amancio López, un préstamo de siete millones avalado por el ICO en un momento en el que la compañía sufría por el impacto de la pandemia en su actividad, al cortocircuitarse el movimiento de turistas. Curiosamente, Hotusa es también accionista del banco de Josep Oliu, con un pequeño número de acciones, al igual que sucede con el mayor grupo lácteo gallego, Lence.

BBVA, por su parte, es acreedor del grupo renovable EiDF, que le adeuda alrededor de 10 millones de euros de un préstamo concedido para la financiación de proyectos fotovoltaicos.

Las filiales que se llevó el Sabadell

Ni BBVA ni Sabadell tienen una elevada presencia societaria en Galicia a través de filiales o participaciones en empresas de otros sectores, aunque la entidad catalana sí que tuvo en su momento inmobiliarias, financieras, empresas de servicios y de renovables en la comunidad. Buena parte de ellas procedían de Banco Gallego, al que compró por un euro en el año 2013 en el fragor de la crisis financiera. Las inmobiliarias Gest 21 e Inverán, o la sociedad tenedora de participaciones Galeban 21, hicieron este recorrido desde el banco coruñés al perímetro del Sabadell, donde continúan activas. Sin embargo, pasaron de estar domiciliadas en A Coruña a tener su sede en Barcelona y, en el caso de las dos últimas, han iniciado su proceso de liquidación.

A estas filiales Sabadell suma una tercera con pasado gallego, concretamente en la avenida García Barbón de Vigo. Se trata de la empresa de renovables Esus Energía, que está controlada por Sinia y que llegó a conseguir 45 megavatios eólicos en el concurso eólico que puso en marcha Alberto Núñez Feijóo nada más llegar a l a Xunta después de anular el que realizara el Gobierno anterior, formado por el PSOE y el BNG. Con ellos promovió un parque en A Mariña. Hoy integrada en la división de fondos de inversión en renovables del banco, Esus tiene su domicilio social en Barcelona.

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