Bar Galán, cocina marinera de toda la vida teñida de modernidad
El equipo italiano de la Copa América de Vela se ha enamorado de este restaurante del Eixample de Barcelona. Y estas son las razones

La cazuela de mariscos es uno de los platos imprescindibles. Foto: Bar Galán
Estos meses buena parte de Barcelona está fascinada con la Copa América de Vela. Aunque pocos tengamos alguna idea náutica, nadie discute que los capitanes de los equipos saben todo lo que hay que saber de tácticas y estrategias de esta alta competencia marina, pero también hay que tener en cuenta que algunos de ellos también aciertan con las recomendaciones gastronómicas.
Como es el caso del team italiano.
La elección por el Bar Galán
Max Sirena, patrón y director del equipo del país de la bota, desde que llegó hace un par de meses para realizar los entrenamientos en el Mediterráneo declaró su devoción por el Bar Galán (Muntaner 212), un restaurante de estética clásica que pugna por la delantera en el micropolo gastronómico cercano a la plaza Francesc Maciá.
La idea de sus impulsores Alejandro Pérez-Albert, Borja Malet, Cristian Gallardo y Albert Botet es reivindicar a esos bares devenidos en restaurantes, donde el cariño por el producto y la preocupación por la atención son sus velas mayores.
Decorado con una sutil elegancia con dibujos de aires retro y detalles en madera, tanto en la barra como en la sala o en la terraza del Galán los comensales cuentan con una carta (precio medio, 35 a 40 euros) que sus creadores definen como “cocina sin floripondios”, para recordar que si los platos de toda la vida perduran es tanto por su simpleza como por su calidad.
Los entrantes del Bar Galán
En nuestra visita, zarpamos en su propuesta con las croquetas de rabo de toro, una opción sugerida como entrante o para los que optan por el tapeo, junto con otros platillos como los dados de solomillo a la pimienta verde, las croquetas de jamón ibérico o las bravas Boom.
En el Bar Galán reivindican la ‘cocina sin floripondios’, para recordar que los platos de toda la vida perduran por su simpleza y calidad
Con la compañía del albariño Terra de Godos (DO Rías Baixas) seguimos con las gambas al ajillo, un plato con potencial de clásico donde los mariscos se cocinan en una cazuela de aceite de oliva extra virgen, con el añadido de dientes de ajo y un sutil toque de brandi. Si las piden, no pierdan la oportunidad de chupar las cabezas, no se arrepentirán.
Estas forman parte de los Platillos del Mar, donde se pueden pescar a las ostras Argent Nº 2, a las almejas gordas a la marinera, al calamar de costa a la andaluza, a las zamburiñas a la brasa o a otro imprescindible, el tataki de lomo de atún Balfegó.
Futuros clásicos para descubrir
Nuestra visita viró a otro de los clásicos del Galán, el steak tartar con patatas fritas, donde su especiado algo abundante no eclipsaba el sabor del solomillo.
Con la guía del verdejo El Vigía del Mar, atracamos en la tortilla ‘a la minute’ de patata, y cebolla; un pequeño manjar con el sabor potenciado de las lonchas de trufa negra.
En todo caso, aquí se encolumnan otros platos emblemáticos de este restaurante del Eixample Esquerra, como el carpaccio de solomillo, los puerros asados al Josper, o las mollejas de la casa.
Los platos principales
Ya al momento de poner rumbo a los principales, se puede optar por los platos de mar, montaña o los arroces y paellas. En el primer apartado, están la taggliatta de entrecot con patatas fritas, el solomillo Rossini, el tentador cochinillo con parmentier, los medallones de cordero a baja temperatura o, solo para audaces, el exagerado chuletón de 1 kg de vaca madurada.
Los arroces como el de gamba roja al horno o el del día (a ver con qué sorprende el personal) así como los macarrones del Galán son opciones más livianas que las cárnicas.
Sin embargo, tampoco hay que perder de vista, en las alternativas marineras, a la parpatana de atún rojo de la almadraba a la brasa, la dorada crocante con salteado de verduras, al tronco de merluza a la donostiarra o uno de los hitos del local, el pescado salvaje del día, que varía según lo que haya en el mercado, pero que se suele preparar con ingredientes básicos como ajos, guindilla, vinagre y aceite AOVE.
En nuestro caso, no podíamos dejar pasar el pulpo a la brasa con papada confitada y parmentiere de sobrasada, donde por lo bajini nos confiesan que hubo mucho ensayo y error hasta dar con el punto justo de cocción de este exquisito molusco. Pero lo han logrado.
El pescado salvaje del día, que varía según lo que haya en el mercado, es otro de los hitos del Bar Galán
Antes de plegar velas, dimos una vuelta por los dulces con la torrija Don José y la tarta de queso; aunque bien podríamos haber pedido la de chocolate o el popular tiramisú.
Más allá de las rutas que propongan la carta, es recomendado consultar por las sugerencias, como en esta temporada estival son platos como los sonsos (pescaditos fritos), que recuerdan que la vida, como el mar, siempre está llena de sorpresas.