Robata, el arte oriental de carnes a la brasa y sushis de autor
Desde Barcelona, este restaurante invita a viajar por los sabores de Japón con influencias mediterráneas y latinas

El gunkan hamachi de Robata. Foto: Alex Froloff.
Es miércoles a las 20:30, la calle Enric Granados comienza a entrar en ebullición por el centenar de bares y restaurantes que están llegando al momento de más actividad de la jornada, pero casi ninguno tiene el intenso movimiento que presenta Robata (en el número 55), un local de cocina japonesa que se atreve a mezclar las tradiciones orientales con ingredientes y sabores mediterráneos o del Atlántico.
Se conoce como robata a la tradición japonesa de la carne a la brasa. Pero en este restaurante, y a diferencia de otros sitios, no se coloca una pequeña parrilla en la mesa sino que los platos vienen de la cocina a la vista, en una parte del local que recuerda a las tabernas de las ciudades japonesas.
El variado universo de la cocina japonesa
En un ambiente decorado con elegancia minimalista, diseñado por el estudio Bru+Co, las luces tenues permiten ver una carta que se divide en tres grandes apartados: la primera parte son entrantes y platillos de yatai (taberna), donde además del clásico edamame trufado o los pimientos del padrón con salsa ponzu hay ensaladas (de mango o japonesa), gyozas, yakisoba (fideos salteados) de pollo u okonomiyaki (panqueca) de marisco. Si se quiere ir por el lado del mar, está el tiradito de hamachi, el tataki de atún o el ceviche de corvina (tradicional influencia de la cocina nikkei).
Las brochetas y las carnes a la brasa -o más bien a la robata- son las protagonistas de la carta
Si se trata de hacer honor al local, en el capítulo de las robatas hay brochetas de solomillo, secreto ibérico, costilla de cordero, pollo, gamba roja, salmón o setas. Si se prefiere comer al plato, se puede optar desde la anguila glaseada o el bacalao negro al pulpo al olivo. O apostar por carnes de más calidad como el lomo alto de Angus o de Wagyu (de 100 gr).
Ahora bien, si uno es amante del universo de los sushis, hay una larga lista de combinaciones de uramakis, nigiris, sashimis y makis, basados en pescados como salmón, atún, dorada, toro, lubina; mariscos como cangrejo de las nieves o buey, y añadidos como fresa, aguacate, huevas, cebolleta, pepino, y sigue la lista.
El viaje de Robata
Pero si se está indeciso, lo mejor es elegir ‘El Viaje Robata’, un menú degustación a 80 euros (con bebida incluida), que empieza con una suave sopa de miso que abre la puerta a seis sashimis de lubina, salmón, atún y toro. Estos pescados regresan a la mesa con otras preparaciones, más concretamente, como el tataki de atún, el tiradito de hamachi y el toro soasado.
El cruce de influencias se revela en el Nikkei Mix Uramaki (ocho piezas de langostino en tempura y aguacate), mientras que el sabor de las carnes a la brasa se abre con la brocheta de solomillo y el Wagyu gunkan a la brasa.
Estos últimos elevaron bastante el listón, sin embargo fueron superados en sabor por los exquisitos nigiris de salmón aburi y toro con foie. Fantástico.
Para cerrar con el toque dulce, el menú incluye las fresas a la pimienta o alguna de las tartas, ya sea de chocolate, zanahoria o queso. Prueben la primera opción, no se arrepentirán.
Hay una buena selección de vinos para elegir, así como una veintena de cócteles clásicos, elaborados con fruta natural. Por ello, advierten “lo bueno se hace esperar”. Vale la pena tener paciencia.